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Maldita la hora Maldita la hora

Maldita la hora

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Javier Silvestre

Ha llegado el odiado horario de invierno. El que todo el mundo desprecia, pero que, sin duda, debería ser, sí o sí, el que se impusiese durante todo el año. Sólo nos acordamos de este cambio de hora porque “anochece demasiado pronto”. Y cierto es, ya que hoy mismo se pondrá el Sol a las 18:01 h. en Teruel. El día se irá acortando, irremediablemente, hasta que el 21 de diciembre llegue el solsticio de invierno y se haga de noche a las 17:40 h. de la tarde.

Sin embargo, este cambio de hora no sólo hay que valorarlo en función cuándo anochece. A muchos se les olvida qué pasa con los que madrugan y llevan varias semanas ya arrancando sus jornadas en la mayor de las oscuridades. A partir de hoy mismo, el Sol saldrá a las 07:33 h. Algo que permitirá que trabajadores y estudiantes puedan iniciar sus días arropados por una incipiente luz solar.

Sin embargo, con el paso de los días, las horas de luz irán reduciéndose hasta que la noche de Reyes, en enero, amanezca a las 08:28 de la mañana. A partir de ahí, la traslación terrestre volverá a arañar minutos de luz cada día que pase hasta el mes de junio. Y vuelta a empezar. La Unión Europea había anunciado que el de marzo de 2021 sería el último cambio de hora, pero pandemias y faltas de acuerdo han hecho que esta noche hayamos tenido que volver a atrasar los relojes.

En España, el 93% de los ciudadanos son contrarios a este cambio horario (en Europa la media es de un aplastante 84%). Y, claro está, la mayoría se decanta por el horario de verano. Porque lo importante es poder salir de trabajar y que sea de día para ir a la terraza de un bar, en vez de que sea de día cuando entramos a trabajar para poder ser más productivos desde primera hora.

Cuando digo que yo soy cien por cien de horario de invierno siempre me miran sorprendidos mis amigos. Intento que se trasladen al mes de junio, cuando disfrutamos de cuatro horas y media más de luz cada día. De hecho, con el horario de verano el Sol se pone a las 21:37 de la noche. Sin mantuviésemos el horario de invierno durante todo el año, se haría de noche pasadas las ocho y media, una hora más que razonable. Y por el amanecer no habría problema, porque a las 05.39 de la mañana comenzarían a despuntar los primeros rayos de luz solar.

Cuando uno viaja por el mundo se da cuenta de que las sociedades se rigen por la hora de salida del Sol. En los países cercanos al Ecuador, donde disfrutan de las mismas 12 horas de luz durante todo el año, lo normal es que se fije sobre las seis de la mañana el inicio de la actividad diaria y las seis de la tarde el momento de irse a cenar. Por eso muchos extranjeros no entienden cómo un país supuestamente productivo como el nuestro no tiene en cuenta que si nos quedásemos en el idílico horario estival, la actividad diaria no arrancaría hasta casi las 10 de la mañana.

Eso sí, mientras tanto vamos creando comisiones y más comisiones para analizar qué hacemos y dónde nos quedamos. Tras las infructuosas labores de una comisión que creó el Gobierno en 2018 y que tras un año analizando cuál era el mejor horario para España acabó con un “no concluyente” al no haber unanimidad. Sobre si adoptamos el huso horario que nos tocaría junto a Portugal e Inglaterra -y no el de Berlín- mejor ni hablamos…

Así las cosas, seguimos con el mantra de “a las tres serán las dos” que nos sitúa un poquito más cerca de ser un país en el que los niños no vayan al colegio cuando aún es noche cerrada. Ahora sólo falta conseguir que las eternas jornadas laborales acaben como muy tarde a las 18:30 h. para que, al salir del trabajo, no miremos el reloj y digamos: “¡Maldita la hora!”

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