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Carolina Rueda, cuentera: “Oír cuentos no es una evasión, sino una manera de ver la realidad que permite soportarla” Carolina Rueda, cuentera: “Oír cuentos no es una evasión, sino una manera de ver la realidad que permite soportarla”
Carolina Rueda lleva 37 años dedicada a la narración oral

Carolina Rueda, cuentera: “Oír cuentos no es una evasión, sino una manera de ver la realidad que permite soportarla”

“El arte no debe ser utilitario y mis espectáculos son una invitación a la ilusión, no pretenden lanzar un mensaje”
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Cruz Aguilar

Carolina Rueda es colombiana, cuentera y lleva 37 años dedicada a la narración oral para todo tipo de públicos. Hace unos días actuó en la Biblioteca Pública Isidoro de Antillón de Santa Eulalia del Campo y se metió al público enseguida en el bolsillo para hacerla volar a través del viaje y la ilusión.

-¿Es cuentera de adultos o de niños?

- No, soy cuentera para todo tipo de público, tanto para niños como para adultos, en casi todas las ciudades he hecho funciones familiares, para niños escolares y también para adultos.

-¿Con el estrés de vida actual cree usted que es necesario evadirnos con los cuentos y tomar ejemplo de ellos, como cuando éramos niños?

- No considero que oír cuentos sea una evasión. Creo que son maneras de mirar la realidad que nos permiten soportarla. La narración, tanto en la infancia como en la edad adulta, nos da imágenes de la vida. Imágenes que vemos a través del espejo transformador del arte, y eso nos permite asimilar, comprender y ser capaces de mirar de frente cosas que, tal vez, directamente no podríamos enfrentar.

-¿Es más fácil captar la atención de los niños o de los adultos durante una representación?- Depende.

El niño, como no tiene responsabilidades externas, puede caer en el hechizo por tiempos más prolongados. Sin embargo, si se tiene el repertorio adecuado para cada uno, tanto niños como adultos tienen la misma necesidad de alimento espiritual.

- ¿En qué consiste su espectáculo Gentes, Caminos y Sucesos, que es el que puso en escena en Santa Eulalia del Campo y con el que está recorriendo diferentes ciudades?

-Es un trabajo que habla sobre el viaje y la ilusión. Creo que estamos en un mundo que alimenta la decepción constantemente. El espectáculo intenta hablar de la ilusión como posibilidad y como necesidad humana para sobrevivir a la realidad.

-¿Cobran vida los personajes en sus espectáculos? ¿Son la mejor forma de contar una historia?

-Yo considero que los personajes se hacen materiales gracias a la imaginación del público. Lo que hago es convocar, a través de mis imágenes, las imágenes propias del espectador. Cuando hablo de un tacaño, por ejemplo, cada persona piensa en el tacaño que conoce. Yo describo con la precisión suficiente para que ese personaje despierte en la mente del público. Es una conjugación de imaginaciones.

-¿Entonces, Carolina el público tiene un papel activo en sus funciones y juega un papel destacado?

-Claro. En la narración es fundamental que el otro imagine conmigo.

-¿Dónde encuentra usted inspiración para diseñar sus espectáculos?

-En inquietudes de la vida, en temas que me llaman la atención. Trabajo mucho con literatura, me gusta la ciencia ficción, el cuento fantástico, pero también puedo encontrar un buen cuento en una crónica periodística. Todo depende de un nivel de fascinación y resonancia con lo que estoy viviendo en ese momento.

-¿Además de entretener, busca transmitir algún mensaje en sus cuentos tanto de adultos como destinados al público infantil?

-No. No creo que el arte deba ser utilitario. Sí hay un espíritu positivo, una invitación a la ilusión, pero no me gusta reducirlo a un mensaje, porque eso termina siendo una moraleja, y no hay nada más antipático para el público que sentir que le están dando una lección.

-¿En qué situación se encuentra el sector del espectáculo? ¿Es un buen momento para ser cuentera?

-Creo que es un acto de resistencia frente a la sociedad. Es un ejercicio de desnudamiento, tanto del artista como del público. Trabajo con las mínimas condiciones: no necesito una gran sala, luces, escenografía ni vestuario. Lo que necesito es un gran trabajo del espíritu para convocar el espíritu del público presente. Todos los espectáculos unipersonales, no solo la narración oral, son hoy tremendamente necesarios para recuperar el sentido auténtico del espectáculo: alguien que presenta una inquietud y alguien dispuesto a compartirla.

-Usted, aunque es de Colombia, ha recorrido medio mundo con su espectáculo. ¿Cómo es el público español?

-Es un público que sabe escuchar, que tiene disposición para la escucha. No pide velocidad, sino profundidad. Y eso es maravilloso.

-Está acostumbrada a actuar en espacios grandes. ¿Cómo fue la experiencia en la Biblioteca de Santa Eulalia del Campo, un espacio más pequeño?

-Fue muy cercano. Tuvimos bastante público, a pesar de que llovió poco antes de la función. Fue muy íntimo, muy bello. Finalmente, lo que intento en una sala de seiscientas o mil personas es justamente lograr esa intimidad. Y en Santa Eulalia ya estaban dadas las condiciones. La sala es hermosísima y tuvimos una función memorable.

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