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La capital vive su mejor momento de  la mano del Pamesa Teruel y del CD Teruel La capital vive su mejor momento de  la mano del Pamesa Teruel y del CD Teruel
Los dos presidentes se dan la mano en el Parque los Fueros

La capital vive su mejor momento de la mano del Pamesa Teruel y del CD Teruel

Carlos Ranera y Ramón Navarro analizan la buena situación de los clubes antes de un fin de semana clave
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Javier Gascó
El fútbol y el voleibol tienen más bien poco en común, pero Teruel  lleva, desde hace muchos años, siendo el nexo común de estos dos deportes. El Pamesa Teruel y el Club Deportivo Teruel encaran la recta final de una temporada para la historia con la ilusión y la ambición por bandera. Carlos Ranera y Ramón Navarro, presidentes de ambas entidades, analizan la magnífica situación que atraviesan los dos clubes antes de un fin de semana clave para su futuro a corto plazo.

La capital mudéjar vive uno de sus mejores momentos deportivos de los últimos tiempos, con el Pamesa Teruel a un paso de la final del play-off por el título y el CD Teruel rozando el campeonato liguero, con ascenso directo a Primera RFEF incluido. La ilusión reina tanto en las aficiones como en las directivas de ambas entidades, que a principio de temporada no esperaban estar en el lugar en el que se encuentran en la actualidad. Sin embargo, Ramón Navarro y Carlos Ranera prefieren no alzar las campanas al vuelo. 

El presidente del CD Teruel cree que “hay que ser cautos”, ya que el equipo disputa un duelo trascendental el domingo en casa del segundo clasificado, aunque reconoce que “sería muy bonito ascender”. Una sensación que comparte Carlos Ranera, quien confía en que la “brillante temporada” del cuadro rojillo tenga “el colofón” del ascenso, al igual que en la victoria de los suyos ante el Río Duero Soria para colarse en la final.

Ambos presidentes trabajan temporada tras temporada en busca de resultados positivos, aunque en el deporte el esfuerzo no siempre es sinónimo de éxito. “El deporte es caprichoso a veces y puede ocurrir que los dos consigamos los objetivos en una misma temporada, o no, pero el trabajo sigue haciéndose igual en ambos clubes. Gracias a mucha gente que invierte muchas horas de su tiempo esto se puede llevar a cabo. A veces se da el resultado esperado y a veces no”, confiesa   un Carlos Ranera al que la ilusión le da alas para continuar en el cargo. Ese mismo combustible tiene Ramón Navarro, que piensa que la afición, compartida entre ambas entidades en un pequeño porcentaje, es el principal motivo por el que existen las dos grandes entidades del deporte turolense.

Trabajo común y envidia sana

En ese sentido, ambos presidentes coinciden en que el perfil de aficionado que acude a Los Planos o que va cada domingo a Pinilla es diferente, aunque Navarro cifra en torno a “un 15 o un 20%” el número de hinchas que son socios de los dos clubes de la ciudad. Ese porcentaje corresponde al tipo de turolense que “se involucra en todo”, según Carlos Ranera.

Las cantidades son lo de menos para dos presidentes que tienen una gran relación y que siempre trabajan de manera conjunta en beneficio de la afición: “Podemos hacer cosas para mejorar. La comunicación es muy fluida y cada vez que hay un evento hablamos para intentar que no coincida en horarios para dar margen de que la gente pueda ir a los dos”.

No obstante, existen ciertos aspectos que unos y otros envidian, de manera sana, de su vecino. “Hay una cosa, que no me gusta llamar envidia sana, aunque sí que la tenemos que es que la gente es mucho más educada en el voleibol que en el fútbol. No entiendo por qué en el fútbol tenemos que ser tan agresivos. El voleibol es más familiar; puedes ir con niños y no les van a doler los oídos”, argumenta un Ramón Navarro, que no culpa a la afición turolense de una actitud que se ha generalizado en el mundo del balompié.

Ejemplo para los jóvenes

De hecho, el presidente del conjunto rojillo considera que “una de las cosas más bonitas que tiene el deporte” es influenciar en los seguidores más jóvenes. Algo que en la ciudad de Teruel es un hecho gracias al trabajo llevado a cabo por ambas directivas. 

Cada semana, cientos de niños saltan al césped de Pinilla para saludar de cerca a Taliby y al resto de la plantilla de Víctor Bravo. Otros tantos animan sin cesar al Pamesa Teruel en Los Planos, donde al término de los partidos buscan el autógrafo y la foto de alguno de los héroes del bloque naranja. Sin embargo, esos acontecimientos no son fruto de la casualidad, según comenta Ranera: “Si se ve que hay un señorío en el club, eso se transmite y la correa de transmisión sigue. Los niños y niñas son el futuro del mañana”.

Navarro cree que la confección de la plantilla también tiene buena parte de culpa: “Los dos clubes fomentamos que, a parte de competir, los jugadores lleven el nombre de Teruel con orgullo y sean cercanos con la afición”.

