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Mikel Herrán, arqueólogo y divulgador: “Me parecía importante entender cómo se ha llegado a perseguir a aquello que se salía de la norma” Mikel Herrán, arqueólogo y divulgador: “Me parecía importante entender cómo se ha llegado a perseguir a aquello que se salía de la norma”
Mikel Herrán participará el viernes en una charla sobre el colectivo y la dictadura

Mikel Herrán, arqueólogo y divulgador: “Me parecía importante entender cómo se ha llegado a perseguir a aquello que se salía de la norma”

El historiador y comunicador revisará el viernes en Teruel la ‘Historia del colectivo en la dictadura y en la transición’
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José Luis Rubio

Detrás de la propia descripción que Mikel Herrán ofrece de sí mismo en sus perfiles de redes, donde se define como “arqueólogo, borracho y mamarracho empeñado en enseñar del pasado”, hay una conciencia comprometida y un profundo respeto por la Historia y por las personas que la protagonizaron. Este viernes, con motivo del 50 aniversario de la muerte de Francisco Franco, el creador de contenidos histórico, youtuber @putomikel con más de 286.000 seguidores y colaborador habitual del programa El Intermedio, del Gran Wyoming, participará en la charla Historia del colectivo en la dictadura y en la transición, que se celebrará en el salón de actos del Museo Provincial a partir de las 18:00 horas.

-Sobre su primer libro, 'La historia no es la que es, es la que te cuentan', ¿busca un relato diferente del pasado?

-No es que lo busque. Es una introducción a la historiografía. No es radical en ese sentido, no es buscar algo que no existe, sino mostrar al público general cómo se trabaja la historia y cómo la historia, una forma de describirse, de analizarse, que cambia conforme cambian las sensibilidades, el contexto y los sesgos. Se habla de revisionismo histórico y muchas veces no se entiende lo que es. Revisar las fuentes y releerlas son cosas totalmente necesarias. Creo que hay un riesgo muy grande en pensar que la historia es una y ya está.

-¿Es dentro de esa nueva mirada donde se encuadra su segunda obra, Sodomitas, vagas y maleantes? ¿Qué aporta a la historia de la persecución de la disidencia sexual?

-Yo tenía interés en hablar, precisamente, de esa disidencia sexual, más que hablar de identidades LGTB como podemos pensar hoy. En el pasado se hablaba de homosexuales o transexuales porque esas identidades, al final, son un producto contemporáneo que se ordena en un mundo contemporáneo, y mi intención era entender cómo se han configurado tanto la norma sexual y de género como la disidencia sexual y de género a lo largo de la Historia, no cómo ha habido otros disidentes que podríamos a lo mejor llamar homosexuales o transexuales o personas trans que hicieran que existía esas disidencias. Se acusa al colectivo de ser una invención moderna, de ser una moda, básicamente repitiendo dogmas moralistas que vemos hace 500 años, lo cual es irónico, por el contagio social de estas ideas. Me parecía importante, no ya como defensa, sino como forma de entender cómo ha sido el camino que nos ha llevado hasta aquí, que ha sido un camino de persecución a lo que se salía de la norma, como por ejemplo la sodomía en el imaginario cristiano.

-Y en ese entorno se produce la marginalidad

-También me interesa cómo, a través del señalamiento, se crean espacios en los márgenes desde donde se entienden y se articulan y empiezan a compartir espacio gente que precisamente entiende que lo que tiene en común es ese no encajar en la norma que se les está señalando.

-Entonces, la disidencia sexual no es solo contemporánea

-Para mí, lo importante no era hablar de una historia LGTB, digamos, sino de una historia de la disidencia. El ejemplo más claro que se suele poner es cuando hablamos de la antigüedad, de la antigua Roma o de la antigua Grecia, que se habla de que la homosexualidad masculina como una cierta permisividad hacia el sexo entre hombres, pero entender esto como una homosexualidad o hablar de ello como homosexualidad así en términos muy generales lleva a varios problemas. El primero es que no se entendía como una identidad, si no que cuando Adriano tenía sexo con Antino, él no entendía que le hiciera homosexual porque el sexo para ellos no tenía tanto que ver con el cuerpo con el que lo hacías, sino con la posición que se ocupaba, la de penetrar o ser penetrado. Si había un ciudadano romano que tuviese sexo con un hombre, eso estaba bien, siempre y cuando él hiciese de activo.

-Habla de una nueva forma de contar la Historia. ¿Esa nueva forma puede estar también en los canales de comunicación, como la irrupción de las redes sociales?

-Yo creo que hacen falta las redes sociales y los medios tradicionales. Siempre se han buscado nuevas formas de llegar al público con cualquier tipo de contenido, que puede ser entretenimiento, pueden ser documentales. Siempre se han buscado nuevas formas y creo que eso no es necesariamente nuevo de las redes sociales o de los últimos tiempos. Se ha acelerado el ritmo en que se cambian ciertas cosas debido al advenimiento de las redes sociales y un ritmo mucho más acelerado de tendencias. Al final, la divulgación lo que tiene que hacer es poner a disposición del público más general las investigaciones y hacerlas más accesibles. Es un trabajo de puente, de cómo se conecta la Historia algo que le interese a la gente.

-Por contra, las redes sociales también el origen de mucha desinformación

-Las redes sociales han democratizado la información pero también han hecho que mucha gente pueda ponerse un micro y hablar. Por lo cual, por un lado, ha hecho que lleguen más discursos que ponen otras perspectivas y conocimiento de la gente, pero también en bulos directamente. Y el problema de los bulos y en general de las redes sociales es precisamente su mayor potencial.

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