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“‘Nature’ publicó que la datación de la Sábana Santa por carbono 14 no era concluyente, y casi nadie lo sabe” “‘Nature’ publicó que la datación de la Sábana Santa por carbono 14 no era concluyente, y casi nadie lo sabe”
El salón de actos del Seminario de Teruel se llenó durante la conferencia de Manuel Rodríguez sobre la Sábana Santa

“‘Nature’ publicó que la datación de la Sábana Santa por carbono 14 no era concluyente, y casi nadie lo sabe”

El presidente del Centro Nacional de Sindonología ofreció una charla sobre la Sindone
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“La Sábana Santa es un objeto, no un concepto, y no tiene sentido plantearse si creemos o no en un objeto. No podemos hacer fe de lo que no pertenece a la fe”. Con esa tesis comenzó su conferencia ayer en Teruel Jorge Manuel Rodríguez Almenar, profesor de Derecho Civil de la Universidad de Valencia y presidente del Centro Nacional de Sindonología, titulada La Sábana Santa a la luz de la ciencia.

Autor de una tesis doctoral sobre los estudios científicos sobre la autenticidad de la Sábana Santa (SS), “más de los que se han hecho sobre cualquier otro objeto histórico”, la intervención de Rodríguez trató de demostrar que el estudio del sudario que envolvió presuntamente el cadáver de Cristo tras su crucifixión debe hacerse desde un punto de vista “objetivo y sin prejuicios”, algo que, como recordó el valenciano, ya dijo Juan Pablo II sobre la SS en 1998, en cuanto a que “no es competencia de la Iglesia determinar si la SS es auténtica o falsa, sino que es la ciencia quien tiene que hacerlo”.

Y los datos que aportó Manuel Rodríguez en su intervención sobre las investigaciones que se han realizado sobre el lienzo de lino -y en los que puede profundizarse a través de su tesis doctoral, de libre acceso a través de internet-, apuntan a que, “efectivamente”, todo apunta a que la SS envolvió un cadáver en torno al siglo I , uno de gran relevancia, y que no es una pintura o falsificación realizada en el medievo, “como mucha gente piensa desde que en 1988 se realizaron las pruebas del Carbono 14”.

Los propios laboratorios que realizaron aquella datación, que situaban el sudario como una tela tejida entre los años 1260 y 1390 -y que por tanto no había podido envolver ningún cadaver en el siglo I- admitieron desde el año siguiente que las pruebas no ofrecían las mínimas garantías científicas necesarias para darlo por incontestable, “pero cuando la ciencia ha dicho cosas contra la autenticidad de la SS todos los medios han corrido a publicarlo, mientras que cuando la ciencia se ha corregido nadie ha dicho nada”, afirmó Rodríguez.

Carbono 14

De forma sintética, la datación por carbono 14 consiste en verificar el grado de desintegración del isótopo Carbono 14, presente en todas las células de los seres vivos, que al ser radiactivo comienza a desintegrarse a una velocidad constante y conocida desde el mismo momento de la muerte del organismo en cuestión. Se sabe que su nivel se reduce en un 50% a los 5.700 años, y al 25% del total en otros 5.700, y así progresivamente. De este modo, se puede saber cuánto tiempo ha transcurrido desde que el lino utilizado para tejer una sábana fue cosechado.

“Uno de los problemas es que hoy, tras más de 30 años datando con Carbono 14, sabemos que en un 70% de los casos se obtienen resultados muy fiables, pero en un 22.9% fallan estrepitosamente”, explicó Rodríguez. “¿Por qué? Fundamentalmente por la contaminación”.

