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Uge Fuertes prepara ‘Inventografías’, su próxima ‘delicatessen’ fotográfica Uge Fuertes prepara ‘Inventografías’, su próxima ‘delicatessen’ fotográfica
Uge Fuertes juega en su trabajo fotográficos con la capacidad de observar y de jugar con lo observado. Uge Fuertes

Uge Fuertes prepara ‘Inventografías’, su próxima ‘delicatessen’ fotográfica

El turolense tiene previsto que su tercer libro vea la luz entre enero y febrero del próximo año
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Tras Imaginando mundos (2018) y Emociones en escabeche (2020), el fotógrafo de Monreal del Campo Uge Fuertes tiene previsto publicar su tercer libro entre enero y febrero de 2023. Se titulará Inventografías y la campaña de crowdfunding que se está desarrollando para su publicación ha superado los 12.000 euros en los 22 primeros días.

Uge aborda el mundo de la fotografía desde una perspectiva 3.0, dejando para otros manuales asuntos mundanos como velocidades de obturación, números f, sensibilidades ISO y demás zarandajas técnicas -sobre las que hay toneladas de bibliografía-, y concentrándose en las fases del proceso fotográfico que más le interesan y que le han convertido en uno de los fotógrafos de naturaleza más destacados de España, con numerosos premios y menciones en concursos de todo el mundo.

La capacidad para salirse del canon y conectar elementos dispares origina historias originales y sorprendentes. Uge Fuertes

Estos son la observación y la percepción en primer término, y la composición, la conexión creativa con lo fotografiado y el análisis de la imagen en segundo. Esta forma de trabajar ya la inauguró con su primer libro hace cuatro años, Imaginando mundos, aunque este otro volumen “no va a ser una continuación de ese”, aclara el turolense. “Inventografías es más punki. Contiene más reflexiones y cuento más cosas que tienen menos que ver con la fotografía”. Siendo un libro de fotografía -contiene 300 espléndidas imágenes- “habla menos de la cámara y más de cómo percibimos la naturaleza, que cada vez es peor y así nos va”, asegura.

En muchos sentidos Inventografías está concebido como muchas de las imágenes de Uge, con la pretensión de originar más preguntas que respuestas. “Creo que es buena idea explicar cómo me surgen a mí las fotografías cuando me pongo a mirar. Invitar a la gente a que se cuestione lo que está viendo para hacer cosas que nunca se han hecho... o al menos intentarlo”.

Un plano poco habitual de un amanecer suele hacerlo más especial. U.F.

A través de imágenes de naturaleza que tocan diferentes géneros, como la nocturna, la macro, el paisaje, la abstracción o la foto cenital, Uge Fuertes reivindica la intuición y la curiosidad como principales fuentes de inspiración. Y arduo trabajo de seleccionar uno o dos de los 2.000 archivos generados en cada salida. Porque para el de Monreal la fotografía es fundamentalmente mirar. Un buen trabajo artístico -tan distinto al documental, o no- empieza mirando el entorno, sin conocer la pretensión o el destino final que tendrán las fotografías, y termina mirando lo que uno se ha traído en su tarjeta de memoria. “Dejarse llevar por la intuición cuando seleccionas qué fotos te quedas y cuáles no, es tan importante como el momento de disparar, porque has de asumir que durante ese proceso vas a dejar grandes fotografías en el tintero. Seguramente”.

Todo es inventar

Uge Fuertes ha pasado los últimos años inventado el tipo de fotografía que quería hacer. Y en muchas ocasiones lo ha hecho acudiendo a aquello que nadie quiere ver y mucho menos fotografiar. “He oído decir que podrías meter a cinco fotógrafos dentro de una caja de cartón vacía y siempre habría alguno que fotografiaría algo distinto a los demás”. El gato al agua se lo llevará quien mire en dirección contraria. “Nos tira mucho lo bello, y en la naturaleza hay muchas cosas a las que no miramos porque no nos gustan”, explica el fotógrafo. “Pero cuando la realidad es que hay más degradación que belleza, cuando la realidad es que hay más naturaleza antropizada que virginal, hay que saber mirar hacia allí. En realidad es hasta más sencillo, porque hay que hacer mucha puntería para no sacar un cable o un tapial”.

