Caudé presume de su belén de 30 metros cuadrados y con más figuras cada año

Lo que comenzó hace más de 30 años como un discreto belén que se instalaba en el local de la Asociación de Vecinos de Caudé se ha convertido en un enorme diorama en el que no solo se representan los episodios de la tradición cristiana de la Navidad sino que incluye, además, escenas etnográficas cuidadas hasta el más mínimo detalle.

La escena del Nacimiento, con el Portal de Belén, la Virgen María y San José y el niño Jesús fueron los protagonistas del primer belén que se instaló en el local vecinal. Las figuras de escayola fueron pintadas por los voluntarios al cargo del mantenimiento del templo Lola Remón y Jesús Játiva. “Las pintamos y las pusimos en el local que teníamos de la asociación”, recordó Remón. Sin embargo, la apuesta fue abrir ese belén a todo el pueblo. “Allí solo lo veíamos nosotros así que pensamos que por qué no lo montábamos en la iglesia”, explicó. Dicho y hecho: Al cabo de apenas tres navidades el belén se trasladó al interior del templo.

 

“Ahora tenemos un montón de figuras”, insistió orgullosa Lola Remón. Y cada año tienen nuevas incorporaciones, muchas de ellas fruto de la generosidad de amigos y vecinos.

El primer año en que se montó el belén dentro de la iglesia se hizo sobre una gran mesa que había en la sacristía, luego empezó a montarse en el suelo para poder acoger todas las figuras que ya poblaban ese espacio junto al altar mayor del templo de Santo Tomás de Canterbury de Caudé. “Estuvimos allí unos cuantos años y luego lo instalamos en el coro” para poder plantar todos los elementos que con el paso de los años se habían ido incorporando a la reproducción, recordó Remón. “Con el dinero que sacábamos siempre íbamos comprando alguna cosita (...) Ahora tenemos un montón”, explicó.

 

Un belén en expansión

Con un número cada vez mayor de figuras, el belén cuenta con un ben número de ellas articuladas. “Por ejemplo, hay dos señoras que están espolsando una alfombra, sacudiéndola. San José, el carpintero, está con el cepillo dándole. La Virgen, que es la costurera, está cosiendo y levanta el brazo”, explica la responsable del cuidado del templo. Y son solo un ejemplo, porque las piezas móviles se suceden en cada uno de los rincones del belén. “Tenemos el alfarero, el carpintero, la costurera, lo que es la era, el horno, el horno que es precioso. Tenemos el herrero que está herrando una caballería. Tenemos también el afilador. Tenemos una granja. Tenemos un pastor con las ovejas y lo que era la paridera”, continuó la encargada. Todo ello repartido en una superficie de 30 metros cuadrados (6 x 5 metros).

 

Crecimiento inmobiliario

Lola Remón y Jesús Játiva son quienes montan cada año el belén, aunque su actividad se prolonga durante todo el año, cuando se dedican a construir elementos como las casas o el castillo, que “ es una preciosidad porque luego tiene unos arcos con antorchas” o la lavandera, cuyas prendas puestas a secar están hechas a ganchillo. “Lo hemos hecho todo nosotros”, ratificó Remón.

El belén de Caudé se puede visitar los sábados y domingos de 17:00 a 19:00 horas y por la mañana, después de la misa de las 10:30. Además, se puede llamar por teléfono al 675 846 459 y concertar una visita. El año pasado se calcula que pasaron más de 200 personas a visitar el nacimiento, la mayor parte vecinos de Caudé, aunque también visitantes atraídos por la costumbre del nacimiento.