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Manolo Golvano y Miguel Sebastián protagonizan un documental sobre ciclismo Manolo Golvano y Miguel Sebastián protagonizan un documental sobre ciclismo
José Ignacio Perruca, Jesús Artigot, Miguel Sebastián y Manolo Golvano, de izda. a dcha., en la presentación del filme

Manolo Golvano y Miguel Sebastián protagonizan un documental sobre ciclismo

‘Años. La bicicleta es vida’ de José Ignacio Perruca se estrena el 16 de abril en el Cine Maravillas
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Manolo Golvano tiene 84 años y Miguel Sebastián cumple 83 en junio, y llevan tanto tiempo subidos en una bicicleta que casi no recuerdan la primera vez que lo hicieron. El primero fue uno de los fundadores del Club Ciclista Turolense en 1981, y los dos siguen haciendo, junto a otros miembros del club, sus 90 kilómetros tres veces a la semana como si tal cosa.

Resulta inspirador escuchar cómo hablan de su deporte favorito, de cómo pedaleando se forja el espíritu de resiliencia y camaradería al mismo tiempo que se ensancha el corazón y se fortalece el cuerpo. Y de eso va Años. La bicicleta es vida, el largometraje documental que ha dirigido José Ignacio Perruca, el editor turolense y uno de sus compañeros de pelotón, que se estrenará el próximo martes, 16 de abril (20.30 horas), en el Cine Maravillas de Teruel.

Perruca cuenta que la producción es en parte un homenaje a estos dos gigantes de la bicicleta turolense y su ejemplo, y también una llamada a quienes todavía no han descubierto que la bicicleta es una fantástica herramienta para descubrir lugares con una perspectiva única, para mantenerse en forma, para socializar a la vieja usanza o para ir de un lugar a otro minimizando nuestra huella de carbono y contribuyendo a tener una ciudad fluida y amigable: ˆ“Recoge las vivencias de Manolo y Miguel desde un punto de vista deportivo, de la salud, y también humano, a través de entrevistas a ellos mismos y a socios del Club Ciclista Turolense”.

El documental dura 64 minutos porque había que ponerle un final, pero Miguel y Manolo tienen consejos, anécdotas y vivencias para armar una serie con varias temporadas.

Pero de todas sus recomendaciones, que no están sacadas de ningún tutorial de Youtube sino de toda una vida dándole vueltas al pedalier, ellos mismos destacan dos: asociarse y hacer de la bicicleta una actividad grupal, y conocer los límites de cada cual.

En cuanto a lo primero, Manolo Golvano insiste en que es primorcial hacerse de un club y salir con compañeros. No solo porque es más seguro y divertido, sino porque “la gente que sabe te va a aconsejar, desde la bici que necesitas comprarte hasta cuándo tienes que subir o bajar piñones o no correr tanto si quieres llegar al final”.

Golvano (izda.) y Sebastián durante una de sus frecuentes salidas ciclistas, en una imagen utilizada en la película

Y en cuanto a lo segundo, los dos ciclistas aseguran que la clave para que la bicicleta se convierta en una pasión y no en un instrumento de tortura consiste en conocer nuestros límites y no sobrepasarlos. “El sillín es muy duro”, recuerda con humor Miguel. “Hay gente que se inicia, sobre todo a partir de los 50, y si los primeros días te metes un entrenamiento muy bestia, con muchos kilómetros, al día siguiente no vas a querer ni ver la bici. Hay que empezar muy poco a poco, quince minutos los primeros días”. Según el ciclista, la rápida evolución que experimenta nuestro cuerpo en poco tiempo, “ver que cada vez te sientes mejor, que cada vez subes más tranquilo una cuesta”, es lo que te hace querer subir sobre la bici al día siguiente. “Y el deporte al final te engancha”.

La tesis del documental es que el ciclismo y la bicicleta no tienen edad, y si la tiene, supera de largo las ocho décadas. Golvano lleva dos operaciones de corazon pero tiene pulsaciones de campeón de España, y tanto él como Sebastián aseguran que nunca dejarán la bicicleta, sino que esperarán a que la bici les deje a ellos. “Hay que ser conscientes de las limitaciones, y conforme cumples años lo que más se nota son los periodos de recuperación, el tiempo que tienes que descansar entre una salida y otra”. Pero mientras el equilibrio y la coordinación acompañen, no hay razón para bajarse de la bici.

Cada vez más respecto

Manolo Golvano y Miguel Sebastián explicaron ayer que desde que cambió el reglamento de Circulación los automovilistas son más respetuosos con la bicicleta en la carretera, “y la mayoría guarda el metro y medio de distancia al adelantar”. Ninguno de los dos ha tenido sustos graves por culpa de algún automóvil, y Sebastián se ha roto la cabeza del húmero de ambos brazos, pero en caídas con la bicicleta de montaña. “Yo vengo de la bici de montaña que me apasiona”, explicaba ayer. “Pero pese a los coches, es mucho menos peligroso el ciclismo de carretera”.

En cuanto a la bicicleta como medio de transporte por la ciudad, Manolo opina que “es bueno que haya carriles bici en la ciudad, pero es relativamente novedoso y la gente no está acostubrada, ni los peatones, ni los ciclistas ni los automóviles”. Afirma que es cuestión de tiempo y de sentido común que todos aprendamos a compartir el espacio común.

Por su parte, Miguel afirma que por su orografía y clima Teruel no es la ciudad ideal para moverse en bicicleta, y que aunque en el Ensanche hay una red practicable de carril-bici, este no resuelve la movilidad al otro lado del Viaducto. “Todos hemos estado en ciudades donde la bici es el primer elemento de circulación, en Bélgica y Holanda”, subrayó, donde da gusto ver cómo coexisten con los vehículos a motor.

En cualquier caso hizo un llamamiento para utilizar la bicicleta. “El día de la Bici que organizamos en el Club Ciclista saca 2.000 bicicletas a la calle, pero luego la gente las guarda”. Y las bicicletas sirven para casi todo excepto para hacer polvo en un trastero.

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