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Agustín Martín Soriano, autor de una publicación sobre la vida de Lechago en el último siglo: “Todos los vecinos de Lechago salen en este libro, es sobre sus vivencias” Agustín Martín Soriano, autor de una publicación sobre la vida de Lechago en el último siglo: “Todos los vecinos de Lechago salen en este libro, es sobre sus vivencias”
Agustín Martín Soriano, con su nuevo libro en la fuente de Lechago. Jorge Martín

Agustín Martín Soriano, autor de una publicación sobre la vida de Lechago en el último siglo: “Todos los vecinos de Lechago salen en este libro, es sobre sus vivencias”

“El libro lo he escrito yo, pero en él ha participado toda la gente del pueblo con su testimonio e información”
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Cruz Aguilar

Agustín Martín Soriano es de Lechago y acaba de publicar su tercer libro, el segundo sobre esta pedanía calamocha. Su primera obra, Libertarios de Aragón, vio la luz en 2015, mientras que en 2017 salió La historia de Lechago y sus gentes que ahora se ha completado con El Lechago que yo he vivido y el que me contaron, que acaba de salir a la calle y se presentará el próximo 21 de agosto en la localidad. Ingeniero químico de formación, ha dedicado gran parte de sus ratos libros a investigar sobre su pueblo, del que se declara “un enamorado”.

-¿Es su obra la más personal?

-Sin duda, es un libro de lo que yo he vivido y de personas de varias generaciones anteriores, las formas en que vivían, cuáles eran sus costumbres, la música, las fiestas, los oficios tradicionales… Es un libro que he escrito yo pero es coral porque ha participado prácticamente todo el pueblo a través de la información que me han dado, sucesos que han vivido y cómo han cambiado las formas de vida.

-¿Es la historia más reciente entonces?

-Es lo que me han contado y también lo que he investigado, sería desde principios del siglo XX hasta la actualidad, lo que me han transmitido porque lo han vivido o porque se lo han contado, esa transmisión oral que me ha llegado es lo que he plasmado.

-¿Se acompañan esas vivencias de datos documentales?

-Sí, ha habido una investigación en el archivo de Calamocha, donde se guarda el de Lechago, que fue municipio hasta 1971, cuando se asoció con otras diez localidades. También está en Calamocha, en el juzgado de instrucción, toda la información del juzgado de paz municipal. Con todo ese material me he documentado sobre los médicos, secretarios de ayuntamiento o jueces que han pasado por Lechago. Digamos que las tres fuentes básicas para el libro han sido por un lado mi experiencia vital, por otro incluye lo que me han transmitido los mayores y luego está la base documental.  He recabado la opinión y testimonios de otras personas, por eso se puede considerar un libro coral.

-¿Ya está a la venta?

-La presentación pública se hizo en la feria del libro de Zaragoza a principios de junio y, el libro está disponible, pero la oficial será el 21 de agosto en Lechago, luego, el 10 de septiembre, se hará otra en Calamocha.

-¿Cuánto tiempo lleva trabajando en este libro?

-Desde que tuve uso de razón me atrajo todo lo que ha tenido que ver con Lechago y he tenido la costumbre de recopilar todo lo que ha aparecido en los diferentes medios de comunicación. Después de publicar el primer libro, una historia más tradicional y lineal en el tiempo, una historia ortodoxa, me planteé hacer otra mucho más social, sobre cómo vivía la gente, cuáles eran sus inquietudes o cómo celebraban las las fiestas…

-¿Cuántas páginas tiene?

-450, hemos tenido que reducir porque había presentado casi mil fotografías y al final se quedan en 500. Me resultaba muy difícil descartar ninguna y al final se ha ocupado el editor. Las ilustraciones y fotografías ayudan mucho a hacer más amena la lectura del libro, además la gente cuando ve fotos suyas o de sus familiares se sienten más atraídos.

-¿Son fotos de su colección?

-Durante los años de existencia de la revista el Pairón se ha recopilado un material ingente, pero yo también tenía muchos álbumes de fotografía. Habría para sacar otro libro más, pero creo que con casi 500 imágenes ya dan una imagen exacta de lo que se explica en el libro.

-¿Qué más le queda por escribir sobre Lechago?

-Tengo pendiente algo sobre la genealogía lechaguina y cuáles son las ramas dinásticas de los apellidos tradicionales de la localidad. Es una labor ingente, estoy recuperando poco a poco la información. Por otra parte, continuamente van saliendo cosas porque el tema de la biblioteca sumergida daría para un libro específico ya que no tiene parangón en todo el mundo.

-¿Qué le ha dicho la gente que ya ha leído el libro?

-Están encantados porque es un libro coral y la mayoría de la gente es protagonista del libro en un apartado u otro. Todo el mundo se ve reflejado en el libro, he intentado que no quedara ninguna persona que tenga relación directa o indirecta con Lechago sin salir en el libro. Ha supuesto un gran trabajo y también he buscado la objetividad, para ello he procurado contrastar toda la información a través de varias personas para dar una información más objetiva y real.

¿Hay algún descubrimiento que haya hecho?

-Hay cosas muy chocantes, alguna incluso espeluznante. Los primeros archivos que ofrecen información sobre sucesos acaecidos en Lechago son de 1871, desde ese año y durante 100 años todos los sucesos que tenían que ver con el pueblo estaban registrados en las distintas actas del Ayuntamiento de Lechago y algunas pasaron al archivo judicial. Hay noticias chocantes, por ejemplo a un maestro al que agredieron unos gamberros lo agredieron; otra agresión la sufrió un cura en la primera década del siglo XX, también ha habido suicidios, asesinatos… Son aspectos escabrosos que llaman la atención y yo los he puesto como un suceso, pero me interesaba más la forma de vida de la gente.

-¿Hay algún aspecto que destacaría del libro?

-Hay un capítulo sobre la escuela, desde finales del XIX hasta que se cerró principios de los años 80, los maestros que han pasado, la impronta que han dejado, cómo recuerdan los lechaguinos su paso por la escuela; otro capítulo se centra en los bares, tiendas y comercios, porque ahora solo hay un bar y la venta es ambulante, pero llegó a haber tres o cuatro. También hablo de la evolución de los trabajos agrícolas, desde el arado romano a los tractores con nivelador láser.

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