La Preferente entra en su fase decisiva con el Andorra líder y el Alcañiz en racha

El CD Cella se agarra con fuerza a la permanencia en la Regional Preferente después de conseguir un triunfo indispensable, innegociable pero también complicado y peleado ante un rival directo como es el Chiprana. Los celestes traspasan a los verdes del Bajo Aragón zaragozano la condición de equipo en plaza de descenso a Primera Regional después de un encuentro disputado y de poder a poder entre dos conjuntos que sabían muy mucho lo que estaba en juego y la trascendencia de los puntos en liza.  Los de Cella mantienen un punto de ventaja sobre el descenso. 

En la zona alta, el empate de la jornada anterior del Andorra, en su casa, interrumpía una interminable y triunfal racha de resultados que este pasado domingo, en el campo del Alagón, se retomaba de nuevo. El triunfo mantiene al cuadro minero anclado al liderato de la categoría y con la misma ventaja, casi cuatro partidos de margen, que mantiene sobre Calatayud y Alcañiz, dos perseguidores también eficaces. 

De hecho, tras una buena tarde de fútbol la vivida en el municipal Santa María de Alcañiz, el cuadro bajoaragonés confirma su trayectoria triunfal. Alcañiz y Atlético Teruel medían sus rachas positivas en esta fase de la competición, y del encuentro salió vencedor el Alcañiz, que confirma su senda inmaculada de esta segunda vuelta y le mira a los ojos al ascenso de categoría en un grupo que el Andorra domina con puño de hierro, pero que en Calatayud y en los alcañizanos se encuentran dos serios aspirantes en el caso de que los ascensos y descensos de Tercera puedan abrir opciones.

Por su parte, el Atlético Teruel tendrá que seguir peleando para conservar su buen puesto de permanencia que todavía ostenta en la categoría Preferente. La victoria del Cella coloca en problemas al Chiprana pero, sobre todo, reduce en dos puntos la renta de los antecesores con la zona de descenso. Es por ello que los siguientes compromisos rojiblancos, en especial los de casa, serán fundamentales para dejar sellada la salvación, aún con un margen de casi dos partidos de ventaja.