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Marisol Julve Barea, ganadora del V Concurso de Relato Corto El Calabozo de Pancrudo: “Me inspiro en la realidad, la mezclas con la ficción y salen cosas interesantes” Marisol Julve Barea, ganadora del V Concurso de Relato Corto El Calabozo de Pancrudo: “Me inspiro en la realidad, la mezclas con la ficción y salen cosas interesantes”
Marisol Julve es la ganadora del concurso de relatos de Pancrudo

Marisol Julve Barea, ganadora del V Concurso de Relato Corto El Calabozo de Pancrudo: “Me inspiro en la realidad, la mezclas con la ficción y salen cosas interesantes”

“Cuando ganas un premio parece que rompes esa barrera de ver que lo que haces gusta, que tiene valor”
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Cruz Aguilar

Marisol Julve Barea es la ganadora de la V edición del certamen de relato corto convocado por la Asociación El Calabozo, de Pancrudo. La obra premiada, El aroma de los chopos mojados, fue la elegida en esta edición, en la que el tema era la infancia en el pueblo. La ganadora es natural de Hinojosa de Jarque, por lo que está muy familiarizada con el ambiente de chopos cabeceros que rodea su relato. Maestra de profesión, lleva 14 años dando clase en el Centro Público de Formación de Adultos de Cella.

-¿Desde cuándo escribe?

-Soy una apasionada de la lectura desde muy niña y con 14 años empecé a escribir, una afición que no he dejado nunca, lo que escribo me gusta, para mí tiene valor, pero siempre con ese miedo a mostrar mis textos.

-¿Cómo se animó a participar en el concurso de Pancrudo?

-En el curso 2020-2021, en el programa Poesía para llevar, cuyo objetivo es difundir la poesía entre el alumnado, se organizó un concurso con diferentes categorías y, como había una para el profesorado, me presenté. Participaron más de 80 centros, mi poema quedó tercero y eso me animó mucho.

-Habla de poesía, pero el de la Asociación Cultural El Calabozo es de relato, ¿no es así?

-Sí, escribo poesía y relato, me gusta mucho el cuento y ganar el premio de poesía fue lo que me dio alas, parece que rompes esa barrera de ver que lo que haces gusta y tiene un poco de valor. Este año además me he animado a hacer el curso de creación literaria de la Universidad de Verano de Teruel con Espido Freire. Me gustó mucho y me dio muchas ideas y, seguidamente de hacerlo, recibí las bases del concurso de relato de Pancrudo y me decidí a participar.

-El relato gira en torno a los chopos cabeceros, un paisaje que conoce de cerca, ¿verdad?

-Sí, porque toda la infancia y la juventud la he vivido en Hinojosa de Jarque y me fue muy fácil rememorar las vivencias que sentía cuando era niña, sobre todo los veranos.

-Pero su relato no se queda en la infancia, va más allá y se adentra también en la vejez.

-Sí, lo empecé sin saber dónde iba a llegar y curiosamente me llevó a todas esas sensaciones de los aromas, las canciones, incluso los tactos te devuelven a ciertas épocas de tu vida. Curiosamente estaba paseando por la ribera del río y, al respirar los chopos tras haber caído la lluvia, me transporté a la niñez. Y el Alzheimer es también como una vuelta a la niñez, las personas que están enfermas olvidan todo el presente y se instalan en el pasado, recuerdan más esas vivencias que las actuales, se vuelven como niños y confunden a sus hijas con sus madres, así salió ese relato.

-¿Ha tocado el Alzheimer por algo en concreto?

-No, no tengo ningún familiar, pero sí madres de amigas que te sientas con ellas, te cogen de la mano y las ves tan indecisas. La niñez y la vejez son dos etapas en cierto modo parecidas.

-¿Está contenta con el premio?

-Muchísimo, es un premio muy modesto pero a mí me ha hecho mucha ilusión y muchas personas que han leído el relato se sienten identificadas, les transporta a su pueblo.

-¿En qué está trabajando?

-Estos premios me han dado alas, confianza para pensar que lo que escribo le puede interesar a la gente, ahora estoy con un libro de poemas que tengo prácticamente acabado y un libro de relatos de mujeres de otro tiempo. Tenemos alumnas que nos cuentan historias muy interesantes y entre esas y las que me contaba mi madre he ido mezclando ficción con realidad y me están saliendo cosas. Además estoy participando en concursos y certámenes, a ver si sale algo más. Tengo ilusión, no soy escritora, soy maestra de profesión, tengo esa afición y me gustaría de una manera humilde y generosa compartirla con los lectores a los que les pueda decir algo.

- ¿Se inspiras en la realidad?

-Sí, la mezclas con la ficción y salen cosas interesantes. Albert Camus dice que la ficción es la mentira a través de la cual contamos la verdad.

- ¿Qué va a hacer con el poemario?

-Lo he presentado a dos certámenes, no me han dado ningún premio, no sé si presentarlo a otro premio o mandarlo a alguna editorial pequeña, supongo que es un camino difícil, pero yo no pierdo nada, es ofrecerlo y, si creen que puede tener valor, pues que lo publiquen.

-¿Es consciente de que la poesía tiene un público aun más reducido que la prosa?

-A mí me gusta mucho la poesía, tanto la contemporánea como la clásica y me gustaría que se difundiera porque podría llegar a cierto público. Es una poesía muy personalista, muy de vivencias, intimista, me gustaría darle una oportunidad. El poemario está terminado y lo voy a mandar. Hay poetas de Teruel que están teniendo mucho éxito y creo que la mía puede tener cabida, pero eso lo tendrán que decir otros.

-¿Cómo va el libro de relatos?

-Tengo cinco totalmente acabados y otras cinco historias en la cabeza, a ver qué sale, porque tampoco tengo mucho tiempo, entre el trabajo, soy madre… Escribir requiere muchísimo tiempo, cada vez que leo un relato lo cambio, encuentro una errata, le das vueltas y vueltas, hasta 25 o 30 vueltas. No aspiro tampoco a nada, simplemente a poder compartir lo que salga.

-¿Qué tiene previsto hacer cuando lo tenga terminado?

-Es un género difícil de sacar adelante, pero a mí me parece muy interesante porque con poco cuentas mucho y, como no lo cuentas todo, haces partícipe al lector de lo que falta. Son dos géneros difíciles pero interesantes.

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