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‘Luz de gas’, el cierre de la Central Térmica  de Andorra desde todas las perspectivas ‘Luz de gas’, el cierre de la Central Térmica  de Andorra desde todas las perspectivas
Un momento del rodaje del documental dentro de lo que fue la térmica de Andorra, que se ha desmantelado poniendo fin a la larga historia de Teruel y el carbón

‘Luz de gas’, el cierre de la Central Térmica de Andorra desde todas las perspectivas

El Cine Maravillas de Teruel reabre este jueves con el último documental de la turolense Ana Asión
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El Cine Maravillas de Teruel reabrirá este jueves, tras unos días de vacaciones, con la proyección del último documental firmado por la historiadora del arte y realizadora turolense Ana Asión. La película, Luz de gas, repasa el proceso de declive del sector energético turolense ligado al carbón, desde el cierre de las minas de Ariño en 2019, última explotación de este tipo en la provincia, al desmantelamiento definitivo de la Central Térmica de Andorra.

La película aborda el fenómeno desde tres perspectivas diferentes; la importancia capital que el sector energético ha tenido en el desarrollo económico de la provincia de Teruel, y cuyo final aboca a un futuro incierto; el factor sentimental de perder un referente social que está en el imaginario colectivo de todos sus habitantes; y también en el de la desaparición de una parte importante del patrimonio material industrial que significará el desmantelamiento total de la Central Térmica, si finalmente se lleva a cabo. El pasado 13 de mayo se volaron las tres torres de refrigeración de 107 metros de la instalación, que había echado el cierre definitivo el 29 de junio de 2020. Actualmente hay varias iniciativas que desde Andorra tratan de salvar la chimenea principal, de 343 metros, la estructura más alta de Aragón y la tercera de toda España.

Patrimonio industrial

La iniciativa de rodar un documental sobre este proceso partió de Pilar Biel y Ascensión Martínez, dos compañeras de Asión en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, a las que después se unió Amparo Martínez, profesora de Cine. “Ellas están especializadas en conservación del patrimonio, y preocupadas porque se pierda la Térmica de Andorra como patrimonio industrial, y sabiendo que yo estoy en temas de cine y además soy de la zona, me propusieron documentar el proceso desde el audiovisual”, explica Asión. Implicó en el proyecto a José Ángel Delgado, de la productora Cosmos Fan, con quien ya había trabajado en el corto El sueño de Ezequiel y comenzó el proyecto en septiembre de 2021.

“El reloj se había puesto en marcha y la Central Térmica tenía las horas contadas, iba a desaparecer, así que era el momento apropiado para documentar su desaparición”, explica Asión. “Sin embargo decidí darle una vuelta de tuerca al proyecto y extenderlo. Porque el desmantelamiento de la Térmica creo que es una especie de culmen de un proceso más largo y general, que tiene que ver con el final de la industria energética íntimamente ligada al territorio, con los cierres de las minas que terminan en Ariño, y el resto de infraestructuras”, explica la poblana, que en lugar de hacer un documental sobre la historia de la Térmica optó por construir un relato audiovisual en clave sociológica.

Ana Asión, junto al productor José Ángel Delgado (centro) y José Ángel Guimerá, del Centro de Estudios del Bajo Martín, durante la proyección del film en Escatrón

Asión toma como hito central a partir del cual arranca definitivamente el inexorable declive de esta industria el cierre en 2019 de las minas de Ariño, en las que antes de eso trabajó su propio padre. “A partir de esa primera decepción ya hay gente que no tiene dudas de lo que va a ocurrir”, explica Asión, que, entre otras muchas personas, entrevista en el documental a Joaquín Noé, alcalde de Ariño y en su día trabajador de Samca en la propia mina.

Más allá de la vinculación sentimental que Ana Asión, como casi cualquier persona nacida en el Bajo Aragón Histórico o las Cuencas Mineras tiene con la industria minera y energética, Luz de gas aborda el asunto desde una perspectiva estrictamente documental. “Yo soy sobre todo historiadora, y mi afán es documentar, por encima de mostrar cualquier inclinación personal”, asegura. La documentación no tiene que ser necesariamente aséptica, sino tener en cuenta todos los puntos de vista, incluidos aquellos que, desde su perspectiva, justifican el cierre y la demolición de la Térmica. “Este no es un documenta a favor ni en contra de nada, sino que su objetivo es retratar una situación, con todas las aristas y posicionamientos diferentes que ha provocado, para cada cual haga después su propia reflexión con todos los elementos necesarios”. “Quizá la única reivindicación clara que se le puede achacar a Luz de gas es la de la defensa del patrimonio industrial como bien material”, matiza la realizadora de La Puebla de Híjar. Así pues, Asión cuenta con numerosos testimonios de primera mano “que tratan de representar todas las sensibilidades que creímos importantes”, si bien “no todo el mundo a quien se lo propusimos ha querido participar”.

