

La defensa rojilla no logró sacar su mejor versión ante el Alcorcón. AD Alcorcón
Un errático CD Teruel en lo defensivo cosecha su primera derrota del curso ante el Alcorcón (2-1)
El cuadro de Parras muestra una versión más valiente en lo ofensivo, pero descuida la retaguardia
El CD Teruel resuelve con derrota su primera expedición del curso tras caer ante el Alcorcón en el césped del Santo Domingo por 2-1 en un partido en el que los errores determinaron el resultado. Los rojillos se adueñaron de los primeros minutos de juego tanto del primer tiempo como del segundo y mostraron una versión más valiente en lo ofensivo como demandó su entrenador, pero al centrase en mejorar el ataque descuidaron la defensa y concedieron en una parcela del juego en la que se les presupone inquebrantables. Así llegaron los dos goles locales. El primero de Mariano, tras un error clamoroso de Gálvez, tuvo respuesta también fruto de un fallo de la defensa alfarera en las botas de Sergio Moreno, pero el segundo de Raúl Blanco terminó siendo definitivo.
Para este choque Vicente Parras volvió a elegir un sistema con cuatro defensas, tres centrocampistas y tres atacantes, aunque introdujo algunos cambios en comparación con el primer partido de liga ante el Betis Deportivo. Unas variaciones que afectaron más bien a la medular y a la zona de ataque. En este sentido, la portería y la defensa se mantuvo intacta con Rubén Gálvez como el último candado, Nico y Abraham en el eje de centrales, y Andrés Rodríguez y Manel Royo en los laterales; en el centro del campo es donde apareció ya la primera modificación al formar esta vez de inicio Haritz Albisua junto a Relu y Blesa en lugar de Hugo Redón; y en la punta de lanza se produjo una nueva modificación al aparecer el nuevo fichaje Jorge Padilla como la referencia, de manera que Sergio Moreno se desplazó a la banda izquierda y la banda derecha quedó libre para Teddy. El que finalmente no pudo estar fue Ayman, concentrado con la selección sub-20 de Marruecos.
Con este once, el CD Teruel saltó al césped del Santo Domingo valiente y aguerrido para tratar de sorprender a los locales. Los de Parras instauraron una presión asfixiante en los primeros instantes de juego para complicar la salida de balón alfarera y establecer una cierta incomodidad con el esférico, poco habitual, en el conjunto local. Una situación con la que el CD Teruel encontró frutos para acometer las primeras aproximaciones al área rival a raíz de buenas recuperaciones arriba con Sergio Moreno y la novedad, Jorge Padilla, muy activos.
Esa defensa hacia arriba fue la carta de presentación del conjunto rojillo en el campo alcorconero, pero los de amarillo no entraron en pánico y pasados los primeros diez minutos de juego hallaron en la calidad de sus centrocampistas algunas opciones para responder a esa baza turolense. Tanto es así que poco después sumaron los primeros remates del partido obligando a Gálvez a intervenir, aunque sin demasiadas complicaciones.
Mientras los dos conjuntos seguían midiendo fuerzas un balón largo al espacio rompió la paz inicial en el marcador. Ante la presión turolense, el conjunto local optó por probar el balón largo y acertó. El Alcorcón sacó desde su casa un balón largo a la espalda de la zaga rojilla que desencadenó en una concatenación de errores turolenses y provocó que subiera al marcador el primer gol del partido, obra de Mariano. El delantero le comió la espalda a toda la defensa turolense y solo tuvo que guiar el balón hacia la meta visitante después de que Rubén Gálvez, su guardián, saliese a por uvas y se la sirviera en bandeja de plata y con lacito incorporado. El último portero, el FVS (el VAR de la categoría), que está obligado a revisar todos los tantos según el reglamento, tampoco pudo impedir que el gol subiera al marcador.
Sentó mal el mazazo de Mariano, ya que en los minutos siguientes el conjunto de Vicente Parras entró en un momento de zozobra con cierto nerviosismo y ciertas imprecisiones que mancharon el gran inicio que había forjado el equipo.
En la pausa de hidratación Vicente Parras intentó resetear los cerebros rojillos para tratar de levantar el ánimo de sus jugadores y que estos volvieran a recuperar la versión del inicio, pero lo cierto es que el CD Teruel no volvió a ser el mismo en lo que restó del primer tiempo. Tuvo algún chispazo de reacción, pero no llegó a cuajar. No obstante, en ese instante, como si el karma quisiera aparecer para poner justicia, de un error mudéjar brotó su primer gol para poner la igualdad en el luminoso.
