El Trofeo Aragón Orientación baliza e ilumina los rincones más señalados de Teruel

El ingente trabajo de cartografía, más de dos meses peinando la ciudad de Teruel y su entorno forestal, a cargo de Mario Vidal y sus compañeros del Club Ibon Orientación de Zaragoza da sus frutos, se ha convertido en uno de los acontecimientos deportivos, también sociales y turísticos de la capital mudéjar en esta temporada. Más de un millar de deportistas de toda España, algunos también de varios países europeos, la mayor parte de ellos familias, padres, madres y sus criaturas vienen escudriñando palmo a palmo cada uno de los parajes de la capital; los urbanos, los periurbanos, calles y avenidas, senderos y caminos, árboles y edificios, asfalto y tierra.

Porque 48 horas de actividad en el Trofeo Aragón de Orientación que Teruel alberga este fin de semana dan para descubrir muchos rincones de la capital mudéjar. Se los conoce todos de memoria Vidal, los ha mapeado, y ha destacado una veintena de ellos para convertirlos en metas, puntos de control fin de ruta y camino en recorridos que pusieron a prueba la destreza, ese “correr con cabeza” que los atletas de orientación necesitan para aspirar a los títulos en la competición. Los puntos de control estaban ubicados en lugares céntricos y estratégicos, la plaza del Torico, el entorno de la Catedral y el Ayuntamiento, las torres mudéjares, San Juan y su entorno, el Óvalo, la Judería... Acertar con el camino exacto necesario para llegar a cada uno de ellos fue el reto.

“Lo importante, siempre, es la seguridad de los corredores”. Y bajo esta premisa Mario Vidal incide tanto en la jornada que comenzaba el sábado y que este domingo concluirá con la última prueba. Al final, cuatro carreras en una, orientarse y calcular espacios y tiempos en el Bosque Valdelobos, Las Arcillas, el Casco Histórico de la ciudad y Fuentecerrada. Esta tarde se conocerán los ganadores en cada una de las categorías. Pero, por encima de todos, la ciudad, el escenario, saldrá favorecido tras este Trofeo Aragón. “Hemos cuidado cada detalle tanto en el diseño de la prueba como en su seguimiento y retransmisión”, explica Vidal, “de manera que Teruel se convierte en protagonista”.
 

“Todo el mundo quiere venir aquí a hacer orientación”, insiste Jesús Paricio, el portavoz del Club Ibón. Y la clave no está solamente en la propia belleza de los paisajes. Está, sobre todo, en su variedad y cercanía: ciudad, bosque, páramo, ribera, en muy pocos kilómetros. La orientación es un deporte con más de 100 años de historia, originario de los Países Escandinavos. Llegó a España en los años 80 de la mano del maestro de esgrima sueco, Martin Kronlud, que lo fomenta desde su puesto en el INEF de Madrid. Actualmente es una actividad reglada y cuenta con una federación española.

Y atrajo en Teruel a más de 700 escolares en un evento multitudinario esta pasada primavera, que sirvió de base para el surgimiento de los primeros abanderados de esta modalidad deportiva en la provincia. De los participantes en el evento de este fin de semana, aproximadamente un centenar son aragoneses, como los hay valencianos, catalanes, vascos, madrileños, de ambas Castillas... Se acerca a la decena la representación turolense.

El mapa, indispensable

El establecimiento de rutas para cada recorrido en la orientación en Teruel obliga a un mapa exhaustivo, detallado, completo en el que vienen reflejados de manera concreta y situada cada uno de los obstáculos y los elementos de referencia que deben ir encontrándose los deportistas dentro de su periplo. Así, los mapas diferencias entre terreno abierto, irregular, de cultivo o basto, bosque y vegetación, arenas, roca, huerto o tierra irregular, así como cauces o balsas de agua y, en terreno urbano, diferentes tipos de viales y edificios a cada paso.