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La peña La peña
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Víctor Guiu

El tiempo pasa; vivir es esto. La vida como un acorde de barro, una ranchera mal cantada o una jota de las que siempre alguien se acuerda, por casualidad.

En la mesa no todos hablan. Unos recogen, otros preparan. Unos esperan fumando en la puerta, otros charran de los hijos, de la luz y del trabajo. Siempre alguien se alicora más de lo normal y se acuerda, como buenos mediterráneos, de los que ya no están.

¿Os acordáis de cuando…?

Un no parar. La cocina es un sube y baja. Hoy hay macarrones. El chistoso de turno prefiere un entrecot, como el jueves, pero sabe que la noche fue dura y, científicamente, no hay nada mejor que comer macarrones al día siguiente de la tormenta. Mañana es el último día, Sábado Santo, y es costumbre que haya judías. Todo lleva su preparativo. El Angelito y yo no saldremos a la procesión. Mientras tocan en la Soledad iremos friendo y repasando los ingredientes. Recogeremos la mesa donde esa mañana habremos almorzado mi hermana y yo. Después unas cervezas y poner los tableros.

Ya se oyen por la cuesta, no hace falta verlos. No falla.

A los catalanes hacía dos años que no los veíamos. Sus zagales ya nos sacan un palmo y tienen edad de recibir collejas. Hay que hacer dos turnos. El chiste fácil surge en la puerta: “como no dejéis de procrear habrá que comprar otra peña”

El Cantor cuenta otra vez la misma historia. No, ¡calla!, esta es nueva. Su primo nos recuerda peripecias que se recorren como si hubiésemos estado. Luego iremos a ver al Carlos y la Celia, que como tienen bar no suelen estar. El cubata en el Carlos y así los vemos. Los pequeños juegan a algo con un helau y los mayores toman postre, café y copa.

Salimos con la túnica y los tambores. Dentro queda una mesa medio recogida, los restos de la reconquista tras el covid. Nos llenamos los vasos y brindamos.

Lo que me importará a mí ser patrimonio mundial, cartel, pregón de algún guiri o salir en la tele más que el pueblo de al lado, mientras tenga una mesa donde seguir contando lo que fui para seguir siendo quien soy y enseñarle, si se tercia, algo a mis hijos, por lo que pueda ser.

Mientras, el Cantor sigue con la suya: ¿Os acordáis de cuando…?

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