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Joaquín Herrero Conejos, autor de un libro dedicado a los carboneros: “En Formiche todos en invierno hacían carbón, en la comarca  nos llamaban los ‘zaumaus’” Joaquín Herrero Conejos, autor de un libro dedicado a los carboneros: “En Formiche todos en invierno hacían carbón, en la comarca  nos llamaban los ‘zaumaus’”
Joaquín Herrero Conejos es el coautor del libro sobre los carboneros. Aina Herrero

Joaquín Herrero Conejos, autor de un libro dedicado a los carboneros: “En Formiche todos en invierno hacían carbón, en la comarca nos llamaban los ‘zaumaus’”

“Hemos recopilado entre 80 y 100 vocablos propios del oficio de carbonero, pero ya no se utilizan”
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Cruz Aguilar

Joaquín Herrero Conejos es el autor, junto con la fotógrafa Carmen Dolz, del libro Zaumaus, los carboneros de Formiche Alto. Maestro de Primaria jubilado, Herrero es una persona muy interesada por los temas ambientales y botánicos, además de experto en micología y descendiente de la propia localidad.

-¿Qué importancia tenía el oficio de carbonero en Formiche?

-Mucha, porque en una economía de subsistencia, donde se producía lo justo para alimentar a las personas y a los animales, y en una sociedad basada en el trueque, este trabajo temporal aportaba dinero. Era una actividad que se desarrollaba entre septiembre y abril, y contribuía a que circulara dinero en el pueblo, como ocurría también con otras actividades estacionales como el esquileo.

-¿De qué se ocupaban exactamente los carboneros?

-Los carboneros se organizaban en cuadrillas de cuatro a seis personas. Dependiendo de la finca en la que trabajaban, podían encargarse de todo el proceso: tala, transporte, montaje de la carbonera, cocción y extracción del carbón. En otros casos, solo montaban las carboneras si la leña ya estaba preparada por otros.

-¿Con qué tipo de madera trabajaban?

-El carbón de mejor calidad se hacía con carrasca, aunque también se utilizaba roble valenciano, Quercus faginea, una especie propia de climas cálidos y secos. Alguna carbonera se hizo con pino, pero no era lo habitual.

-¿Podría describirnos el proceso completo de elaboración del carbón?

-Primero, se talan los árboles y se cortan en secciones de unos 90 centímetros, se limpian las ramas laterales y se deja secar la leña durante mes y medio o dos meses. Luego se transporta a lo que se denomina plaza, un terreno llano y limpio donde se monta la carbonera. Allí, una vez limpia, se formaban caballones de tierra que luego servirían para cubrir la carbonera. Encima de los troncos se colocaban ramas con hojas, llamadas zamas, que impedían que la tierra entrase en la estructura.

-¿Cómo se iniciaba la combustión?

-Se le daba fuego con brasas, no con llamas. Se introducían por la boca, en la cúspide de la carbonera. Luego se tapaba con una losa y se abrían humeras, que eran agujeros alrededor de la boca para permitir que se mantuviera el calor. El fuego debía subir desde el fondo hasta la boca, alimentado con pequeños trozos de madera. Este proceso de encendido duraba uno o dos días. Después, la carbonera trabajaba entre 20 y 30 días, dependiendo de su volumen.

-¿Qué se hacía con el carbón una vez finalizado el proceso?

-Se extraía y, curiosamente, se dejaba en el monte desde abril hasta que empezaba el frío, en septiembre u octubre. Entonces se recogía y se transportaba, mayoritariamente a Teruel, utilizando burras a través del monte. Allí se distribuía por las casas particulares y las fraguas. Luego con el tiempo se empezó a transportar en camiones y la mayor parte se vendía en Valencia, donde había más demanda.

¿Para qué se utilizaba el carbón producido?

-Principalmente para calefacciones domésticas y para fraguas. Antes era imprescindible para el trabajo del hierro, ya que proporcionaba el poder calorífico necesario para fundir y moldear.

-¿Hasta qué año se mantuvo activo este oficio en Formiche?

-La última carbonera de la que hay constancia es de1968.

-¿Queda algún carbonero con vida hoy en día en Formiche Alto?

-Sí, todavía quedan dos o tres. Aunque algunos han fallecido recientemente, desde que empezamos con el libro.

-¿Cómo surgió la idea de hacer esta publicación?

-La idea surgió a raíz de la carbonera que se hizo en 2014. Fue una propuesta del cineasta Tony Canet, casado con una vecina del pueblo, quien quería rodar un documental titulado Calç blanca, negro carbón. Se implicó mucha gente, sobre todo los carboneros vivos, y también organizamos un museo del carbón. Carmen Dolz, fotógrafa, documentó todo con imágenes, y tiempo después me propuso hacer un cuadernillo de, tema. Le sugerí que merecía ser un libro, así que empezamos a desarrollar un guion con texto e imágenes.

-En el libro aparece también un glosario de vocabulario. ¿Siguen utilizándose esos términos en la actualidad?

-Incluimos unos 200 vocablos, de los cuales unos 80 o 100 son específicos del oficio del carbón. Muchos de ellos han desaparecido con la pérdida del oficio, como suele pasar, cuando muere el hablante, desaparecen también sus palabras. Algunas palabras más comunes todavía se mantienen.

-¿Por qué había tanta vinculación con el carbón en Formiche? ¿También ocurría en pueblos vecinos?

-No, en otros pueblos quizás había alguna cuadrilla, pero en Formiche casi todos los habitantes trabajaban en el carbón durante el invierno. Lo compaginaban con otros oficios, pero era un pueblo carbonero, en la comarca nos llamaban los zaumaus.

-¿Dónde se vende el libro?

-No está a la venta. Lo gestiona la Asociación Cultural Cabezo Alto, para conseguirlo, hay que ponerse en contacto sus integrantes.

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