Carencia de producto local

Sin embargo, esa cercanía con Teruel se diluye en el ámbito deportivo. Tanto el equipo de voleibol como el de fútbol cuentan con un solo jugador turolense en plantilla la actual temporada. Un hecho que Ranera y Navarro querrían que fuese de otra manera, pero ante el que pueden hacer más bien poco. 

El máximo representante del CD Teruel piensa que son los socios los que deciden el camino que toma el club cada temporada en la asamblea. “Un club se debe a muchas cosas y nosotros cada año hacemos una asamblea al acabar la temporada y siempre participan los socios. Allí se les pide opinión. Ellos quieren que el equipo compita y esté arriba. Nos da pena que no haya más turolenses, nos gustaría que hubiesen más y que jugasen más minutos”, explica el presidente rojillo, al que le “está costando llevarlo”.

Por su parte, Ranera cree que el voleibol tiene un “hándicap” distinto al del fútbol en este sentido. El presidente de la entidad naranja achaca la falta de jugadores turolenses en la primera plantilla a la obligada huida de Teruel para continuar con los estudios universitarios, en la mayoría de carreras: “El principal hándicap son los 18 años. A esa edad los muchachos se van a estudiar fuera. Tenemos jugadores jugando en Valencia, Cartagena o Santander. Si tú te vas a estudiar a algún sitio, haces la vida allí”.

El futuro de los Redolares o Jorges Navarro es incierto en unos clubes turolenses que viven su mejor época deportiva, con el único “pero” de la carencia de talento local.

Año desafiante por delante

Si todo sale de la mejor manera posible, el próximo año el CD Teruel jugará en Primera RFEF y el Pamesa Teruel lo hará en competición europea. Aunque los dos logros generan una gran ilusión en ambas entidades, de ilusiones no se come. Tanto el conjunto rojillo como la escuadra naranja tendrán ante sí una temporada más desafiante de la cuenta.

Para ello, sus presidentes deberán remangarse -todavía más- para encontrar las fórmulas que lleven a sus entidades a poder dar la talla en sus nuevas andaduras. Ramón Navarro considera fundamental la ayuda de instituciones y patrocinadores “en caso de ascenso”, ya que la directiva no puede asumirlo todo: “Ahora mismo no soy capaz de decir que podremos cumplir esos objetivos económicos para llegar a competir en Primera RFEF, entonces tendremos que volver a hablar con instituciones y patrocinadores. Lo que no podemos es meternos en un tinglado que la directiva no pueda asumir”.

De cara al curso que viene, los hogares de ambos clubes también tendrán que adaptarse a las necesidades de las nuevas competiciones. “Si queremos jugar en CEV, en este pabellón no podemos jugar, porque con las gradas que hay no da el aforo mínimo. Nos tendríamos que ir a jugar a Valencia, a Zaragoza o a Castellón”, explica Carlos Ranera.

Los problemas, para el futuro

Con un fin de semana trascendental por delante, ambos presidentes prefieren dejar los problemas para el futuro y vivir con ilusión lo que está por venir. Ramón Navarro cree que no es momento de pensar en las dificultades de la próxima temporada, sino de mantener viva la llama que ha llevado al CD Teruel a la privilegiada posición que ocupa: “Ahora es momento de ilusión, porque detrás hay una afición, una ciudad, una plantilla y un cuerpo técnico. Lo que no podríamos es desde las directivas restar ilusión”.

De tal modo, los dos presidentes confían en que el fin de semana que comienza mañana pueda quedar grabado en la historia de la ciudad. 

Siempre al frente

Pase lo que pase, los caminos de Carlos Ranera y de Ramón Navarro continuarán vinculados al Pamesa Teruel y al CD Teruel, respectivamente, al menos una temporada más.
Los dos están al frente de sus clubes por amor a los colores y ese sentimiento se termina transmitiendo tanto al parqué como al césped.

Ramón Navarro asegura que “es muy complicado tirar durante tantos años del carro”, aunque confiesa que tanto él como Ranera lo hacen porque les gusta: “Se hace por una pasión, por defender Teruel, con un orgullo tremendo representamos a una provincia. Ese buen ambiente que existe tanto en un deporte como en otro hay que agradecerlo. Valoro mucho lo que se está haciendo”.

Sin embargo, la soledad del cargo, en muchas ocasiones se hace presente para poner dificultades a la labor presidencial. “Es verdad que estamos porque nos da la gana. Pero es triste porque a veces se vive en soledad. Cuando van las cosas bien hay mucha gente alrededor, pero en otras ocasiones no es así”, analiza Carlos Ranera.

Solos o en compañía, Navarro y Ranera han llevado al CD Teruel y al Pamesa Teruel a vivir uno de sus mejores momentos de la historia. La ciudad de Teruel puede presumir de tener dos clubes construidos desde la humildad, con la disposición de comerse el mundo. Este fin de semana, ambos tienen su primera oportunidad.

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