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Víctor Guiu

El José Alfredo se pegó su infancia y juventud yendo al pueblo de veraneo. Cuando los veranos eran largos y los abuelos nos formaban en campamentos diversos, donde bien cabían las regañeras en la cabeza y los bocadillos de jamón para comérselos en la plaza con los colegas. Luego se hacía llamar Fiti, por alguna película sería. Aunque en el pueblo siempre fue el nieto del Pelau.

Viajó. Se hizo mayor y sofisticado. Frecuentaba tonterías varias como “taichís”, bares modernos de los de menear el gintonic con el rabo y barberías, además de coachings personalizados. El Fiti se enamoró profundamente de él mismo, pero quería compartir el amor con el resto del mundo, de ahí que se propusiese en serio ser un ciudadano verde. No le hizo falta nunca sacarse el carné, por cierto. La cosa había mejorado tanto en las últimas décadas que estaba a un tiro de AVE de cualquier capital importante. Y en la ciudad contaban con autobuses ecológicos, tranvías y metros. ¿Qué tontería consumir derivados del petróleo si te puedes organizar tranquilamente con el transporte público? La gente vive en el mundo del egoísmo, pensaba. Hay que subir los impuestos al carbón. Debemos impulsar las energías limpias, total, lo que sobra es sitio, sol y aire en España.

Se compró un galgo porque estaba de moda. Y lo metió en su apartamento ecológico, donde comía sano y esperaba el fin de semana para tardear un poco con les amigues del trabajo.  Le ponía una rebequica al chucho cuando se giraba el fresco. Según le habían contado, en el pueblo ahorcan los galgos en los árboles cuando no corren tras las liebres. Qué listo que era el Fiti y qué verde, y qué moderno, y qué importante la labor del ciudadano, que recicla todo, anda en bici y tiene un galgo con nombre de persona.

A su tío el Tomás le cuesta llenar el depósito de la C15 con su pensión de mierda. No sabe si pasará la próxima ITV. Está acojonado porque sin la furgoneta a ver cómo compra, cómo va al médico... “Se me están descarbonizando hasta los huevos, de tan mala hostia que se me pone”.

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