Turia analiza la trayectoria del escultor aragonés Francisco Rallo Lahoz

El nuevo número de Turia ofrece a los lectores, entre sus principales contenidos con protagonistas aragoneses, un interesante artículo inédito en el que se analiza la trayectoria y se rinde homenaje al gran escultor aragonés Francisco Rallo Lahoz (Alcañiz, 1924 – Zaragoza, 2017). Con esta iniciativa, la revista se suma así al conjunto de actividades organizadas con motivo del centenario de su nacimiento.

Se trata de un atractivo artículo que permite conocer e interpretar las características fundamentales de la labor escultórica de Francisco Rallo. Su autora es Mar Aznar Recuenco, profesora del Departamento de Humanidades de la Universidad Carlos III de Madrid y también profesora de Historia del Arte de la Uned en Madrid.

El objetivo del artículo sobre la obra de Francisco Rallo Lahoz es, según la autora, adentrarse “en lo que subyace al relato, sondear la herencia figurativa y técnica de la poliédrica tradición artística mediterránea en su legado, y bosquejar el trasunto estético de lo "sensible" que inundó el inconsciente de un cincel que moduló el volumen en una forma existente, dormida y anidada en el interior de la materia a la espera de ser descubierta”.

Otro de los artículos relevantes del nuevo número de Turia es el que Francisco Lázaro Polo, profesor de lengua y literatura española en enseñanza secundaria, dedica a indagar los Cantos, himnos y trasfondos de la literatura celta turolense. En él, este reconocido estudioso de la cultura generada en la provincia más meridional de Aragón, indaga y divulga con acierto y rigor sobre nuestro pasado celta.

Según nos recuerda Lázaro Polo, “el último cuarto del siglo III a. C., que es cuando los romanos llegan a la península ibérica, la parte occidental de lo que, en la actualidad, es la provincia de Teruel, formaba parte de lo que el geógrafo heleno Estrabón llamaba una tierra grande, áspera y desigual, bañada por ríos, habitada por pueblos de etnia celta y origen indoeuropeo, un área conocida como Celtiberia”.

Con la publicación de los citados contenidos, en las secciones que específicamente se denominan Sobre Aragón y Cuadernos Turolenses, se cumple así una de las líneas de trabajo de la revista Turia. Una labor que le ha permitido convertirse en una plataforma idónea para la investigación y la divulgación. Tanto de aquellos protagonistas como de los temas de interés histórico, literario, artístico y antropológico que, vinculados a Teruel y a Aragón, merecen conocerse más y mejor.

En este número 156 de la publicación, tanto la ilustración de portada, como las diez que enriquecen el interior de la revista, corren a cargo de la pintora Fe Blasco (Barcelona, 1952-2024). Se trata de una creadora casi secreta, cuyas raíces familiares se encuentran en Aragón, en la localidad oscense de Barluenga. A partir de su adolescencia, su vida estuvo marcada por los problemas de salud mental, que condicionaron su trabajo creativo y determinaron su aislamiento y la escasa difusión de su labor como pintora e ilustradora. No obstante, realizó diversas exposiciones individuales y colectivas en Barcelona, Madrid y Ciudad de México. Su última exposición individual, que contribuyó a su redescubrimiento en Aragón, se realizó en el Torreón Fortea de Zaragoza en 2024. Además ilustró portadas de libros para editoriales como Anagrama y Plaza & Janés y revistas como Vogue y El Europeo.

Además, y como es habitual, los autores y temas vinculados a Aragón gozan en la revista de un notable protagonismo. Un total de 41 creadores aragoneses o radicados aquí participan en cada una de las diez secciones de la revista con sus relatos, poemas, artículos, críticas de libros o ilustraciones. No en vano, a lo largo de estas más cuatro décadas de trayectoria, han sido múltiples las ocasiones en que la revista ha ejercido su labor de puente cultural entre el trabajo creativo, de investigación y divulgación de dichos autores y el realizado por los grandes nombres de la cultura universal.

Turia es una revista que tiene una versión en papel, de periodicidad cuatrimestral, y otra digital (web y Facebook) de difusión diaria y que cuenta con más de 15.000 seguidores. Está editada por el Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación de Teruel y en su patrocinio participan el Ayuntamiento de Teruel, el Gobierno de Aragón y la Caja Rural de Teruel. Este número ha sido posible gracias a la colaboración del Ministerio de Cultura.

La imborrable huella escultórica de Francisco Rallo Lahoz

Dentro de la sección de Turia titulada Sobre Aragón, tiene cabida el artículo de Mar Aznar Recuenco La forma como concepto estético en la escultura de Francisco Rallo Lahoz (1924-2007). En él, el ilustre artista aparece descrito como “uno de los escultores que ha engalanado una Zaragoza de leones, retratos, caballitos y musas que presiden el espacio urbano de la ciudad, una imborrable huella que día a día, paso a paso, está presente en la memoria popular. Su corpus escultórico navega desde la funcionalidad de la tradición plástica figurativa academicista al servicio del oficialismo hasta una personal simplificación de los volúmenes esenciales como síntesis de la forma”.