Manuel Rodríguez, presidente del Centro Nacional de Sindonología

El laboratorio de Arizona dató un fragmento en el año 1238 y otro en 1430, Oxford en 1246 y Zurich en 1376. Todos apuntan al medievo, pero su incongruencia es tal que “Nature ya dijo desde el principio que la distorsión de las conclusiones era tan grande que ofrecía muchas dudas, pero ningún medio de comunicación divulgó ese dato”. Según Rodríguez, la contaminación explica perfectamente esa incongruencia. “La grasa de las manos de todas las personas que han tocado la Sábana, las fibras de algodón que, como demostró el físico Raymond Rogers en 2005, se utilizaron en diferentes restauraciones de algunas partes del tejido, o la exposición a la atmósfera o el calor de velas han introducido más carbono 14 y elementos que han contaminado la muestra”. Especialmente en el caso de la muestra que se analizó, una tira de 8 centímetros extraída de una de las esquinas de la SS. “Esa esquina estaba negra de suciedad, porque por las esquinas fue por donde se cogió durante siglos para mostrarla. Los dedos de los obispos, que sin duda se quitaban los guantes para tocar la Sábana Santa, también contenía Carbono 14”.

Algunos de los mayores expertos en datación por carbono 14 han dicho que en 1983 no se conocían las distorsiones que este tipo de contaminación introducía en el método, “y que de haberla conocido no habrían tenido modo de evitarla”. Hoy en día el carbono 14 en muestras no contaminadas ofrecen una fiabilidad de 30 años, así que los dos siglos en el caso de la SS deberían ser inaceptables. Actualmente todas las fuentes coinciden en que, efectivamente, esas pruebas no fueron concluyentes ni mucho menos, aunque la Iglesia por el momento no permite que se hagan mas pruebas sobre partes del tejido del centro de la SS, quizá menos contaminados, pero que obligarían a cortar y destruir el lienzo.

Otros estudios

Más allá del famoso carbono 14, “que no nos dio ningún dato fiable en este caso”, existen otros estudios “que sí aportaron datos científicos”, explicó Rodríguez.

Entre otros, el profesor mencionó los estudios sobre el polen adherido a sus fibras, que realizó entre 1973 y 1978 Max Frei y que fueron corroborados en 1999. Sus datos, cruzados con los de la italiana Marzia Boi, permitieron deducir que el 80% del polen encontrado podría ser de Helicrhrysum, una variedad de la zona que solía utilizarse en los unguüentos que se aplicaban en los enterramientos regios en la cuenca mediterránea durante el siglo I, y que documentaron cronistas como Plinio el Viejo.

También mencionó los estudios sobre las imágenes impresas en la SS, que realizó el grupo STURP entre 1976 y 1981 con 33 científicos dirigidos por John Jackson y Eric Jumper. A través de más de 12.000 fotografías científicas y de el uso de técnicas VP-8 usadas para calcular la volumetría de Marte a partir de sus fotografías, se llegó a conclusiones como que la sangre conservada era humana y de tipo AB, que no se había aplicado ningún tinte o pigmento para colorear las fibras del lino -es decir, que no era una falsificación pintada-, y que la imagen está impresa a partir del volumen que envolvió en su día.

Pero la última conclusión fue la más sorprendente: tras 27 publicaciones científicas y 150.000 horas de trabajo, el grupo STURP publicó que “no se podía explicar ni replicar el método por el cual esa imagen había quedado impresa en la tela”, que siguió siendo un misterio desde entonces. Eso por sí solo no demuestra que la SS sea auténtica, pero casi descarta que sea una falsificación pintada, o creada con otros métodos que no puedan detectarse en el siglo XX.

La conferencia de Jorge Manuel Rodríguez Almenar fue organizada con motivo de la exposición El hombre de la Sábana Santa, que puede visitarse en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de las Hijas de la Caridad, organizada por la Delegación del Primer Anuncio-Atrio de los Gentiles de la Diócesis de Teruel y Albarracín, hasta el 31 de marzo.

Con motivo de esta misma muestra, el miércoles, 13 de marzo, a las 19:00 horas en el salón de actos del Seminario de Teruel, María Ángeles Gómez Limón, Franciscana misionera de la Madre del Divino Pastor y Licenciada en Historia por la Universidad de León, impartirá la conferencia titulada ¿Por qué murió Jesús?. Al día siguiente, jueves, a la misma hora y en el mismo lugar, será la conferencia Del Hombre de la Sábana al encuentro con el viviente, también impartida por María Ángeles Gómez.

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