Construía una jugada el cuadro de Parras por el costado derecho cuando Blesa se equivocó al tratar de poner un pase interior al área local y le cedió la posesión a la defensa alfarera, sin embargo, el despeje defensivo resultó en una carambola que terminó beneficiando al Teruel, ya que la redonda chocó con otro jugador de amarillo y acabó cayendo en las botas de Sergio Moreno, el futbolista del que se espera mucho en Teruel, que a esa distancia y con la calidad que le caracteriza no falló. Cruzó el esférico y el meta no pudo alcanzarlo. El FVS tampoco vio nada irregular y la igualdad se hizo patente en el luminoso. Una moneda por la otra. De igual manera que el CD Teruel encajó en su mejor momento, el CD Teruel anotó en su peor momento. El fútbol no se caracteriza por ser justo precisamente, pero en esta ocasión quiso serlo. Así pues, con las tablas en el marcador los dos equipos enfilaron el túnel de vestuarios dejando la resolución del partido en manos del segundo tiempo.
Además de la arenga habitual en el descanso, Vicente Parras introdujo un cambio antes de que su equipo volviese a saltar terreno de juego para soliviantar la reacción de los suyos. De esta manera, Teddy abandonó el césped y cedió su espacio a Traoré, que ya podía jugar después de haber sido tramitada su ficha a principio de semana.
Con estas, el CD Teruel volvió a pisar el Santo Domingo con personalidad en los primeros minutos del segundo tiempo. Salió dispuesto a dominar el cuero para acumular un par de llegadas a la portería de Gaizka Ayesa y probarlo, aunque sin demasiada exigencia, pero justo en ese momento el fútbol volvió a olvidarse de lo que es la justicia. Cuando mejor estaba el Teruel volvió a aparecer la calidad individual del Alcorcón para confeccionar un contragolpe fulminante que terminó con un auténtico golazo de Raúl Blanco desde la frontal del área al más puro estilo Lamine Yamal. Nada pudo hacer en esta ocasión Rubén Gálvez, que por mucho que volase no pudo alcanzar el balón dirigido a la escuadra derecha de su portería.
Al igual que ocurrió en el primer tiempo, el gol atacó directamente a la moral de los turolenses, que volvieron a incurrir en errores claves que los lastraron. De hecho, Manel Royo tuvo la igualada, pero parecía que los rojillos tenían que dedicar más esfuerzos para hacer gol mientras que los locales con un par de fogonazos eran capaces de hacer peligro.
Ante esta situación Vicente Parras movió el banquillo en busca de soluciones. Abandonaron el terreno de juego Abraham y Manel Royo e ingresaron Hugo Redón y Goyo, lo que vino acompañado de una reestructuración en el once. En este sentido, Relu pasó a ocupar la posición de central de Abraham y Redón pasó a ser el timón del centro del campo, mientras que Goyo ocupó el carril izquierdo de Manel Royo. Asimismo, en la punta de lanza Sergio Moreno, Jorge Padilla y Traoré se intercambiaron las posiciones entre ellos en varias ocasiones para tratar de generar sorpresa y un río revuelto en el cual pescar.
Esta nueva fórmula del CD Teruel tampoco parecía ser la solución. Los minutos pasaban y la situación para los rojillos seguía siendo la misma. Cada vez más desgastados, los de Parras trataban de hacerse con el esférico para tratar de generar peligro y, por momentos, lo conseguían, pero eso no se traducía ya en un juego demasiado vertical y peligroso. El Alcorcón mantenía un bloque defensivo férreo que no dejaba percutir al cuadro visitante lo que obligaba a optar por el balón largo sin demasiada fortuna.
Entretanto, Sergio Moreno, uno de los jugadores más activos del CD Teruel, dijo basta. El jugador se fue al suelo aquejado de sus gemelos y los problemas musculares obligaron a sustituirlo. Con tan poco fondo de armario, a Parras le tocó tirar de la cantera y sacó al verde a Míchel, uno de los chicos de Teruel que hicieron la pretemporada con el primer equipo y que maravillaron al cuerpo técnico. Un poco antes el técnico ilicitano dio entrada también a Fondarella, quien sustituyó a Jorge Padilla.