Además del ya mencionado Joaquín Noé, en el documental aparecen testimonios de personas como Pilar Biel, profesora de Historia del Arte de la UZ; Manuel Galve, antiguo trabajador de la Central Térmica; Sara Obón, vecina de Andorra, Marta Sancho, presidenta de la Comarca Andorra Sierra de Arcos; Víctor Viñuales, sociólogo y director ejecutivo de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes); Ignacio Montaner, director general de Endesa en Aragón; José Luis Villbrille, jefe del proyecto de demolición y desmantelamiento de la Central Térmica, María Ángeles Tomás, responsable del Museo Minero de Andorra; María Luisa Grau, conservadora del IAACC Pablo Serrano y representante de la Plataforma por la Conservación de la Central Térmica de Andorra; Pilar Bernad, representante de Rolde y miembro de la Acción Pública para la Defensa del Patrimonio y Tomás Guitarte, diputado en el Congreso por Teruel Existe.

Factor emocional

Ese afán documental no implica que Asión tenga que eliminar el factor emocional que la desaparición de la Térmica tiene en Andorra. “Está ahí y es muy fuerte. Esquivarlo sería modificar la realidad que queremos contar”, afirma Asión. “Hay gente que llora porque ve amenazado su futuro y porque teme no volver a ver la chimenea que ha visto durante toda su vida, mientras Endesa cuenta por qué hay que cerrar la Térmica... esa es la realidad”.

Es interesante ese contraste que refleja Lu de gas entre una población que quería aferrarse al modo de vida que ha marcado la historia reciente de la zona, Endesa, que considera incompatible el mantenimiento de ese patrimonio industrial con su apuesta por la energía renovable, y posturas como la de la Fundación Ecología y Desarrollo, que apoya la descarbonización pero no a cualquier precio y sin tener en cuenta las consecuencias.

Forman parte de la banda sonora de Luz de gas dos canciones de otro hito turolense que desapareció antes de tiempo, el cantautor Joaquín Carbonell (Alloza, 1947-Zaragoza, 2020). En la producción pueden escucharse El carbón es todo negro y De Teruel no es cualquiera, interpretada por su amigo y compañero de escenarios Roberto Artigas Gran Bob.

La película se rodó con ayudas concedidas por el Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Zaragoza, la Cátedra Gonzalo Borrás y el Instituto de Patrimonio y Humanidades.

El director de fotografía Gabi Orte y Ana Asión entrevistando a María Luisa Grau en el Antiguo Matadero de Zaragoza

Producida por José Ángel Delgado y Cosmos Fan Comunicación, Ana Asión es directora y guionista y Gabi Orte director de fotografía y edición. Fernando Sanz es ayudante de dirección, Carlos Laforga ayudante de producción y Laura Asión responsable del diseño gráfico.

Luz de gas se presentó por primera vez durante la quinta edición de las Jornadas de Patrimonio de la Comarca del Bajo Martín, que tuvieron lugar durante el pasado mes de noviembre en localidades como Castelnou, Samper, La Puebla de Híjar o Escatrón.

Esta tarde se proyecta en el Cine Maravillas de Teruel a partir de las 20 horas, el 4 de marzo se verá en La Puebla de Híjar, y todavía quedará por confirmar su estreno en Zaragoza.

Una historiadora preocupada por la conservación del patrimonio y la identidad a través del audiovisual

Ana Asión Suñer (La Puebla de Híjar, 1989) es profesora en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, durante la realización de su tesis (Premio Extraordinario de Doctorado) fue beneficiaria de un contrato predoctoral por parte del Gobierno de Aragón. Ha formado parte de distintos proyectos I+D y grupos de investigación, así como organizado y participado en numerosos congresos científicos nacionales e internacionales relacionados con el séptimo arte y la difusión de los medios de masas. Directora de AACA Digital, revista de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte, coordina el Aula de Cine de la Universidad de Zaragoza y ha publicado ensayos como El cambio ya está aquí. 50 películas para entender la Transición española (2018, Editorial UOC), Cuando el cine español buscó una tercera vía (1970-1980). Testimonios de una transición olvidada (2018, Prensas de la Universidad de Zaragoza), La cultura audiovisual en Aragón durante la Transición (2020, Rolde de Estudios Aragoneses) o La Tercera Vía del cine español. Espejo de un país en transición (2022, Laertes), además de numerosos artículos o libros colectivos.

Además es directora y guionista del corto de ficción El sueño de Ezequiel (2017) sobre el derruido casino de La Puebla de Híjar, y el documental Luz de gas, dos producciones que, desde dos formatos diferentes, revelan la preocupación que le merece a la autora la conservación de patrimonio material destinado a desaparecer.

“Conocer todos los matices de las cosas nos hace críticos”

“Aunque es una frase muy manida, el documental está dirigido a un público lo más amplio posible”. Lo explica la poblana Ana Asión, que aunque es consciente de que “despertará más interés en quien ha vivido este proceso y quien más vinculado esté a los paisajes andorranos, la idea es dotar de herramientas críticas a cualquiera que pueda tener interés en el desmantelamiento de la industria energética de la zona o la conservación del patrimonio industrial”.

Ana Asión asegura que uno de sus mayores deseos es que se valore lo poliédrico de Luz de gas y del propio fenómeno que retrata, y que “se haga el esfuerzo de escuchar y comprender todas las visiones. Porque las cosas no son blancas o negras, y conocer los matices nos hace más críticos”.

La película recoge numerosos testimonios que aportan luz a todas las facetas del asunto analizado

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