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Pablo Haro, ingeniero y experto en aviación: “Las operaciones de vuelo con aerotaxis serán una realidad  en el curso de esta década” Pablo Haro, ingeniero y experto en aviación: “Las operaciones de vuelo con aerotaxis serán una realidad  en el curso de esta década”
Pablo Haro, en el Campus de Teruel

Pablo Haro, ingeniero y experto en aviación: “Las operaciones de vuelo con aerotaxis serán una realidad en el curso de esta década”

Hay un gran número de prototipos en proceso de ser certificados por la Agencia Europea de Seguridad Aérea
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El ingeniero aeronáutico de Isdefe y consultor de la Agencia de la Unión Europea para el Programa Espacial (Euspa), Pablo Haro, asegura que los taxis voladores eléctricos (eVTOL) serán una realidad en el curso de esta década. De hecho, en los Juegos Olímpicos de París 2024 se ofrecerá esta modalidad de transporte aéreo, que tendrá un precio estimado de 125 euros por pasajero y vuelo.

La seguridad operacional, el ruido y la privacidad son algunas de las cuestiones que más preocupan a la ciudadanía, según explicó Haro durante la conferencia sobre La revolución de los aerotaxis y la navegación aérea avanzada impartida este viernes dentro de la novena edición del curso sobre Avances y desarrollo del sector aeronáutico y aeroespacial de la Universidad de Verano de Teruel.

-¿Cuándo podremos ver aerotaxis en las ciudades?

-La primera implantación operacional real de aerotaxis en Europa se espera en los Juegos Olímpicos de 2024 en París. Cualquier ciudadano podrá utilizar estos vehículos tras adquirir la tarjeta de embarque, igual que se compra un billete de Iberia o de Ryanair o un trayecto de taxi o Uber. El usuario podrá ir a uno de los 5 vertipuertos que estarán operativos.

-¿Qué precio tendrán estos viajes?

-Van a costar del orden de 125 euros por persona y vuelo.

-La tecnología está disponible. ¿En qué medida depende ahora su implantación de la seguridad aérea?

-Hay proyectos de la UE que gestiona Euspa y otras agencias que están conectados con la realidad operacional; no son sólo proyectos puramente de I+D sino que tratamos de que este tipo de operaciones de vuelo sean una realidad en el curso de esta década. Su implantación es un tema complejo. En primer lugar, la clave es asegurar la seguridad operacional. Por ejemplo, en el caso de París, el vehículo lo fabrica Volocopter y está en el proceso de certificación con la autoridad de aviación civil europea (Easa). Irá con un solo pasajero y requerirá de un piloto a bordo. Se trata de tener todas los posibles riesgos bajo control: la trayectoria de vuelo, la coordinación con el control de tráfico aéreo, así como otros condicionantes del escenario operacional concreto.

-En este caso irá un solo pasajero pero, ¿hasta cuántos podrán hacerlo en otros aerotaxis?

-Hay ahora mismo innumerables prototipos y todos están con el reto de certificar el vehículo porque tienen que tener el mismo garantía de certificación, de calidad y de seguridad operacional que un avión convencional. Esa es la principal dificultad.

-¿Qué tipologías existen?

-El de Volocopter es para un piloto con licencia y experiencia operacional y un viajero, pero hay prototipos de hasta 6 pasajeros. Hay una tipología diversa de vehículos, desde los puramente multicópteros hasta otros que tienen rotores que basculan y hacen una transición que convierte al helicóptero en un avión. Todos son aeronaves de propulsión eléctrica y capaces de despegar y de aterrizar en vertical, que son los apropiados para este tipo de operaciones que se desarrollarían en un entorno urbano, donde no tenemos sitio para poner pistas de vuelo.

-¿Y qué distancias podrán recorrer?

-El vehículo de Volocopter tiene un rango de alcance de entre 35 y 65 kilómetros de alcance, apropiado para unir vertipuertos en un entorno urbano. Pero hay otro tipo de aerotaxis cuyo expectación es conseguir un alcance de 250 a 300 kilómetros.

-¿Cuál es la aceptabilidad social de los aerotaxis?

-Easa ha realizado encuestas a nivel europeo y las principales preocupaciones son la seguridad y el ruido, entre otras. En primer lugar, las personas deben tener la tranquilidad de que esos vehículos no se van a caer en la ciudad. Además, sería deseable mantener un nivel de ruido similar al existente con el tráfico rodado, es decir, que no suponga una molestia adicional. También se demanda que sean compatibles con el medio ambiente pero, como son de propulsión eléctrica, no van a emitir gases.

-¿Podría su uso reducir el del taxi convencional?

-Es una tecnología disruptiva, que abrirá nuevas oportunidades de empleo. En principio, no es complemento al transporte convencional y servicio de taxis, al autobús o al metro. El uso que está más cerca y en el que se ve más clara su viabilidad es en los servicios de emergencias. Se pueden utilizar para recoger a personas heridas y llevarlas a los hospitales de forma urgente y para trasladar otros suministros. También los cuerpos de seguridad pueden darles usos necesarios y razonables.

-Es un medio de transporte dirigido principalmente al medio urbano...

-Hay grandes ciudades que tienen un buen sistema de transporte público, pero en otras en las que el tráfico rodado es más complicado tiene más sentido. Por ejemplo, en Nueva York se ha estudiado a fondo su eficacia para el traslado a los aeropuertos. Además, estarían dirigidos a un segmento de población que está dispuesto a pagar más que por un taxi pero con el beneficio de tardar menos tiempo.

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