Siete minutos añadió el árbitro una vez consumidos los noventa minutos de juego reglamentarios. Siete minutos en los que el CD Teruel lo siguió intentando, pero ni con combinaciones ni con balones largos era capaz la escuadra de Vicente Parras de resquebrajar las costuras del Alcorcón que, con la victoria bajo el brazo, centró todos sus esfuerzos en que Gaizka Ayesa terminase el partido sin que su calma se viera quebrantada. Finalmente así fue. El partido murió con el 2-1 en el marcador y una sensación agridulce en la parroquia rojilla después de haber desplegado muy buenos minutos en lo ofensivo, sobre todo en los primeros minutos de las dos mitades, pero haber fallado en lo defensivo, lo que había sido la seña identidad turolense durante la pretemporada y el estreno liguero ante el Betis Deportivo.
Para este choque Vicente Parras volvió a elegir un sistema con cuatro defensas, tres centrocampistas y tres atacantes, aunque introdujo algunos cambios en comparación con el primer partido de liga ante el Betis Deportivo. Unas variaciones que afectaron más bien a la medular y a la zona de ataque. En este sentido, la portería y la defensa se mantuvo intacta con Rubén Gálvez como el último candado, Nico y Abraham en el eje de centrales, y Andrés Rodríguez y Manel Royo en los laterales; en el centro del campo es donde apareció ya la primera modificación al formar esta vez de inicio Haritz Albisua junto a Relu y Blesa en lugar de Hugo Redón; y en la punta de lanza se produjo una nueva modificación al aparecer el nuevo fichaje Jorge Padilla como la referencia, de manera que Sergio Moreno se desplazó a la banda izquierda y la banda derecha quedó libre para Teddy. El que finalmente no pudo estar fue Ayman, concentrado con la selección sub-20 de Marruecos.
Con este once, el CD Teruel saltó al césped del Santo Domingo valiente y aguerrido para tratar de sorprender a los locales. Los de Parras instauraron una presión asfixiante en los primeros instantes de juego para complicar la salida de balón alfarera y establecer una cierta incomodidad con el esférico, poco habitual, en el conjunto local. Una situación con la que el CD Teruel encontró frutos para acometer las primeras aproximaciones al área rival a raíz de buenas recuperaciones arriba con Sergio Moreno y la novedad, Jorge Padilla, muy activos.
Esa defensa hacia arriba fue la carta de presentación del conjunto rojillo en el campo alcorconero, pero los de amarillo no entraron en pánico y pasados los primeros diez minutos de juego hallaron en la calidad de sus centrocampistas algunas opciones para responder a esa baza turolense. Tanto es así que poco después sumaron los primeros remates del partido obligando a Gálvez a intervenir, aunque sin demasiadas complicaciones.
Mientras los dos conjuntos seguían midiendo fuerzas un balón largo al espacio rompió la paz inicial en el marcador. Ante la presión turolense, el conjunto local optó por probar el balón largo y acertó. El Alcorcón sacó desde su casa un balón largo a la espalda de la zaga rojilla que desencadenó en una concatenación de errores turolenses y provocó que subiera al marcador el primer gol del partido, obra de Mariano. El delantero le comió la espalda a toda la defensa turolense y solo tuvo que guiar el balón hacia la meta visitante después de que Rubén Gálvez, su guardián, saliese a por uvas y se la sirviera en bandeja de plata y con lacito incorporado. El último portero, el FVS (el VAR de la categoría), que está obligado a revisar todos los tantos según el reglamento, tampoco pudo impedir que el gol subiera al marcador.
Sentó mal el mazazo de Mariano, ya que en los minutos siguientes el conjunto de Vicente Parras entró en un momento de zozobra con cierto nerviosismo y ciertas imprecisiones que mancharon el gran inicio que había forjado el equipo.
En la pausa de hidratación Vicente Parras intentó resetear los cerebros rojillos para tratar de levantar el ánimo de sus jugadores y que estos volvieran a recuperar la versión del inicio, pero lo cierto es que el CD Teruel no volvió a ser el mismo en lo que restó del primer tiempo. Tuvo algún chispazo de reacción, pero no llegó a cuajar. No obstante, en ese instante, como si el karma quisiera aparecer para poner justicia, de un error mudéjar brotó su primer gol para poner la igualdad en el luminoso.
