Toda España mira a Pinilla

Al finalizar el encuentro, la quinta victoria del CD Teruel, el último éxito del equipo mudéjar en Pinilla ante el Marbella, el director deportivo Juanra Cabrero salía por la puerta trasera del campo turolense, detrás de las cabinas de prensa, a la altura del patio de la residencia anexa de Santa Emerenciana. Tres minutos antes había tomado exactamente el mismo camino el director deportivo del Real Zaragoza, Txema Indias. Horas antes de que el equipo blanquillo perpetrase su enésimo fiasco en casa, ante el Deportivo de La Coruña, el máximo responsable del fútbol profesional zaragocista asistió a la nueva exhibición del Teruel en vivo y en directo.

En las gradas de Tribuna, boli y libreta en ristre, Indias fue apuntando todo aquello que le fuera de interés entre las evoluciones de los futbolistas del equipo rojillo y marbellí, en el que dos ex blanquillos recientes tuvieron minutos, Rodri arriba, Eugeni en medio campo. “Tienen que hacer su trabajo”. señalaba Juanra al hilo de la presencia de Indias en feudo mudéjar, muy probablemente avisado del buen rendimiento defensivo, antagónico al desempeño de los futbolistas de Rubén Sellés, que el plantel de Vicente Parras ha conseguido ensamblar.

No es, ni de lejos, el único caso de ojeadores, espías y gentes del fútbol profesional que vienen a Teruel atraídos por las evoluciones de un equipo que sorprende por su rendimiento impecable, apenas un partido perdido en diez jornadas en una categoría que es una suerte de Segunda División del Mediterráneo. Las buenas relaciones del Teruel con clubes vecinos como el Levante o el Castellón ya le ha ido colocando en el escaparate desde este mismo verano. En parecidos términos, Huesca es también club referente en el nuevo universo del Teruel ya lejos de su hábitat histórico, la Tercera división, dos categorías por encima, de hecho.

Pero la presencia de Txema Indias en los graderíos de Pinilla indica un paso más, un nivel nuevo, diferente, superior, también algo inquietante, que es el que se deriva de la necesidad, la urgencia de un equipo, el de la capital aragonesa, que se despeña colista en Segunda División, no es capaz de sujetar una portería a cero y precisa de elementos para su defensa, precisamente lo que más destaca en el plantel turolense. Desde el club no muestran signo de inquietud alguno, y se remiten a compensaciones económicas en el caso de que el Zaragoza, o cualquier otro equipo, toque la puerta del despacho rojillo.

Rumores de banquillos

Las cosas del Teruel, el gran papel del equipo en esta liga, ha puesto en el escaparate no solamente a los propios futbolistas, también al propio entrenador, Vicente Parras, cuya silueta acompañada de dos dígitos, 16 de 18, se ha venido moviendo en las últimas horas entre las redes sociales de los aficionados del propio Castellón, cuyo entrenador salvó un match-ball con el equipo, igualmente, en horas bajas. No cae en saco roto el trabajo de la dirección técnica del Teruel, capaz de armar en apenas un mes una plantilla de cero, completamente nueva, con el presupuesto más bajo de la competición, y preparada para rendir desde la primera jornada.

“Estoy de acuerdo, he de decir que en efecto competimos muy bien”. confirmaba Parras al término del encuentro las palabras de su homólogo De Lerma tras la victoria del Teruel ante el Marbella. Sólo la victoria del Atlético Madrileño en Tarragona privó al equipo mudéjar de ser líder, en solitario, de la competición a estas alturas, ya en pleno otoño, superada la mitad de la primera vuelta. Las miradas del fútbol español se giran hacia Pinilla, hacia el ejército de esforzados y humildes peloteros del CD Teruel que están en disposición de hacer de nuevo historia, y son varios años ya, para el club turolense.

La grada rugió

“Nuestro trabajo es tener los pies en el suelo y estar pendientes del día a día, de seguir nuestra línea de humildad”, se encargó de reiterar Vicente Parras en sala de prensa. “Pero el trabajo de la afición y de la masa social es tener ilusión, disfrutar, vivir este momento y seguir como hasta ahora”. Se dio cuenta Parras de los últimos diez minutos de cántico constante de la grada de Pinilla, que llevó en volandas al equipo en camino de una nueva victoria. Y lo destacó, lo reivindicó, porque es una fortaleza más que el equipo nota y disfruta. Al finalizar el partido, como es costumbre, baile de los futbolistas con la afición de General, con las banderas del Frente Mudéjar ondeando al viento y tres puntos más en el bolsillo del equipo.