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Hamlet se detendrá en Valdealgorfa para mostrar su vertiente desenchufada Hamlet se detendrá en Valdealgorfa para mostrar su vertiente desenchufada
Los cinco miembros de la banda actuarán el próximo 22 de octubre en Valdealgorfa. Irene Bernard

Hamlet se detendrá en Valdealgorfa para mostrar su vertiente desenchufada

La mítica banda madrileña de heavy ha recuperado un espectáculo acústico prepandémico
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Está anunciado como concierto acústico pero no va a serlo, al menos como suelen entenderse los conciertos acústicos, o como nos ha obligado a entenderlos la pandemia y el periodo de racionamiento musical que nos ha traido. La banda madrileña Hamlet, una de las referencia del heavy metal -por utilizar una de esas etiquetas que ellos mismos aborrecen- en España, con 34 años y 12 álbumes de estudio a sus espaldas, actuará en Valdealgorfa el próximo 22 de octubre, a partir de las 22 horas en el pabellón municipal.

Hamlet no podrá desplegar toda su intensidad eléctrica por razones obvias, pero no dejará de ser Hamlet, como asegura Luis Tárrega, guitarrista y uno de sus miembros fundadores junto a José Molinero. “No va a ser un concierto tranquilo, con dos personas sobre el escenario tocando tranquilamente. Vamos a estar toda la banda y, aunque será algo diferente a lo que solíamos hacer antes de la pandemia, va a sonar a Hamlet”. La cita está organizada por la asociación Massalgorfa, con el apoyo del Ayuntamiento de Valdealgorfa, la Diputación Provincial y el Gobierno de Aragón.

Realmente este formato, que aparentemente no casa con el estilo electrico, metal y hardcore de Hamlet, no es un producto que haya nacido de la pandemia. En 2018, antes de su llegada, Hamlet revisó algunas de sus canciones y las arregló para ser interpretadas con predominio de la guitarra acústica, para hacer un único concierto en Madrid. “Se nos ocurrió ponernos en la piel de otra banda, y versionarnos a nosotros mismos arreglando las canciones, dándoles una vuelta de tuerca y llevándolas a ese terreno”, explica Tárrega. “Nos encantó y la gente que vino a vernos salió muy satisfecha, hasta el punto de pedirnos alguna fecha más, aunque nosotros habíamos decidido hacerlo solo una vez”.

Con lo que no contaba la banda madrileña es conque la pandemia lo cambiaría todo en primavera de 2019, y en diciembre de 2020, tras casi un año de inactividad, Hamlet rescató ese concierto en Oviedo. “Recuperamos ese formato porque era la única forma de actuar, ya que nos negábamos a hacer nuestro espectáculo eléctrico ante un público sentado y separado, como es lógico”. “Pero no es algo que hayamos hecho por hacer”, insiste el guitarrista, “sino algo que nació por sí mismo y cuya vida prevista ha prolongado la pandemia”.

De algún modo es una especie de paréntesis que Hamlet espera que termine cuento antes. Su último disco, Berlín, había salido a finales de 2018, con el habitual giro de tuerca que la banda imprime en cada nuevo trabajo. Cosechó un enorme éxito de público y de crítica, que lo definía como el regreso a una nueva juventud de la banda. Y la gira se estaba alargando tanto que la segunda parte se prolongó hasta esa fatídica primavera de 2020. “El disco Berlín se vio interrumpido cuando estaba en lo mejor, con muchísimas actuaciones previstas”, explica Tárrega. “Por eso no hemos querido sacar otro disco durante la pandemia. No teníamos la capacidad moral de hacerlo. Hay gente que ha sacado discos y están muy bien, pero en nuestro caso hubiera sido imposible que fuera un disco de pandemia, que estuviera muy forzado, muy determinado por ella, y no queríamos eso”.

En estos meses Hamlet ha mantenido el contacto con sus seguidores a través de un único lanzamiento, el single Sombras, que salió en mayo de 2020. Se trata de una canción que se quedó a mitad de hacer cuando se publicó Berlín, y que finalmente fue terminada y vio la luz en pleno confinamiento. “Esa canción nos ha servido de algún modo para seguir sintiéndonos vivo y que nuestros seguidores no perdieran el contacto con nosotros”.

Durante 2021 Hamlet ha girado con el formato acústico por diferentes lugares. La última plaza fue Getafe, y justo después de Valdealgorfa visitarán Granollers. Y con un poco de suerte, octubre y noviembre dirá adios a este interregno y hola al Hamlet de siempre. “Parece que el futuro se vislumbra con más optimismo y con aforos que se van abriendo. Tenemos muchísimas ganas de volver a hacer un buen eléctrico, de ser Hamlet en su esencia”.

Y eso que, dadas las circunstancias, Tárrega y sus compañeros no han llevado del todo mal eso de tocar ante un público sentado y con mascarilla, algo absolutamente inédito hasta ahora en su trayectoria. “Al principio nos costaba porque al estar todo el mundo tan quieto, tan separado y tan inexpresivo con la mascarilla parecía que estuvieras tocando solo”, admite Tárrega. “Pero poco a poco íbamos entrando, en buena parte porque el público tiene muchas ganas de meterse en el concierto, aunque sea raro, especialmente con un grupo como nosotros. Nos dimos cuenta de que la gente venía a vernos con muchas expectativas, como preguntándose cómo íbamos a hacerlo, qué les íbamos a ofrecer. Parecía que lo teníamos todo en contra, pero nos dimos cuenta de que la gente respondía y eso nos da alas”.

Lo cierto es que Hamlet es una de esas raras avis que arrastran una legión de fans de muy diferente pelaje, precisamente por la aversión que ha tenido siempre la banda por etiquetarse y por los giros que le da a su música en cada nuevo LP, en la que sobre una base de metal no se corta en meter ritmos que van del rock al rap, pasado por el funk, el groove metal, el hardcore, el indie, la música electrónica o lo que se tercie. “Somos una banda metal, guitarreros y agresivos, pero nunca hemos querido copiarnos a nosotros mismos ni darle 50 vueltas a la misma fórmula, aunque nos haya funcionado”. Para Tárrega, eso tiene el problema de que “hay heavys que dicen que no somos heavys, y para otros lo somos más que nadie”, pero la gran ventaja “de que nuestros seguidores son muy variopintos; van desde el heavy metal clásico al hiphop, pasando por el indie o el funk. Cada uno tiene su disco favorito”. El guitarrista es consciente de que una fórmula como la de Hamlet dificilmente estará nunca completamente de moda, “pero no queremos eso. Desde que empezamos en esto teníamos muy claro que no ibamos a ser una banda de éxitos masivos. Lo que nos gusta es trabajar y hacer música”.

Paradójicamente esa capacidad de variar y de reinventarse es lo que mayor coherencia ha dado a Hamlet en los más de 30 años que lleva en la brecha. Lo característico de esta banda es no tener ningún elemento característico que predomine por encima del resto. Y poner la misma pasión sobre el escenario que el primer día, con pandemia o sin ella.

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