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Víctor Guiu

Dicen algunos sindicatos sanitarios que hay que reorganizar. Pronto dirá la consejería que hay que reorganizar. Y, no tardando mucho, desde Madrid, Barcelona y Sebastopol dirán que hay que reorganizar. Si ustedes oyen esa palabra en cualquiera de sus acepciones políticas deben empezar a echarse a temblar. Sabemos lo que es reorganizar, lo mismo que redimensionar, reubicar, recortar o sujetarse los huevos altos con moralina patria y buen uso de los euros de todos.

Dicen los sanitarios de la capi que el problema no es el sueldo, ni las condiciones para ir al medio rural o a los hospitales lejos de Zaragón. Es curioso que haya gente que le parezca que ir a Alcañiz o a Teruel le parezca ir a Burundi. Igual es que han viajado tanto por el mundo que no saben quién pija detrás de la esquina. El problema es social y cultural, como el de los profesores. Nadie quiere ir. Así de sencillo. Luego que se les llene a la boca a los listos y a los tontos con la despoblación y todo eso. Solo que hay una diferencia con los profesores, las plazas educativas se cubren, sí o sí. O eso o te caes de las listas. Así de sencillo. Igual ese lobby no es lo demasiado fuerte en las estructuras partidistas de gobierno. Le preguntaré a Siri. Lo cierto es que, si se prima el bien común en educación, ¿por qué no en la sanidad?

Luego todo serán quejas. Con un cuarto y mitad del tiempo de atención para la atención atentamente especializada. ¿Quién sabe? Viva yo y mi caballo, que diría Manolo Cabeza Bolo.

Yo no sé mucho de lobbies. Bueno, no sé mucho de nada, pero desde mis cortas entendederas digo yo que hay una solución fácil, la de que imperen los servicios a los ciudadanos, vivas donde vivas, sobre los derechos o derechitos individualitos de algunos. Podremos apoyar también reclamaciones laborales y salariales, pero con la salud de la gente de los pueblos no se debería de jugar, ni siquiera se debería de negociar. Casos mil, haberlos haylos, de situaciones que se suceden con demasiada naturalidad.

Si solo nos queda el pataleo que se quiten los que hay y que se ponga alguien que quiera hacer algo. Yo, por mi parte, me cuidaré mucho de aplaudir a según quiénes cuando llegue otra vez la peste negra.

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