

30 años de Nefrología: una vida de servicio a los pacientes y a la sanidad en Teruel
Antonio Gascón ha dedicado su carrera profesional a los turolensesLos nefrólogos piden refuerzos por el aumento y envejecimiento de los pacientes renales
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El pasado 13 de junio el Hospital Obispo Polanco registró su 72 aniversario desde su inauguración y en este recorrido también se han sumado profesionales, de los que algunos aún continuan. Es el caso de Antonio Gascón Mariño, nefrólogo en Teruel desde su llegada al Obispo Polanco en 1995 y que acaba de cumplir 30 años como profesional en este centro hospitalario. El hospital de Teruel realiza más de 7.000 sesiones de diálisis al año y controla cerca de 100 pacientes, más de la mitad son propios y alrededor de 20 son pacientes temporales que requieren tratamiento, fundamentalmente en verano, ya que se desplazan desde sus lugares de trabajo o domicilio hasta los pueblos de origen en la provincia de Teruel o simplemente son turistas que deciden pasar sus vacaciones en la zona de influencia del Hospital Obispo Polanco y requieren de los servicios de Nefrología.
“La hemodiálisis lleva una pauta concreta y sincronizada por la necesidad de desplazamiento del paciente al centro de atención y regreso al domicilio”, señala Antonio Gascón, jefe de Nefrología del Hospital Obispo Polanco.
Mucho han evolucionado las técnicas y tratamientos para tratar la insuficiencia renal, una de las patologías de mayor incomodidad, para los pacientes a través de la hemodiálisis. “Todo esto conlleva un control y seguimiento para tener el material disponible”, puntualiza Antonio Gascón. Y en esta tarea otros profesionales sanitarios y departamentos también aportan e influyen en el resultado final, por eso también reconoce la importancia de estas aportaciones: “Enfermería es una parte muy importante para el servicio”, matiza.
Tratamientos
Entre las pautas médicas que se realizan a los pacientes de Nefrología está el catéter tunelizado, “que es una solución con riesgo de infección. No es lo ideal”, explica el jefe de Nefrología del Hospital Obispo Polanco y continua “las infecciones eran un problema y el catéter contribuía a la infección. La fístula es la mejor opción”, puntualiza el nefrólogo. Los catéter se suelen sellar “con taurolidina para que no tengan gérmenes”, apuntó Antonio Gascón.
Entre los tratamientos aplicados a los pacientes tratados en el Obispo Polanco, el 90% están tratados con hemodiafiltración y el resto con hemodiálisis expandida. Además también se practican biopsias renales o nefrología intervencionista.
Pioneros
El Hospital Obispo Polanco de Teruel es innovador en Aragón en la especialidad de Nefrología. En 2001 se instauró un programa de diálisis peritoneal que sigue vigente en la actualidad y que fue el primer servicio en Aragón y que inició la hemodiafiltración en línea y dispuso de un sistema de tratamiento de agua para lograr agua ultrapura. Posteriormente se incorporaron técnicas de hemodiálisis de alta eficacia/alta convección y en 2020 se inició la hemodiafiltración en línea con terapia de depuración selectiva con alto Cut-off y adsorción.
En 2019 también se incorporó la aféresis terapéutica en la cartera de servicios, primer servicio de Nefrología de Aragón, que ha permitido realizar plasmaféresis y lipidoaféresis.
La sección de Nefrología oferta consultas específicas de Enfermedad Renal Crónica Avanzada y de Transplante Renal. La nefrología intervencionista también se ha desarrollado en esta unidad y se realizan biopsias renales ecodirigidas y colocación en quirófano de catéteres tunelizados de hemodiálisis, además del seguimiento y control con ecógrafo de las fístulas arteriovenosas para hemodiálisis.
El ensayo DIPI también es uno de los puntos importantes por las aportaciones que se prevé que pueden mejorar los tratamientos y la calidad de vida de los pacientes. “Va a ser un tema muy revolucionario para tratar a los pacientes. Siguen teniendo una función residual y siguen depurando”, sugiere Antonio Gascón.
El tratamiento con esta técnica permite organizar mejor la hemodiálisis y dotar de mayor calidad de vida a los pacientes. “En Estados Unidos, con el tratamiento Medicare, la mayoría no orinaban y establecieron que tenían que ir a diálisis tres días por semana. Pero la hemodiálisis incremental (tratamiento con DIPI) permite, aquí en Teruel, que solamente tengan que estar controlados una vez por semana y los pacientes se adaptan de forma más progresiva”, argumenta el nefrólogo.
En esta misma línea abunda en los beneficios de este tratamiento (DIPI) para los pacientes del Hospital Obispo Polanco. “La calidad del tratamiento de los pacientes en seguimiento en Teruel es muy alto”, apunta el jefe de Nefrología del hospital de la capital turolense.
Implicación
Antonio Gascón, jefe de Nefrología del Hospital Obispo Polanco, atesora una gran experiencia tanto en Nefrología como médico, y es por ello que reclama la atención de los profesionales.
“La importancia de las sesiones clínicas para el funcionamiento de un servicio”, apunta.
Su extenso currículum engloba más de cien publicaciones, entre revistas nacionales e internacionales, además de varios proyectos de investigación en los que ha participado o contribuido. Y se postula como profesor para la futura Facultad de Medicina: “Sería un honor”, concluye Gascón.
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