Ayman, el gol que vale puntos para el CD Teruel

Las cifras lo confirman con claridad meridiana. El delantero hispano-marroquí del CD Teruel, Ayman Arguigue, ha participado en siete de las ocho jornadas disputadas por el equipo en este arranque de liga, en este primer cuarto de competición en Primera RFEF en el que el equipo de Vicente Parras dice que pelea por la permanencia y para eso se sitúa a dos puntos del liderato. De esos siete partidos en los que Ayman ha saltado al césped, todos ellos lo ha hecho desde el banquillo, en la segunda parte. Con el partido abierto, en busca de una certera intervención ganadora.

Y el goleador nacido en Valencia responde con regularidad, con intervenciones decisivas. Ya lo barruntó en su debut en casa ante el Betis Deportivo, en el que el VAR le escamoteó el gol postrero de la victoria por una falta, o un fuera de juego, o lo que fuera que viese el árbitro entonces. Lo plasmó con el tanto del empate, también en Pinilla, que salvó un punto ante el Eldense. Y lo confirmó este domingo con su segunda diana, decisiva, valor victoria, a veinte minutos del final ante el Sevilla Atlético. “Me alegro por Ayman, es un chico joven”, reivindicaba Vicente Parras tras ese tercer triunfo seguido en casa, “se percibe ese acierto que tiene”.

Porque en efecto el atacante ya es el máximo goleador del equipo, es el primero que alcanza los dos tantos en un oficio que de momento aparece repartido, y presenta el mérito de hacerlo además con la mejor ratio de goles por minutos jugados. Sus siete apariciones sobre el terreno de juego, desde la suplencia, suman poco más de 200 minutos en lo que va de liga: el resultado, un gol cada cien minutos, aún mejor habría sido si el anulado ante el Betis B hubiera sido válido.

Los titulares siembran

En el fútbol de Ayman se percibe ese descaro callejero que tienen, por ejemplo, sus compañeros de la selección de Marruecos sub-20 que en la madrugada de ayer lunes se proclamaban campeones del mundo en la final ante Argentina. El bloque magrebí, en el que Arguigue no fue seleccionado a última hora, proyecta gambeteo, amago y finta, balón escondido al espacio y gol certero y veloz, virtudes que el delantero cedido por el Huesca exhibe en cada una de sus apariciones. En el anterior partido del Teruel a domicilio, en Sabadell, un eslalom suyo pegado a la cal habilitó un pase de la muerte que no fue gol por un mal bote que marró el remate final. Siempre hay algún detalle en las botas de Ayman.

Y Parras lo ve, lo percibe, lo valora y lo utiliza cuando observa que esa aportación le debe servir al equipo para obtener puntos. Que es cuando el partido está más abierto, con las defensas menos férreas, con la pizarra madura tras una hora de disputas y brega en las dos áreas. Para segar hay que arar. “Somos un equipo”; no se cansa de recordar el entrenador ilicitano ensalzando el trabajo de los delanteros titulares, Sergio, Merencio y Teddy, en la primera hora “de desgaste de la defensa rival. Luego salen los compañeros desde el banquillo y lo aprovechan. Ésa es la fuerza del colectivo, el que entre todos rememos, empujemos y que nos aprovechemos en determinadas ocasiones del trabajo de los demás”, percibe Parras.

El entrenador necesita esa primera hora de guerra de guerrillas constante para ir madurando los igualados partidos de esta Primera Federación. “Ayman tiene que fijarse mucho en la gente que tiene por delante, hay cosas en las que tiene que mejorar para tener más minutos. Es muy joven, tiene que aprender”. Su rol, por ahora, camina hacia la cosecha que siembran los que saltan en el once inicial. No le va mal, ni a él, ni al Teruel, que suma trece puntos, cuatro de ellos directamente ganados por los goles de Ayman.