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Nicolás Urbani, veterinario de la Federación Aragonesa de Caza: “Calculamos que la mortalidad por la EHE es de entre un 6% o  7 % de los animales afectados” Nicolás Urbani, veterinario de la Federación Aragonesa de Caza: “Calculamos que la mortalidad por la EHE es de entre un 6% o  7 % de los animales afectados”
Urbani insiste en que no se cree una sensación de alarma por esta enfermedad

Nicolás Urbani, veterinario de la Federación Aragonesa de Caza: “Calculamos que la mortalidad por la EHE es de entre un 6% o 7 % de los animales afectados”

El experto destaca el papel de los cazadores en la gestión de esta enfermedad
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José Luis Rubio
El papel de los cazadores en el control de la enfermedad, bien abatiendo animales enfermos o rebajando la presión cinegética para prevenir una posible bajada de la fertilidad de la cabaña es determinante en la crisis de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica. Así lo expresó el veterinario de la Federación Aragonesa de Caza, Nicolás Urbani, que participó en la mesa redonda sobre esta enfermedad celebrada en el marco de ExpoCalamocha hace una diez días.

-¿En qué situación se encuentra la cabaña de ciervos en referencia a la enfermedad hemorrágica epizoótica?

-Lo que estamos viendo es que dentro de las especies cinegéticas que se encuentran a nivel nacional y que pueden ser ciervo, gamo o corzo y, aunque son rumiantes y no cérvidos, la cabra montés y el muflón, al que está afectado realmente la enfermedad hemorrágica epizoótica es al ciervo ibérico. En el ciervo ibérico es donde estamos encontrando la verdadera afección, mientras que en el resto de especies cinegéticas no estamos viendo de forma general, salvo algún caso muy esporádico, síntomas clínicos, por lo que es ahí donde tenemos que prestar más atención.

-Y en un plano provincial, ¿cuál es la situación de Teruel?

-Tenemos una zona, que es la de Montes Universales, que aunque son cotos en abierto y Espacios Naturales, tiene una densidad importante de animales. Ahí es donde sí se ha observado un mayor porcentaje de animales muertos o con posibles síntomas clínicos compatibles con la patología. Por eso es por lo que tenemos que estar alerta, pero sin generar alarma. Hay que insistir en que no es una zoonosis, es decir, no pasa nada por tocar el animal que veamos sospechoso, pero sí hay que comunicarlo a la autoridad competente. Hay que ver cómo evoluciona la enfermedad porque es muy novedosa, lleva muy poco tiempo en España y ahora hay que ver las repercusiones que puede haber en esta cabaña de ciervos. Sobre todo, estamos atentos a los síntomas clínicos reproductivos porque eso no se ve inmediatamente hoy, sino que hay que esperar varios meses hasta la época de paridera de la siguiente temporada.

-¿Hay cifras de la mortalidad  que haya podido causar esta enfermedad?

-Hay estimaciones, igual que existen estimaciones sobre la población. No sabemos exactamente el número de ciervos que existen en Teruel ni en ninguna parte de España, pero sí estamos calculando respecto de los censos que tenemos que la mortalidad es de un seis o un siete por ciento de los animales afectados.

-¿Qué síntomas presenta un animal infectado de esta enfermedad hemorrágica?

-Los síntomas clínicos que estamos observando suelen ser, de forma habitual, apatía, fiebre, falta de reflejo de huida, una afección en las zonas oro-nasales que les limita la ingesta de alimento que les produce un adelgazamiento. También se observan lesiones en las patas y se cree que puede haber también alguna lesión a nivel reproductivo. Aún tenemos que seguir haciendo necropsias y estudios de anatomía patológica para saber al cien por cien todas las implicaciones.

-¿Cuál es el papel de los cazadores en esta crisis?

-Los cazadores son herramientas de las poblaciones cinegéticas y de toda la fauna ibérica. Su labor fundamental es la de centinela, de custodio del territorio para localizar esos casos, sobre todo en zonas en las que no se hayan descrito y poder identificar bien la distribución territorial. Y luego, la capacidad de autogestión porque ellos (los cazadores), sobre todo en Aragón donde es pionero ese sistema de gestión que es referente a nivel nacional, la gestión plurianual y social de los cotos es fundamental para mantener un equilibrio sostenible de las poblaciones. Por tanto, ahora hay que ser un poco cauto a la hora de extraer animales del medio porque no sabemos al año que viene qué va a pasar. Entonces, dentro de los cupos que nos autoriza la Administración hay que valorar si se conocen casos positivos en un coto sería recomendable bajar la presión de extracción. En todas esas cuestiones estamos la Federación Aragonesa de Caza y los servicios técnicos del Gobierno de Aragón para apoyarles.

-Un cazador que abate o avista un animal con síntomas compatibles, ¿qué tiene que hacer?

-Sobre todo, debería comunicar a la autoridad competente que ha observado un animal con síntomas clínicos compatibles con la enfermedad. Ahí, la autoridad competente, bien un Agente de Protección de la Naturaleza  (APN) o el un veterinario de la zona entablarán el protocolo que tienen establecido, y actuarán de  en función de su hay más casos positivos en la zona o no.

-¿Se están implementando medidas comunicación entre los cazadores y la Administración?

-Sí. Trabajamos  de forma muy habitual, tanto con el Servicio  de Sanidad Animal como con el Servicio de Caza, y estamos en comunicación diaria en esta materia. Cuando observamos focos o mortalidades anormales se lo hacemos llegar directamente a ambos servicios. Creemos que podría un poco más ágil si existiera una línea de comunicación directa entre el cazador y la Administración, pero actualmente en Aragón la vía de comunicación está funcionado bien.

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