Síguenos
Cuidar ancianos en pueblos se convierte en una vía de entrada para inmigrantes Cuidar ancianos en pueblos se convierte en una vía de entrada para inmigrantes
La población inmigrante es clave en sitios como la provincia de Teruel para asistir a las personas mayores

Cuidar ancianos en pueblos se convierte en una vía de entrada para inmigrantes

Nueva publicación del investigador Héctor Goldar sobre su trabajo de campo en Teruel
banner click 236 banner 236
Cuidar ancianos en los pueblos se ha convertido en una vía de entrada para inmigrantes sin regularizar, que tienen que aceptar condiciones de trabajo duras al carecer de papeles, como pone de manifiesto un nuevo artículo científico del investigador Héctor Goldar, cuyo trabajo de campo para su tesis doctoral lo ha desarrollado en la provincia de Teruel y en la región italiana de Potenza, de características similares. La nueva aportación científica indaga en el mercado laboral de las trabajadoras domésticas en un sector poco estudiado por los académicos en las zonas rurales, que toma como referencia estos dos territorios poco poblados del sur de Europa.

La nueva publicación, titulada Navigating the Labor Market: A Study of Immigrant Domestic Care Workers in Rural Southern Europe (Moviéndose en el mercado laboral: un estudio sobre trabajadoras domésticas inmigrantes en zonas rurales del sur de Europa) ha aparecido en la revista Journal of International Migration and Integration, que puede consultarse en línea.

Forma parte de su tesis doctoral titulada Las vidas personales y profesionales de las trabajadoras domésticas crecidas en el extranjero en la Italia y la España rural, en la que aborda la realidad invisible y silenciada de las trabajadoras domésticas en el medio rural, habiendo desarrollado gran parte de su investigación en la provincia de Teruel durante el año 2023.

El año pasado ya publicó otro artículo científico sobre el mismo asunto en el que constató la importante contribución de las inmigrantes en las zonas rurales, puesto que estas trabajadores son fundamentales para que los mayores puedan envejecer en sus pueblos.

En esta nueva aportación académica el autor se ratifica en esa percepción y tal como recoge la publicación, incide en las condiciones laborales precarias en las que estas trabajadoras desarrollan su labor, lo que las obliga a veces a trasladarse a zonas más dinámicas o a abandonar el sector.

Un hecho que constata su investigación es que las zonas rurales y el trabajo como empleadas domésticas para el cuidado de personas mayores se convierte en una forma de entrada al país si carecen de papeles al tratarse de empleos poco cualificados. Sin este colectivo sería muy difícil poder dar servicio a muchos ancianos que optan por permanecer en sus pueblos pero requieren de esta asistencia domiciliaria para sus cuidados.

Inicio en zonas rurales

Goldar, que firma el artículo con Marianne Garvik y Marko Valenta, asegura en la publicación que un hallazgo clave en el estudio es que la mayoría de las mujeres entrevistadas, que en el caso de Teruel fueron casi la mitad, comenzaron a trabajar en España en las zonas rurales donde las conoció.

“Esto confirma que el sector suele funcionar como puerta de entrada para las mujeres inmigrantes a los mercados laborales de ambos países”, afirma, en referencia tanto a España como a Italia, además de sugerir que “las zonas rurales pueden ofrecer oportunidades cruciales de empleo inicial”.

En el caso español señala los procesos de regularización extraordinarios que se han seguido en el país para normalizar la situación de muchos trabajadores que se encuentran en la economía sumergida y que desempeñan una labor crucial para atender una asistencia como esta a personas mayores, en un sector que esquivan los trabajadores nacionales.

Recuerda la regularización que hizo en 2005 el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que benefició a aproximadamente 600.000 extranjeros indocumentados, cuando este año se hizo otra propuesta de regularización. 

Comenta en el artículo que la mayoría de las mujeres indocumentadas con las que trató en Teruel habían regularizado, o estaban en proceso de regularizar su situación legal, a través del programa Arraigo. El programa permite por lo general a las solicitantes regularizar su situación tras residir en España de forma continuada durante tres años, además de cumplir otros criterios.

La investigación, a partir de entrevistas personales con las mujeres que desempeñan estas labores en el medio rural, señala que estos trabajos se encuentran por lo general a través de las redes de contacto de los propios inmigrantes. Además, se incide en que este trabajo deja poco tiempo para nada más, aunque facilitan el arraigo para posteriormente buscar otras salidas profesionales, entre otras cuestiones por la precariedad laboral del sector del cuidado doméstico.

Entre las angustias constatadas por el investigador entre estas trabajadoras pone de manifiesto también la preocupación por perder el empleo y el escaso derecho a disfrutar de prestaciones por desempleo. Señala también que varias entrevistadas explicaron “no estar especialmente entusiasmadas con sus trabajos”, aunque las condiciones laborales varían, además de “identificarse casos de explotación laboral”.

Estos estudios arrojan luz, según reconoce el autor en las conclusiones, sobre las “contribuciones cruciales, a menudo ignoradas, de los cuidadores nacidos en el extranjero en las zonas rurales del sur de Europa” por el servicio que prestan. Esto es algo que contrasta con los discursos racistas y xenófobos que se lanzan desde diferentes colectivos sociales, que los ven como una rémora cuando en realidad su papel cubre la asistencia a los mayores que no prestan otras personas. El autor se refiere al concepto de “capital migrante” para destacar precisamente la “resiliencia y la adaptabilidad individuales” de estos trabajadores.
 

El redactor recomienda