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Nuria Andrés

Llevamos diez días de 2023 y hay cosas que, inevitablemente, no han cambiado. Una de ellas: los periodistas siguen cubriendo el primer bebé del año. Esta vez, en el Hospital Gregorio Marañón, era Iratxe quien había nacido la primera. a las 00:00 nos dijeron. Y antes de pasar a verla todos los periodistas, entramos a un ascensor, y con nosotros, después, pasó una señora. “Feliz año”, dijimos todos para romper un poco el silencio. Nos miró extrañada. “Ah, es verdad, que hemos cambiado de año”, respondió confusa. “Cuando estás en estos sitios, ya no te enteras de eso” y salió del ascensor en la planta 4 de oncología infantil.

Hay cosas que, inevitablemente, no cambian y en este 2023 sigue muriendo gente de cáncer. Este mismo 3 de enero, España se estremecía por la muerte de una joven de 20 años a causa de un sarcoma de Ewing. Seguro que ese día, por desgracia, fallecieron muchos más de de lo mismo, pero ella se dio a conocer por relatar el día a día de su enfermedad. Fue una luchadora, porque “luchó”  por vivir. Como todos hacemos. Y en esa lucha, le tocó “sufrir” un cáncer. Uno de los más agresivos que existen y para el cual apenas hay investigación.

Me vienen a la cabeza varios jóvenes que también compartieron su experiencia con esta enfermedad. Las largas horas de quimioterapia, los vómitos, las transfusiones de sangre… La (valiente) labor que realizan de visibilización es inmensa, pero, de alguna manera, se fomenta el discurso individualista de “si quieres, puedes” o “el camino al éxito es la actitud”. Que una persona se cure de cáncer no debería ser un éxito.

El otro día leí que, cuando el cáncer llama a la puerta, los que pierden son los vivos, los que tienen que seguir tras la pérdida de esa persona. A los vivos corresponde también luchar y aquí sí, luchar, exigiendo más recursos públicos, más investigación, mejor sanidad pública y mayor financiación. Que no nos creamos eso de que hay una actitud adecuada para superar el cáncer, ni permitamos que su cura dependa de limosnas de millonarios. Que la cura contra el cáncer sea fruto de la lucha colectiva por un tratamiento de calidad, público y gratuito.

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