La pareidolia, el reconocimiento de rasgos humanos en lo que no lo es, puede ser espontánea pero también inducida. U. F.

De ese modo, “una amapola que parece un pezón o un tocón de madera que parece un culo” se transforman en sujetos bellos y originales, que estimulan la vista del espectador. “Los pájaros marrones son igual de pájaros que los abejarucos. Fotografiémoslos de vez en cuando, ¿no?”.

Eso tiene que ver con un axioma que puede parecer obvio, pero que a menudo se le escapa al fotógrafo: Hamelín está en casi todos los lugares, así que no sigamos a ningún flautista. “Al final vamos todos al mismo sitio, y terminamos haciendo talleres y cur sos para obtener la misma foto”, afirma Fuertes. “Eso es bastante empobrecedor. Cuando un espacio se convierte en lugar de peregrinación como si fuera el Everest, termina perdiendo todo su interés, incluso el visual, por espectacular que sea. La fotografía es capaz de saturarnos incluso de lo más bello, así que busquemos nuevos lugares que enseñar”.

Otra de las metáforas que Uge explica en Inventografías está sacada del imaginario de Toni Soriano, y consiste en comparar la fotografía con el juego del pañuelo. Significa entender que para ganar hay que ser el más rápido, o ser premeditadamente más lento y dejar que el otro agarre el pañuelo para después atraparlo. “A veces el mérito consiste en lograr hacer la foto en un segundo, pero hay que entender que lo más habitual es que tengas que esperar siete días”.

Conservación de la naturaleza

Uge entiende como un objetivo vital tratar de escapar a la endogamia fotográfica, que viene a definir como aquello que hace que una de nuestras fotografías despierte admiración en un Congreso de Fotografía de Naturaleza, pero pase desapercibida para el resto del mundo. Conste que los Congresos no tienen nada de malo, pero “el éxito no está en el reconocimiento de los profesionales, sino en el de quien no tiene nada que ver con la fotografía ni con la naturaleza. Porque en el primer caso no vas a tener recorrido, no vas a hacer nada por la conservación de la naturaleza”.

Saber mirar lo que ofrece la naturaleza proporciona grandes fotos, incluso antes de dispararlas. Uge Fuertes

Y es que Uge Fuertes es amante de la naturaleza, Agente para la Protección de la Naturaleza y fotógrafo, por ese orden. Y la conservación del medioambiente tiene una importante presencia en Inventografías, como la tiene en su actividad como fotógrafo. Es pura reivindicación: “la foto de naturaleza no necesariamente está ligada al conservacionismo. La mayoría busca una foto espectacular y se va a su casa con ella. Yo prefiero la ética a la estética, al menos intento no perder esa perspectiva”.

En ese sentido Uge recomienda abordar cada sesión con humildad y salirse de la horquilla de creadores situados entre Dios y Harry Potter. “Me divierte cómo los fotógrafos expresamos lo que hacemos, como si fuéramos dioses o magos, responsables de su creación. Hacer un mar, un amanecer, hacer la Luna... todo eso estaba hecho mucho antes de que nosotros llegáramos, y es importante que lo entendamos”.

El libro está prologado por el fotógrafo barcelonés Tino Soriano, alguien cuya mirada y forma de entender la imagen ha motivado siempre a Uge. “Como docente es un crack y como fotógrafo también. Él trabaja para National Geographic, pero al margen de títulos y premios, es uno que sabe mucho. Y es muy emocionante que me haya prologado el libro”. De él, Soriano dice entre otras cosas que es “un tratado de fotografía y de psicología a la vez”, porque “hay muchas cosas que valorar detrás de una buena imagen, más allá de su excelencia plástica”. Y Uge da cuenta de muchas de ellas, con un excelente criterio basado en el sentido común, la experiencia y la poesía.

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