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Miguel Mena, escritor y periodista: Miguel Mena, escritor y periodista:

Miguel Mena, escritor y periodista: "El periodismo me ha ayudado a evitar lo superfluo y la literatura me aporta paz y serenidad"

El escritor, que estuvo hace unos días en Alcañiz, explicó cómo fue su paso desde la radio a la escritura
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El escritor y periodista Miguel Mena participó este mes de noviembre en Alcañiz, invitado por la biblioteca municipal, en una charla con lectores en la que habló sobre la relación entre literatura y periodismo.

-¿Hasta donde se da la simbiosis entre literatura y periodismo?
-Creo que son vasos comunicantes, y no de ahora, sino desde hace dos siglos. Se olvida que Gustavo Adolfo Bécquer se ganó la vida escribiendo en periódicos, y en el siglo XIX mucha literaruta empezaba publicándose en prensa escrita. Gabriel García Márquez empezó escribiendo en prensa a los 21 años y fue así como entró en la literatura, a veces incluso arrastrado, pero su prestigio empezó con un reportaje periodístico. También tenemos a Miguel Delibes, que fue director del Diario de Castilla. Los ejemplos son numerosísimos.

-Usted también es un periodista que se ha pasado al sector literario viniendo del mundo de la radio. ¿No es más común que sean los periodistas de prensa escrita los que acaban optando por la literatura?
- Sí, es más normal, aunque ahora los hay que se pasan también desde la televisión. Ha sido más habitual porque el medio radiofónico tiene mucho de improvisación o incluso porque lo que se escribe para la radio no es tan depurado como lo que se va a leer en un periódico. Muchos periodistas de prensa han pasado a escribir novela o ensayo. Pero  hay excepciones, como Luis del Val, periodista de radio que luego pasó a escribir novelas.

-¿Cómo dio el salto a la literatura?
-Fue casi tardío, porque mi vocación de joven era ser periodista y más concretamente ser locutor de radio. La primera novela la publiqué con 33 años, y llevaba ya 10 años en la radio. Me atreví a escribir una novela sin ninguna enseñanza previa, me lancé a tumba abierta a escribir una novela. Quise probar y después de aquello han llegado 33 libros publicados.

-¿Qué le ha aportado del periodismo a Miguel Mena?
-El periodismo me ha ayudado a evitar lo superflueo, a intentar escribir al mismo ritmo con que escribes en la radio, con amenidad, sin que la cosa avance sin circunloquios ni subordinadas, sin lenguaje pomposo o solemne que aburra al oyente o que le despiste.

Aportaciones

-¿Y qué le ha aportado la literatura?
- La radio me aportaba una vida más animada, de trabajo en equipo. La literatura me aporta paz, serenidad... Durante muchos años hice programas diarios de dos horas que se tenían que llenar de contenido, había que localizar las entrevistas, etc y aquello conllevaba mucho estrés, pero ahora tengo 64 años y prefiero las cosas más lentas y busco la serenidad.

-¿No lo echa de menos?
-La próxima primavera hará tres años que dejé la radio, aunque he seguido colaborando con la SER, pero no lo echo de menos. Estoy contento con lo que hago ahora, porque son otras actividades, como dar clases con la Universidad de la experiencia. Tengo otra edad y me divierto con ello. Sigo siendo deboto oyente de la radio y lector de periódicos. Oigo la radio todos los días y sigo leyendo periódicos, aunque más en internet que en papel. Lo que pueda echar de mnos lo cubro porque sgo con mi afición con leer y escuchar.

-¿Su última novela es Puente de hierro. ¿Qué hay de autobiográfico en esta novela?
-Hay mucho de autobiográfico. El punto de partida es una familia que vive al lado del puente de hierro de Zaragoza; es una historia que está relatada por la hija pequeña de la familia. Es una excusa para recorrer la historia familiar, se habla del entorno familiar y de la ciudad de Zaragoza, y tiene mucho autobiográfico porque hay ahí muchas cosas de mi familia materna. Es una norvela homenaje a mi madre y a quellas niñas que vivieron en condiciones muy duras, que salieron adelante con mucha alegría y mucha unión familiar. Hablo de las relaciones familiares de antes. En nuestro país la familia sigue siendo algo muy importante, porque la cultura familiar está muy arraigada y hay un amplio sentimiento de familia.

-Zaragoza. Historias de ida y vuelta recoge el testimonio de 52 personas que se marcharon de sus pueblos. ¿Qué le empujó a escribir este libro?
- Son 52 personas que fui localizando en la provincia de Zaragoza. El libro lo he hecho junto con la cátedra de despoblación y creatividad de la Universidad de Zaragoza. Fui buscando gente que se había ido del pueblo y que ha querido volver, pero no jubilada, sino con proyectos de vida, es decir, para trabajar. Era una manera de acercarnos a la despoblación, porque esa gente no vuelve con ese romanticismo con el que lo hacen los neorrurales, sino que es gente que sabe lo duro que puede ser volver al pueblo, que ha querido volver a los inconvenientes y carencias que hay. Personas que han vuelto por el apego y las raíces.

-¿Con cual de todos sus libros se quedaría?
-Por un lado, Bendita calamidad, mi segunda novela, que lleva 20 ediciones, se sigue reeditando y mucha gente  me dice que sigue releyéndolo. Pero no es lo mejor que he escrito. Por otro lado, Piedad (2008), que también tuvo mucho éxito, lleva seis ediciones y tuvo muy buena crítica y repercusión en círculos literarios.

 

 

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