Construía una jugada el cuadro de Parras por el costado derecho cuando Blesa se equivocó al tratar de poner un pase interior al área local y le cedió la posesión a la defensa alfarera, sin embargo, el despeje defensivo resultó en una carambola que terminó beneficiando al Teruel, ya que la redonda chocó con otro jugador de amarillo y acabó cayendo en las botas de Sergio Moreno, el futbolista del que se espera mucho en Teruel, que a esa distancia y con la calidad que le caracteriza no falló. Cruzó el esférico y el meta no pudo alcanzarlo. El FVS tampoco vio nada irregular y la igualdad se hizo patente en el luminoso. Una moneda por la otra. De igual manera que el CD Teruel encajó en su mejor momento, el CD Teruel anotó en su peor momento. El fútbol no se caracteriza por ser justo precisamente, pero en esta ocasión quiso serlo. Así pues, con las tablas en el marcador los dos equipos enfilaron el túnel de vestuarios dejando la resolución del partido en manos del segundo tiempo.
Además de la arenga habitual en el descanso, Vicente Parras introdujo un cambio antes de que su equipo volviese a saltar terreno de juego para soliviantar la reacción de los suyos. De esta manera, Teddy abandonó el césped y cedió su espacio a Traoré, que ya podía jugar después de haber sido tramitada su ficha a principio de semana.
Con estas, el CD Teruel volvió a pisar el Santo Domingo con personalidad en los primeros minutos del segundo tiempo. Salió dispuesto a dominar el cuero para acumular un par de llegadas a la portería de Gaizka Ayesa y probarlo, aunque sin demasiada exigencia, pero justo en ese momento el fútbol volvió a olvidarse de lo que es la justicia. Cuando mejor estaba el Teruel volvió a aparecer la calidad individual del Alcorcón para confeccionar un contragolpe fulminante que terminó con un auténtico golazo de Raúl Blanco desde la frontal del área al más puro estilo Lamine Yamal. Nada pudo hacer en esta ocasión Rubén Gálvez, que por mucho que volase no pudo alcanzar el balón dirigido a la escuadra derecha de su portería.
Al igual que ocurrió en el primer tiempo, el gol atacó directamente a la moral de los turolenses, que volvieron a incurrir en errores claves que los lastraron. De hecho, Manel Royo tuvo la igualada, pero parecía que los rojillos tenían que dedicar más esfuerzos para hacer gol mientras que los locales con un par de fogonazos eran capaces de hacer peligro.
Ante esta situación Vicente Parras movió el banquillo en busca de soluciones. Abandonaron el terreno de juego Abraham y Manel Royo e ingresaron Hugo Redón y Goyo, lo que vino acompañado de una reestructuración en el once. En este sentido, Relu pasó a ocupar la posición de central de Abraham y Redón pasó a ser el timón del centro del campo, mientras que Goyo ocupó el carril izquierdo de Manel Royo. Asimismo, en la punta de lanza Sergio Moreno, Jorge Padilla y Traoré se intercambiaron las posiciones entre ellos en varias ocasiones para tratar de generar sorpresa y un río revuelto en el cual pescar.
Esta nueva fórmula del CD Teruel tampoco parecía ser la solución. Los minutos pasaban y la situación para los rojillos seguía siendo la misma. Cada vez más desgastados, los de Parras trataban de hacerse con el esférico para tratar de generar peligro y, por momentos, lo conseguían, pero eso no se traducía ya en un juego demasiado vertical y peligroso. El Alcorcón mantenía un bloque defensivo férreo que no dejaba percutir al cuadro visitante lo que obligaba a optar por el balón largo sin demasiada fortuna.
Entretanto, Sergio Moreno, uno de los jugadores más activos del CD Teruel, dijo basta. El jugador se fue al suelo aquejado de sus gemelos y los problemas musculares obligaron a sustituirlo. Con tan poco fondo de armario, a Parras le tocó tirar de la cantera y sacó al verde a Míchel, uno de los chicos de Teruel que hicieron la pretemporada con el primer equipo y que maravillaron al cuerpo técnico. Un poco antes el técnico ilicitano dio entrada también a Fondarella, quien sustituyó a Jorge Padilla.
Siete minutos añadió el árbitro una vez consumidos los noventa minutos de juego reglamentarios. Siete minutos en los que el CD Teruel lo siguió intentando, pero ni con combinaciones ni con balones largos era capaz la escuadra de Vicente Parras de resquebrajar las costuras del Alcorcón que, con la victoria bajo el brazo, centró todos sus esfuerzos en que Gaizka Ayesa terminase el partido sin que su calma se viera quebrantada. Finalmente así fue. El partido murió con el 2-1 en el marcador y una sensación agridulce en la parroquia rojilla después de haber desplegado muy buenos minutos en lo ofensivo, sobre todo en los primeros minutos de las dos mitades, pero haber fallado en lo defensivo, lo que había sido la seña identidad turolense durante la pretemporada y el estreno liguero ante el Betis Deportivo.
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