Síguenos
Javier Ibáñez, actor que será el próximo Diego de Marcilla: “Para mí, esta representación es como cumplir un sueño de la infancia” Javier Ibáñez, actor que será el próximo Diego de Marcilla: “Para mí, esta representación es como cumplir un sueño de la infancia”
Javier Ibáñez con vestimenta propia del siglo XIII posando frente a la torre San Martín

Javier Ibáñez, actor que será el próximo Diego de Marcilla: “Para mí, esta representación es como cumplir un sueño de la infancia”

Javier declara que lo que más le conecta con Diego es el amor que lo mueve
banner click 236 banner 236
Carla Herrero

Javier Ibáñez, próximo turolense que interpretará a Diego de Marcilla en La Partida de Diego y Las Bodas de Isabel de Segura, declaró que no se había presentado anteriormente al casting, que ha sido llegar y “besar el santo”.

-¿Qué sintió cuando le dijeron que había sido el elegido?

-La verdad es que fue una mezcla bastante intensa de emociones. Para empezar, sentí una gran sorpresa. No esperaba realmente que me eligieran a mí. Era como una posibilidad lejana, así que cuando me lo confirmaron, me quedé un poco en shock, sin creérmelo del todo. Después, por supuesto, vino una enorme alegría. Es muy emocionante y gratificante ver que confían en ti para un papel tan importante. Y una vez que se asienta todo eso, llega también un sentido muy profundo de responsabilidad. Porque sabes que no es solo una participación simbólica, vas a representar a toda una ciudad en uno de sus eventos más importantes, algo que tiene un gran valor emocional, cultural e incluso histórico para muchas personas.

-¿Qué significa para usted interpretar a Diego de Marcilla?

-Para mí, esta representación significa muchas cosas. En primer lugar, es como cumplir un sueño de la infancia. Desde pequeño siempre he vivido Las Bodas muy de cerca, así que poder formar parte de ello, desde dentro, es como hacer realidad algo con lo que he soñado desde niño. Considero también que esta experiencia representa nuestra tierra, en el sentido más emocional de la palabra, representa hogar, nuestras raíces, todo lo que somos como comunidad. Y sentir que han confiado en mí para algo así es, sinceramente, un privilegio.

-¿Cómo se está preparando el papel?

-Esta primera etapa ha sido, sobre todo, de asimilación. Al principio cuesta creerse que uno va a vivir algo tan grande. Aún no hemos entrado en la preparación profunda, pero ya hicimos pruebas de vestuario y una primera sesión de fotos, lo que ayuda mucho a meterse en el personaje. Al verte con el traje, con Isabel, o montado a caballo, todo empieza a sentirse real. La preparación intensa comenzará cuando recibamos los diálogos. Ahí empezaré a trabajarlos buscando dar mi toque personal. Creo que mi trabajo como psicólogo también puede aportar. Acompaño a personas en momentos difíciles, y Diego también pasa por un dolor inmenso al regresar y descubrir que Isabel se ha casado, esto me puede ayudar a conectar con él. Esa experiencia me puede ayudar a conectar de forma más auténtica con su sufrimiento.

-¿Qué parte del personaje cree que le va a resultar más difícil de interpretar?

-La verdad es que no sabría decir cuál es la parte más difícil, porque, en general, todas me parecen muy interesantes y entretenidas. A medida que vaya interiorizando el personaje, seguramente notaré qué partes suponen un reto mayor. Aun así, sí que veo desde ya uno de los grandes desafíos del papel de Diego, el momento de su llegada. El reto ahí está en encontrar el equilibrio, entrar con fuerza, sí, pero también controlar el ritmo de los diálogos, hablar con claridad, transmitir emoción sin perder la precisión. Es un momento muy potente, pero exige mucho control para que no se desborde y para que el mensaje llegue bien al público. También me costará la escena del funeral. Más que nada porque hay que permanecer completamente quieto durante un buen rato, transmitiendo la imagen de alguien que ya no está.

-¿Ha formado parte alguna vez de la Fundación Amantes?

-Es mi primer año, y ha sido llegar… y “besar el santo”. Por eso también lo viví con tanta sorpresa. Aunque salí con buenas sensaciones del casting, no esperaba que me eligieran ya el primer año. Nunca había estado vinculado directamente a Las Bodas, más allá de ser espectador cada año. Pero sí tengo una conexión familiar, mi prima Iris fue Isabel hace siete años y su novio fue Diego. Mi tía participa todos los años, este año, de hecho, será la madre de Isabel… Así que siempre ha habido una vinculación cercana. Durante años me decían que me presentara, pero nunca encontraba el momento adecuado. Siempre estaba con mil cosas, muchos proyectos… Hasta que pensé: “Si no me presento ya, se me va a pasar el arroz; ya me están saliendo canas en la barba”. Y este año me animé por fin.

-¿Qué aspectos suyos cree que le conectan más con Diego?

-Creo que lo que más me conecta con Diego es el hecho de tener un propósito claro. Él lucha por estar con Isabel, y todas sus acciones van dirigidas a conseguirlo. También me identifico mucho con el amor que lo mueve. Diego actúa por amor, y yo trato de trabajar desde ese mismo lugar. Me siento muy conectado con esa entrega que tiene Diego por las personas que quiere. Yo también soy muy de los míos, de mi familia, de mis amigos, de mi pareja… y creo que eso nos une. Por eso me gusta tanto este papel. Diego representa valores muy bonitos, y también un sentido del honor a la hora de actuar. Él intenta hacerlo lo mejor posible como caballero, y yo intento hacer lo mismo en mi trabajo.

-¿Tiene alguna anécdota curiosa durante el casting?

-Una de las anécdotas más graciosas durante el casting fue con Sara. A nosotros nos tocó actuar en la última ronda y yo ya me sentía bastante cansado, porque fueron cuatro o cinco horas de casting, muy largo. Hubo un momento en el que me acerqué para darle un beso en escena, pero debí hacerlo de forma un poco brusca, sin darme cuenta. Fue muy gracioso porque la directora me paró y me dijo: “A ver, ¿tú quieres darle un beso o un cabezazo?” Nos reímos todos. Fue un momento divertido, pero también muy valioso, porque los directores lo gestionan con mucho cariño y sentido del humor, y eso ayuda un montón a aprender y a soltar los nervios.

El redactor recomienda