

El ‘Comandante’ decide el primer ensayo del Teruel ante el Levante de Primera (0-2)
Detalles positivos y férrea actitud de los rojillos en un partido que decantó Morales con dos golesEl CD Teruel pasa de la dictadura de Taliby a dos pesos bajo palos
Siete amistosos ya confirmados para la pretemporada del Teruel que arranca este miércoles
Más gente de la esperada, casi un millar, en las gradas de Pinilla este miércoles a la hora de la merienda-cena. Y más fútbol del previsto en el primer ensayo de esta pretemporada del regreso del CD Teruel a Primera Federación. Se barruntaba que el Levante de Primera División iba a ser un adversario más que cualificado para el primer test de los de Vicente Parras. No se esperaba tan buena respuesta de los rojillos. Ni siquiera el propio entrenador alicantino. “Primeros veinticinco muy buenos”, dice. Alguno más, incluso.
Porque es verdad que los granotas quisieron coger la pelota desde el principio, tienen mimbres para ello y saltaron al césped mudéjar con ganas de algo más que visitar el Torico. Pero no es menos cierto que desde el minuto uno se vieron las bases de lo que Parras quiere que sus futbolistas le den. Innegociable la presión, la velocidad y la intensidad. De inicio. Con defensa de cinco por la baja a última hora del pivote Relu, en un sistema que será cambiante “en función de los matices que tenga cada rival” según el míster, Vigaray se puso el traje de organizador desde su posición de central derecho.
En las buenas, el Teruel de los cinco defensas en realidad lanzará a sus carrileros a la aventura por las bandas. Un servicio telegrafiado por el madrileño dejó a Rodríguez, el diestro, sólo delante del arquero rival, en el área, algo escorado, pero con ángulo suficiente para embocar al palo largo. Probó, pero le salió algo mordida. Rechazó el portero, y el rebote pilló a Sergio Moreno en el punto de penalti para embocar. Se la sacó de nuevo el meta rival en la primera, acaso la gran opción del Teruel. Aún repetiría Vigaray un par de veces ese modelo de despliegue largo por banda. Todas ellas precisas y con aroma de peligro.
Esas primeras credenciales del nuevo Teruel sirvieron para que el Levante relajara un poco el pulso de su dominio, y para que el equipo turolense mostrase que tampoco eludirá el balón si hay posibilidades de jugarlo. Es cierto que no lo va a sobar ni a manosear. Llegada rápida a posiciones de banda, y desde allí búsqueda de opciones de remate. Más hechuras de inicio por parte de Merencio, de quien se observa capacidad y frescura pegado a banda pero también en tres cuartos, más hacia el centro. Probó un par de servicios con malicia, pero no halló libre a Sergio. Es duro y competidor el ariete navarro, no le pierde la cara al partido.
También se le vio atrevido al otro atacante, Teddy, aunque algo más precipitado, aún a la espera quizá de enganchar bien con los dos que aparentan ser los que lleven la manija del equipo al menos en estos primeros momentos de reconstrucción. Redón tiene planta y conceptos. Blesa, “el ocho, espectacular”, en palabras de la futbolista Adriana Martín, en casa aún, en efecto aglutina mucho, despliega y ordena.
Con Bernad en puerta, buen pie el suyo, y Van Rijn, Del Moral y Medina completando la línea de zagueros, soltó en efecto media hora más que aseada el equipo ante un Levante que tuvo que esperar a la pausa de hidratación para resetearse. Salió del refrigerio más brioso, y se aupó sobre la espalda del ariete Espí, que suena para el Zaragoza; tuvo un primer escorzo por físico en el que superó a la zaga local pero chutó desviado, y combinó después con Kareem para rozar el gol.
Concentración defensiva
Esos minutos de zozobra con el Levante apretando pillaron a la defensa del Teruel prevenida, y éste es otro apunte positivo de la tarde-noche. Vigaray se lleva los focos, pero Del Moral mostró rapidez al corte y en salida, y Van Rijn es atrevido en salida, tiene planta, y es una especie de imán para los balones aéreos. Sufría poco por arriba el Teruel de Mendia. Tampoco sufrirá mucho el de Parras.
Así que para la segunda parte espadas en todo lo alto, y de nuevo el Levante enrabietado tras el descanso en busca de llevarse el partido. Tras la primera ovación de su afición, Vigaray dejó su sitio a Fondarella y se vivieron diez minutos de aluvión visitante en los que Sergio Lozano y, sobre todo, el Comandante Morales ya en el terreno de juego, pudieron inaugurar el marcador. La calidad en la conducción del levantinista empezó a alfombrar ocasiones, y empezó a verse alguna costura; en medio del primer carrusel de cambios un penalti dudoso permitió a los granotas poner el cero a uno.
Para entonces Hugo Gómez estaba ya en el eje de la medular, Gálvez estaba en portería, muy seguro por arriba y Míchel ocupaba la banda derecha rojilla. Y no encajó mal el Teruel ese tanto; de hecho poco después del primer gol visitante Blesa, que minutos antes había probado desde la frontal tras un minuto de posesión turolense, armó una buena llegada con Fondarella por la zurda cuyo centro pilló a Merencio con la bola a media altura desde la frontal. Arriba la pegó, por poco.
El siguiente carrusel de cambios, ya después de la pausa de la segunda parte, decayó los ánimos y el brío de unos y de otros. Aún así, se vio recorrido en los minutos de Vivas y, sobre todo, se vieron maneras, rapidez de piernas, toque y mente, en Juan Martínez. Con la zaga titular en el banquillo, eso sí, un desajuste defensivo en el tiempo de prolongación dejó a Romero con tiempo para servirle el gol definitivo, su segundo tanto, a Morales. Clase internacional en Pinilla. Buen augurio.
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