Isabel Marco, cantante turolense: “¿Por qué hemos de callarnos si quienes mantienen un discurso fascista no lo hacen?”
La turolense Isabel Marco publica ‘La Libertad Robada’, un sencillo valiente que adelanta su próximo discoLa cantante Isabel Marco muestra su cara más reivindicativa en su último videoclip
Isabel Marco lanza ‘Libertad robada’, primer adelanto de su nuevo disco
Isabel Marco acaba de publicar La Libertad Robada, primer sencillo que ha aparecido también en formato de videoclip y que es el primer avance del quinto LP que publicará la turolense, todavía sin fecha cerrada. La cantante y guitarrista nacida en Alcorisa y afincada en Alagón se rebela en esta canción contra los discursos de extrema derecha que se han consolidado en el espacio público, y que han provocado que la democracia esté bajo el punto de mira como en ningún otro momento del último medio siglo.
-’La libertad robada’ es el primer sencillo de tu próximo disco... ¿pero tiene ya fecha de salida?
-No, aún no tiene ni título, ni fecha ni nada eso. Solo está grabado este tema y otro más. Queríamos haber grabado más cosas este verano pero por asuntos personales no fue posible. Así que iremos haciéndolo poco a poco y lo sacaremos cuando esté listo, aunque no me atrevo a decir fechas.
-Llevabas dos años tocando en directo y sin grabar... ¿lo echabas de menos?
-Me apetece grabar el resto del disco, pero tampoco es que lo eche de menos. La verdad es que no he tenido tiempo de hacerlo.
-¿Dónde te encuentras más cómoda?
-Son dos mundos paralelos, aunque unido por la música. Me gusta mucho ir al estudio porque allí ves cómo crecen las canciones, van tomando forma, se van integrando todos los instrumentos a partir de la forma primitiva con voz y guitarra acústica... Es un proceso bonito y muy emocionante, en el que además aprender mucho y te liberas de muchos prejuicios.
-¿A qué te refieres?
-Pues que te atreves a probar cosas y aprendes a no cerrarte a ideas innovadoras, aunque no todas te vayan a funcionar. A veces por pertenecer al universo del rock parece que no puedes experimentar con determinados sonidos, y eso te limita. Y no es que me vaya a poner ahora a hacer salsas y bachatas, pero no es bueno cerrarse a la experimentación.
-Solo tenemos una canción del próximo disco pero ya deja ver algunos detalles. El primero es ese ‘ostinato’ de bajo que prácticamente es el motivo principal del tema, y que le da mucho protagonismo al instrumento.
-La batería y el bajo son los auténticos protagonistas del tema, porque además la percusión tiene un ritmo muy atípico, muy cuadrado pero con muchos sonidos a contratiempo que descolocan un poco sobre lo que esperas. En esta canción la guitarra, que normalmente lleva el peso de la melodía, es mucho más sutil, cobrando algo más de fuerza en los estribillos para darle a la canción ese rollo como de himno. Todo esto juega a favor del mensaje de la canción.
-En la letra hay referencias a la II República, a la tierra del puño cerrado, a aquellos que antes rumiaban a escondidas y ahora no tienen vergüenza de esconderse... no te cortas.
-Pues es que ha llegado un momento en el que hay que decir las cosas bien claras, porque por estar callados hemos permitido que se normalicen ciertas cosas y ciertos comportamientos que para nada son normales. Deberían castigarse los discursos fascistas le dan la vuelta a la tortilla y utilizan la palabra libertad robándonosla, con mensajes que son mentiras descaradas. Mentiras que se repiten tanto que al final hay gente que se las cree. Eso me da mucha rabia, y tenemos que decirlo, denunciarlo, no callarse. ¿Si los que sostienen esos discursos fascistas no tienen vergüenza y no callan, por qué habríamos de hacerlo nosotros?
-¿Qué te molesta más de esos discursos?
-Básicamente que no defienden ideas democráticas, que no defienden los valores que nos representan a todos, los derechos humanos, el bien común. Según ellos todos los problemas son culpa del vecino de al lado, del que viene de fuera. Se empeñan en dirigirnos la mirada siempre hacia el otro para no ver que, en realidad, muchos de nuestros problemas son estructurales y los tenemos dentro.
-A veces da la sensación de que hay que tener más cuidado con lo que se dice ahora que hace 40 años...
-Estoy de acuerdo, pero yo estoy en ese momento en el que no me callo, porque habrá que contestar, ¿no? Toda opinión es respetable, pero solo hasta cierto punto. Si tu opinión no respeta los derechos humanos no es aceptable. Si hay un genocidio hay un genocidio, y si tu opinión es que por utilizar esa palabra soy un antisemita, pues estás equivocado o estás mintiendo a propósito. Se están diciendo barbaridades porque se lo hemos permitido, porque no les hemos contestado desde el principio, y han perdido la vergüenza. Yo no puedo hacer un discurso proterrorista y pensar que no va a pasar nada. Pero al mismo tiempo hemos tenido que esperar a antes de ayer para que se denuncie la existencia de la Fundación Franco.
-El rock o el punk siempre fueron un instrumento del pensamiento crítico más descarado... ¿hemos perdido eso?
-Quizá sí, en cierto sentido. El no tener que correr delante de los grises nos ha hecho creer que ya no teníamos este tipo de problemas. Pero muchas veces la juventud necesita ir a la contra, así que muchos le están dando la vuelta y la manera de ser antisistema es la de negar los derechos y libertades que se han conseguido. Determinadas ideologías han encontrado un estupendo caldo de cultivo en las redes sociales, muy propicias para el populismo. Y lo malo es que no despiertan la voluntad de mejorar la sociedad o de facilitar la vida del prójimo, sino todo lo contrario, son discursos que lo único que generan es odio contra otros grupos.
-Tus puntos de vista críticos, también en el ámbito del feminismo o la despoblación, suenan en tu música y se leen en las columnas de DIARIO DE TERUEL... ¿el arte puede ser neutro?
-Creo que es difícil que lo sea. Todo lo que dices, todo lo que escribes, tiene necesariamente una carga crítica, aunque no quieras. Es verdad que unos mensajes pueden ser más claros y directos que otros, pero siempre hay mensaje.
-Pero puedes cantar al amor, o a la naturaleza...
- Si tú haces una canción muy bonita que hable de la naturaleza y de los arbolitos, y que no se meta con nadie, también estás tomando partido por el ecologismo. ¿Y el amor? Mira cuántas canciones sobre amor hay en el reguetón y qué clase de mensajes están lanzando. Los valores que transmiten no pueden estar más claros. Un amor posesivo, controlador, un amor basado en la pertenencia al hombre.
-Bueno, no demonicemos, que no todo el reguetón va por ahí...
-Cierto, es una generalización, pero una generalización que todos conocemos y hemos escuchado. También en el rock tenemos joyitas en el ese sentido.
-¿Eres partidaria de revisar esas letras que, trasladadas a nuestro contexto, resultan ofensivas?
-Eso es abrir un melón interesante pero complejo, que tiene que ver con películas, libros, canciones, y con que a cada uno puede parecerle mal una cosa u otra... No sé, igual había que revisar algunas cosas, o por lo menos tener en cuenta el contexto y la época en la que fueron hechas. No creo que deban eliminarse esas referencias sin más, sino más bien educar para que seamos capaces de percibirlas en su contexto y con espíritu crítico.
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