A través de un análisis certero y didáctico de la obra de Francisco Rallo, la profesora Aznar Recuenco, logra su principal objetivo: “adentrarnos en lo que subyace al relato, sondear la herencia figurativa y técnica de la poliédrica tradición artística mediterránea en su legado, y bosquejar el trasunto estético de lo «sensible» que inundó el inconsciente de un cincel que moduló el volumen en una forma existente, dormida y anidada en el interior de la materia a la espera de ser descubierta”.

Sin duda, y como bien argumenta el artículo “Francisco Rallo fue hombre que aunó el pulso de su cincel con el alma de la tradición clásica y un espíritu creador deslizado entre los surcos del significado y la significancia del oficio de escultor. En su último viaje hacia el inconsciente místico de la forma y la materia, nos dejó unas cuantas obras célebres donde la modernidad se une al profundo conocimiento de la esencia de la vida, un proceso truncado por su muerte en un momento de viraje creativo en el que en sus palabras: ‘Me quedan muchas ideas que todavía tengo que desarrollar’”.

Pervivencias y trasfondos celtas en Teruel

Francisco Lázaro Polo, con su artículo Cantos, himnos y trasfondos de la literatura celta turolense, realiza una nueva y certera colaboración con la Turia. Y es que este profesor de Lengua y Literatura de bachillerato, ha sido uno de los autores que han participado en la sección Cuadernos Turolenses de la revista. Quien ha escrito, en anteriores ocasiones, sobre figuras como Miguel Artigas o Manuel Polo y Peyrolón, dedica esta su texto a analizar distintos aspectos de nuestro pasado celta. Y es que, según nos dirá, existen elementos provenientes de aquella remota época que perduran hoy, “rituales que estarían también presentes en distintas zonas de la Celta hispana, como la Celtiberia, algunos de cuyos elementos han pervivido en el tiempo y permanecido fundidos con dances que los mozos de los pueblos turolenses aún hoy realizan en honor a la Virgen o al patrón de su comunidad, o fusionados con los mayos, esa forma particular de cortejo que tiene lugar, cuando llega el mes de las flores, en distintos pueblos de la Sierra de Albarracín”.

Afirma igualmente Lázaro Polo que “imaginario celta provienen robles milagrosos, como el de una leyenda alcorisana, cuyas ramas y rituales dirigidos por sanadores o personas especiales nos recuerdan a los druidas o sacerdotes celtas que con muérdago curaban enfermedades. Y a ese mismo imaginario celta pertenecen doncellas encantadas que deambulan por tantas leyendas de la Sierra de Albarracín, en la zona meridional de lo que era la antigua Celtiberia, como esa doña Blanca, cuya sombra aparece, desde hace varios siglos, las noches estivales de plenilunio para bañarse en las aguas del río Guadalaviar”.

Y concluye Lázaro Polo su indagación asegurando en la revista que “raíces, trasfondos y pervivencias celtas presentan los amores trágicos, tan abundantes en las narraciones legendarias turolenses. Evidente es la conexión entre la leyenda celta, que recrea los amores de Tristán e Iseo, y la leyenda de los Amantes de Teruel, sobre todo en ese mitema en el que se entreveran la muerte y el amor. Largas son las luces celtas. Se deslizan en el tiempo en procesos de larga duración. Energía inmortal, que, a lo sumo, solo se transforma”.

Fe Blasco, un auténtico tesoro de creatividad

Este número 156 de la revista cuenta, en su parte gráfica, con la valiosa y atractiva contribución de Fe Blasco, pintora barcelonesa de raíces oscenses. Se da la circunstancia de que su fallecimiento se produjo el 12 de octubre del pasado año, cuando ya le había hecho el encargo de ilustrar el número que iba a protagonizar Rosa Montero. Con la ayuda de su pareja, el editor, escritor y traductor Enrique Murillo, Turia ha seleccionado una serie de imágenes inéditas que se encontraban entre sus archivos personales.

En 2024, el Ayuntamiento de Zaragoza le dedicó una exposición retrospectiva en el Torreón Fortea. Su obra fue objeto de varias exposiciones realizadas en Barcelona, Madrid, Zaragoza y Ciudad de México. También realizó portadas de libros para editoriales como Anagrama y Plaza & Janés, así como ilustraciones en revistas como Vogue y El Europeo.

