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Nuria Andrés

El miércoles pasado, conocimos que Pablo Fernández y Sara García habían sido seleccionados por la ESA para convertirse en astronautas. Un orgullo para un país que suele acaparar más titulares por ser el destino de vacaciones del norte de Europa que por tener candidatos a viajar al espacio. Pues, en una de las cientos de entrevistas que han realizado estos días, los susodichos afirmaron que los dos eran hijos de la Escuela Pública y que, poder devolver todo lo invertido, era para ellos “un verdadero orgullo”.

Desaprovecharon la oportunidad de protagonizar titulares reivindicando la cultura del esfuerzo que tanto se exige a los jóvenes o asegurando que quien no llegaba a ser astronauta era porque no quería y prefería vivir de las ayudas del Estado. En lugar de eso, recalcan que nunca han pisado la escuela privada y que han llegado tan lejos viniendo de una enseñanza pública. De ahí que su deseo sea revertir esa inversión que un día hicieron en ellos.

Ambos estudiaron en León y en la misma Universidad. En concreto, Pablo Álvarez, decía que había sido “clave” para él haber podido estudiar ingeniería aeronáutica en su casa, porque si no tendría que haber cursado cualquier otra carrera, ya que él no podía irse a otro sitio a estudiar a pesar de las becas que existen para unos pocos.

Vamos, que muchos hablarán de lo fácil que es estudiar fuera de casa y la “suerte” de que algunas de las mejores universidades de Europa se encuentren en Madrid, pero lo cierto es que las posibilidades de la mayoría de jóvenes las marcan las fronteras de su provincia  y el hecho de no tener todos los medios al alcance hace que la única opción sea abandonar tus sueños.

Puede que, si estos dos jóvenes hubieran estudiado otra carrera, hubieran llegado a la misma meta por distintos medios. Pero, quizás no, quizás ellos por venir de una ciudad pequeña y sin posibilidad económica de desplazarse fuera de su provincia, hubieran tenido que escoger otra carrera y otro trabajo. Y quizá nunca se hubieran convertido en astronautas. Y todo por no tener los medios al alcance.

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