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Javier Marañón, artista e ilustrador: Javier Marañón, artista e ilustrador:
Javier Marañón

Javier Marañón, artista e ilustrador: "He tenido que renunciar a mi carrera en el arte por vivir en el Matarraña, pero me renta"

Historiador del Arte madrileño afincado en Lledó, Marañón expone hasta julio en La Fábrica de Solfa
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Dentro de su programación de Historias Gourmet, el restaurante La Fábrica de Solfa de Beceite expone hasta el próximo 22 de julio una exposición de dibujo de Javier Marañón, licenciado en Historia del Arte, ilustrador de arqueología y restaurador madrileño de nacimiento pero afincado en el Matarranya desde hace casi una década.

-¿En qué consiste la exposición que podemos ver en Beceite?
-Hay un poco de todo, he querido meter obra variada para no limitarme demasiado. Fundamentalmente está compuesta por dibujo a lápiz, y también collage en color, con papeles de periódico y otros elementos... pueden verse paisaje, retratos, imágenes dibujadas del natural en el Matarraña, con paisajes y personajes de la zona... Tengo alguna vista de la Roca del Masmut, un olivar de Ulldecona donde está el olivo más antiguo de España dibujado con Almudena Grandes, en lo que es un homenaje hacia ella...

-También hay alguna pieza menos figurativa, que se acerca al surrealismo, ¿no?
-En alguna ocasión. Hay un dibujo que es una reproducción de un fotomontaje que realizó un artista francés de los años 50, Gilbert Garcin, que me encanta. Hacía fotomontajes muy rudimentarios, cuando apenas había medios, en los que siempre aparecía él. En el dibujo que hice pensé en poner alguien del Matarraña, pero al final lo mantuve a él, como homenaje.

-¿Qué tipo de pieza prefiere hacer cuando se trata de obra personal?
-Me gusta mucho iniciar series... series de personas famosas, por ejemplo, retratos de pintores que me han influenciado o que me gustan. Tengo un dibujo homenaje a Picasso en el que el malagueño aparece como vértice de una pirámide en cuya base aparecen artistas que a su vez le influyeron, desde Goya a otros. Ahora mismo estoy haciendo una serie con leyendas del motociclismo, a propuesta de un vecino de la zona que me lo propuso, con deportistas como Márquez, Ángel Nieto, Ricardo Tormo, Josep María Busquets o Santiago Herreros... También realicé hace tiempo una serie de héroes y heroínas de Aragón, pero recreado en lugares del Matarraña... tuvo bastante éxito cuando lo expuse.

-¿En qué salas de la zona ha expuesto?
-He organizado alguna muestra en el establecimiento de Octavi Serret en Valderrobres, o en la Oficina de Turismo de pueblo, en el santuario de la Virgen de la Fuente en Peñarroya, o en una sala que tiene Emilia Carbó, la ceramista de Torre del Compte.

Exposición

-¿Había expuesto ya en La Fábrica de Solfa?
-No, nunca. La verdad es que es un sitio especial, no solo porque te proporcionan un espacio, sino porque organizan la exposición muy bien, con una presentación el día de la inauguración... y aunque el espacio al final es un restaurante, la verdad es que está muy bien.

-De algún modo es una buena herramienta para llevar el arte a la vida cotidiana, en un momento en el que a mucha gente se le resisten los museos, ¿no?
-Claro. Es cierto que si un cuadro está en la pared sobre una mesa en la que hay clientes, no te vas a acercar a mirarlo... pero el espacio es muy bonito y bien organizado.

-Usted nació en Madrid, aunque lleva nueve años afincado en el Matarraña, en Lledó... ¿qué le trajo hasta aquí?
-Fundamentalmente un cambio que queríamos hacer para mejorar nuestra calidad de vida. Yo ya conocía Teruel antes de venir a vivir aquí, porque trabajé en restauración y visité varias veces el Museo Provincial, que me gusta bastante. Y hace nueve años nos planteamos irnos de Madrid, porque vivíamos en pleno centro desde hacía muchos años y cuando nació nuestra hija nos empezamos a preguntar si queríamos que creciera allí. Intentamos ir a Mas de las Matas y Aguaviva en 2000, pero no cuajó. Pero volvió a surgir una oportunidad cuando vimos a la alcaldesa de Lledó hacer un llamamiento a parejas jóvenes para repoblar. Nos decidimos y vinimos tres familias, de forma que conseguimos salvar la escuela.

-¿Han encontrado en la provincia de Teruel esa calidad de vida que buscaban?
-Pues sí. En Chamberí, donde vivíamos antes, no hay apenas parques para toda la población. Los niños están apelotonados haciendo cola para subirse a un tobogán. Hay contaminación, muchos coches, y mucha, mucha mala leche.

-Pero para muchas personas vivir en las grandes ciudades representa oportunidades laborales, especialmente en el ámbito del arte...
-Yo no me dedico al arte... En Madrid trabajaba en una empresa de arqueología, dibujando los restos que se encuentran en los yacimientos que se excavaban. Pero la crisis de 2007 se llevó por delante prácticamente a todas las empresas que se dedican a esto, que eran más de veinte. Cuando llegamos aquí me ofrecieron trabajar como ayudante de alguacil durante los meses de verano, y el resto del tiempo ahora estoy como peón forestal para la comarca. Es verdad que he tenido que asumir el sacrificio de dejar mi carrera en el arte y la ilustración, pero al final la experiencia es muy buena. Ese sacrifico me ha rentado a cambio de tener mejor vida.

 

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