Cultura hará el memorial del Museo de la Guerra Civil conforme a los principios de la memoria democrática

El Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón hará el memorial que albergará el futuro Museo de la Guerra Civil/Batalla de Teruel conforme a los principios de la memoria democrática, tras las críticas hechas por asociaciones memorialistas al pretender el monumento equiparar víctimas y verdugos de ambos bandos sin diferenciar entre unos y otros.

La polémica estalló durante el fin de semana a raíz de que el periódico elDiario.es desvelara el malestar que ha desatado la pretensión de que el memorial que albergará el Museo de la Guerra Civil no ahonde entre las diferencias de ambos bandos y se mezclen víctimas y verdugos, sin distinguir entre lo que es defender una democracia y lo que supone destruirla.

Desde el Departamento de Educación, Cultura y Deporte, responsable de la construcción de esta infraestructura que está pendiente de la licencia de obras para que puedan iniciarse los trabajos, aseguraron ayer que el memorial se hará de acuerdo con los principios que marca la Ley de Memoria Democrática, y garantizaron que si en el memorial finalmente aparecen nombres serán aquellos que figuren en el Censo Nacional de Víctimas de la dictadura.

Controversia

La controversia se desveló el pasado fin de semana al conocerse la opinión de distintos representantes de las asociaciones memorialistas, arqueólogos e historiadores que trabajan en la restitución de la memoria democrática, por la forma como se plantea la creación del memorial en la Memoria descriptiva del Proyecto básico y de ejecución del Museo de la Guerra Civil/Batalla de Teruel,  realizado por Tragsa y que lleva fecha de julio de 2022.

Este documento ha servido de base para la licitación de las obras de construcción del edificio que albergará las instalaciones museísticas, si bien el memorial no está previsto que se construya en esta primera fase.

En el documento de Tragsa se indica que “uno de los escenarios emotivos más importantes que se propone es la creación de un memorial con los nombres de todas las víctimas de la guerra sin distinción alguna entre los componentes de ambos frentes”.

Añade que “la fuerza del mensaje de esta instalación consiste precisamente en no ahondar en las diferencias entre los bandos, sino en mezclar los nombres de los muertos de una forma en que nunca hubiera sido posible en vida”.

Homenajes

Argumenta que “puesto que en una guerra civil víctimas y verdugos pueden entremezclarse su memorial solo puede que homenajear a todos ellos como víctimas y condenar su común error como verdugos: el uso de la violencia para dirimir sus diferencias”. Concluye afirmando que “debe ser un lugar concebido con extrema precaución y con absoluta vocación de neutralidad para que los que se consideran herederos de uno u otro bando no se vean ni excesivamente representados ni ajenos a los valores que el memorial ensalza”.

Representantes de asociaciones memorialistas como Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, el arqueólogo Alfredo González Ruibal, o la historiadora Esther López Barceló, consideran equivocado ese planteamiento en declaraciones a elDiario.es. Argumentan que no se pueden equiparar porque una cosa es destruir una democracia y otra defenderla, que mezclar los muertos de uno y otro bando es hacer lo mismo que se hizo en su día con el Valle de los Caídos en 1959, y que no son partidarios de igualar a demócratas y golpistas.

Fuentes del Departamento de Cultura aseguraron ayer que el proyecto ha pasado por diferentes fases desde hace años y que “algunos de los textos que pueden aparecer en alguno de los documentos que acompañan la tramitación del proyecto, son anteriores a la aprobación de la Ley de Memoria Democrática”, y que es intención del Centro de Investigación de Memoria Democrática elaborar un censo de víctimas, que “servirá de fuente para los nombres que finalmente pudieran aparecer en el memoria previsto en el museo”.

Cumplimiento de la ley

Las mismas fuentes incidieron en que el Gobierno de Aragón, en cumplimiento de la ley, promueve medidas de reparación y de reconocimiento a las víctimas que fueron asesinadas por defender la democracia, así como las entidades y colectivos que lo hicieron. Por tanto, recalcan que “en el caso de que se haga alguna referencia a las víctimas de la contienda, los nombres que aparezcan serán aquellos registrados en el Censo Nacional de Víctimas de la dictadura, que están elaborando las comunidades autónomas, bajo la supervisión y coordinación de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática del Ministerio de la Presidencia”.

Desde el Departamento de Cultura precisaron en cualquier caso que respecto a la configuración definitiva del memorial, “el Gobierno de Aragón no cierra la puerta a otras ideas que puedan venir sugeridas desde el ámbito de la historiografía, a tenor del conocimiento consolidado sobre la Guerra Civil”.