La familia de Fe Blasco emigró a Barcelona procedente de la pequeña localidad oscense de Barluenga. A partir de la adolescencia su vida estuvo marcada por los problemas de salud mental, que condicionaron su trabajo creativo y determinaron su aislamiento y la escasa difusión de su labor como pintora e ilustradora. Entre quienes han valorado la trascendencia e interés de Fe Blasco y reivindicado su mayor difusión está otro autor muy vinculado a la publicación: el barcelonés Enrique Vila-Matas.

Según la ha descrito Vila-Matas, “la obra de Fe se abre siempre a la verdad del mundo, es el mundo”. También ha afirmado sobre su obra que “ella es la pintora de lo indecible, de los cielos que estallan en rayos, y de las trombas, de las albas desoladoras en las que toda luna es atroz y todo sol es amargo”.

Por su parte, María Luisa Grau Tello y Antonio Ansón, que comisariaron esta última exposición antológica realizada en Zaragoza, afirmaban en el catálogo de aquella muestra: “Como en todas las grandes obras, lo más íntimo y cotidiano encierra lo más universal. Los cuadros de esta pintora son un diario, el relato de sus días, con destellos y oscuridades, con sus momentos de fatalidad y de júbilo”.

Acierta Enrique Murillo cuando afirma, sobre la condición de Fe Blasco como pintora secreta: “Como Virginia Woolf, Frida Kahlo, Leonora Carrington y tantas otras mujeres que han sido escritoras, pintoras… pero cuya obra, por sus circunstancias personales, han tardado muchísimo en alcanzar un reconocimiento, Fe Blasco estuvo desde una edad temprana sometida a diversas formas de dolor físico y mental que determinaron su aislamiento y han retardado el reconocimiento de su talento. Su situación personal en parte explica la esencia de su pintura, siempre alejada de modas y tendencias de la época, siempre centrada en sí misma, su vida compleja, su dolor, del que se distancia a veces gracias a un notable sentido del humor”.

41 autores aragoneses escriben en Turia

Cada nuevo sumario de Turia es un claro ejemplo de integración cultural de autores de diversas procedencias geográficas, estéticas, ideológicas y generacionales. Todo ello sin olvidar nunca el arraigo turolense/aragonés de esta revista. Buena prueba de esa filosofía de trabajo la constituyen los 41 autores aragoneses que publican textos inéditos en las distintas secciones del sumario del número de la revista que se distribuye este mes de diciembre de 2025.

Así, los lectores de la revista podrán disfrutar en la sección de narrativa de dos sugerentes textos. El primero, el relato (La elegida), es obra del zaragozano Joaquín Berges, un autor de notable proyección mediática nacional y que publica habitualmente sus libros con Tusquets, uno de los mejores sellos editoriales del país. También la revista da a conocer un fragmento de Ahora es el fuego, novela inédita del turolense José Antonio Gargallo (Calanda, 1943). Según su autor: “Es una novela que no quiero dar nunca por terminada. El texto lleva reescribiéndose 17 años. A través de ella, de esos mismos personajes que mutan una y otra vez sin quejarse, he vivido algunos de los acontecimientos vitales que me han acompañado durante ese tiempo: ha tenido tantos finales como bandazos ha llevado mi realidad”.

En poesía, Turia da a conocer poemas inéditos de diez aragoneses aquí: Teresa Agustín, Mariano Castro, Francisco Ferrer Lerín, Maribel Hernández del Rincón, Marisol Julve, Juan Leyva, Juan Marqués, Antonio Martín Barrachina, José Manuel Soriano Degracia y Rafael Yuste Oliete.

Otra de las secciones habituales de la revista es La isla, que contiene fragmentos del diario de Raúl Carlos Maícas ilustrados por Isidro Ferrer. Por último, hay que subrayar la nutrida presencia de aragoneses en la sección La Torre de Babel. Es el apartado que Turia dedica a la crítica de libros, y en él se ofrecen cuidadas reseñas de libros de ficción, de no ficción y de poesía, tanto de autores españoles como de otros idiomas traducidos al español. La amplitud y calidad de esta sección han convertido a Turia en una de las revistas que más y mejor practican la crítica literaria entre las publicaciones y suplementos culturales de España.

En esta ocasión, ejercen como críticos, un total de 24 aragoneses o radicados aquí: José María Ariño Colás, José Baldó, Rosa Burillo, Eva Cosculluela, Aurora Cruzado Díaz, José Domingo Dueñas Lorente, Rafael Esteban Silvestre, José Giménez Corbatón, Octavio Gómez Milián, Rafael Lorenzo Alquézar, Manuel Martínez-Forega, David Mayor, Pedro Moreno Pérez, Ana Muñoz, Agustín Pérez Leal, Fernando Sanmartín, Ana Segura, Nicolás Sesma, Almudena Vidorreta, Enrique Villagrasa, Juan Villalba Sebastián, Jesús Villel y Miguel Ángel Yusta.