Anna Feu, soprano y profesora de canto: “Puede intimidar cantar junto a gente de gran trayectoria, pero de esa fusión ganan todos”

La soprano catalana Anna Feu dirige desde hace una década el Curso de Canto Elvira de Hidalgo de Valderrobres, una propuesta formativa de verano que ha consolidado su prestigio gracias a su enfoque integrador y a una programación artística que convierte al curso en un auténtico ciclo musical. La cita se celebrará en el Castillo de Valderrobres del 18 al 27 de julio.

-¿Están a tiempo todavía de inscribirse los rezagados?

-Sí, seguimos con la inscripción abierta en www.cursosmusicammm.com y nos gustaría especialmente que se apunten personas de la zona, de Teruel y alrededores. El grueso de alumnos que vienen de fuera ya está prácticamente completo, pero siempre nos hace mucha ilusión incorporar nuevas voces cercanas

-¿Qué perfil de alumnado es el indicado para este curso?

-Hay una gran diversidad. Ya contamos con participantes habituales que repiten desde hace años. Este año tenemos también una chica de Cuba y también se ha apuntado una jotera de la zona. Precisamente la mezcla de trayectorias, de estilos y de niveles es lo que enriquece mucho el curso. El curso está concebido para realizarse completo e intensivo. El completo tiene 25 plazas y el intensivo, que permite asistir menos días adaptando las clases a la disponibilidad de los alumnos, tiene 40 plazas.

¿Qué novedades trae la edición de este año?

Una de las más bonitas es la participación de la ciudad francesa de Lézignan, con la que Valderrobres mantiene un intercambio cultural. Como su delegación estará aquí durante los conciertos finales, hemos preparado repertorio francés especialmente para ellos. El viernes 25 de julio ofreceremos una selección de la ópera Carmen, con los fragmentos más emblemáticos, y el domingo 27 incluiremos además piezas de Los chicos del coro y de Mary Poppins. También haremos zarzuela, con el coro de los románticos de Doña Francisquita.

-Pero hay un cambio importante en el concierto inaugural...

-Sí, este año no lo dirigiré yo, sino una exalumna muy especial: Alba Martínez Nieto. Ha estado en el curso durante nueve ediciones y ahora ha debutado en el Teatro Real y el Liceo. Me hacía ilusión que una joven de la cantera que ya está triunfando inaugurara el curso. Interpretará arias de un repertorio muy exigente, como La Traviata; será un concierto de alto nivel y, al mismo tiempo, una forma de mostrar al público el fruto de nuestro trabajo pedagógico a lo largo de los años.

–En cuanto al equipo docente, ¿hay alguna incorporación nueva este año?

-Sí. Este año se incorpora la pianista Viviana Salisi, profesora del Conservatorio Superior de Cataluña. El trabajo de los pianistas acompañantes es muy intenso, por eso lo dividimos entre dos: Viviana y nuestra habitual Akino Nomoto. Y también estaremos el profesor de escena Jesús Fernández y yo en las clases de canto.

-El curso mantiene su filosofía de ir más allá y ser una suerte de festival de música lírica que anualmente tiene lugar en Valderrobres.

-Estamos convencidos de que esto no debe ser solo una formación técnica, sino una experiencia completa que incluya conciertos, escena y contacto con el público. Evidentemente, todo esto cuesta mucho esfuerzo, y los presupuestos en cultura siempre son ajustados. Por eso buscamos fórmulas sostenibles, como la de Alba, que inaugurará el curso prácticamente como becada, con el apoyo económico justo para cubrir gastos.

-¿Tienen cabida cantantes sin formación previa?

-No hay que ser profesional ni mucho menos, ni hay que cantar en un género en particular. Incluso estamos valorando abrirnos al repertorio español moderno. Lo importante es que la gente tenga interés por descubrir su voz. Hay gente que viene con gran experiencia y otros que nunca han recibido una clase de canto. Nosotros adaptamos la formación a cada alumno para que pueda cantar uno o dos temas en el concierto final.

-¿El autodidactismo puede acabar con la voz de un buen cantante en potencia?

-En Teruel hay tradición de canto popular, sobre todo con la jota, y eso aporta una base vocal muy buena. Es verdad que a veces la falta técnica hace que fuerces más de la cuenta la voz, pero la calidad del instrumento está ahí. En el curso les enseñamos a usarlo mejor, a cuidarlo, y el resultado es sorprendente. Los joteros que hemos tenido han acabado el curso cantando mucho mejor cualquier tipo de música, lo cual les ha sorprendido bastante. Hace dos años un alumno de Alcañiz me dijo una frase muy bonita, y es que al terminar el curso estaba muy agradecido y me dijo que se había sentido como Leonardo DiCaprio cuando se cuela en la primera clase del Titanic. Puede parecer intimidante dar clases junto a cantantes que ya tienen una gran trayectoria, pero esa experiencia de convivencia es muy enriquecedora. Hay gente que no tiene mucha experiencia y que canta hombro con hombro con grandes voces de la lírica. Todos se ayudan y todos aprenden del resto, también los profesionales de quienes no lo son, y se forma un clima excepcional.