El Ayuntamiento de Teruel retirará los escombros del patio del Residencial Valparaíso

El derrumbe del edificio del número 21 de la calle San Francisco, del que este viernes se cumplen dos años, afectó de pleno a las veinte familias que vivían en él y que en apenas unos minutos perdieron todo lo que allí tenían pero también tuvo consecuencias para los inmuebles colindantes.

Los propietarios del Residencial Valparaíso, al que se accede por los números 23-25 de la calle San Francisco y por el camino de la Estación, tienen desde aquel 13 de junio escombros en su patio interior, una zona que es también el acceso a varios portales del residencial.

Las vallas que se instalaron para restringir el paso han estado allí durante todo este tiempo aunque a principios de este año se retranquearon, a petición de los vecinos, para poder acceder al patio más próximo a la calle San Francisco y que había permanecido durante año y medio clausurado, lo que obligaba a acceder a las viviendas de ese bloque desde los garajes o desde al calle San Francisco.

Dos años después del hundimiento, parece que ven la luz al final del túnel porque la alcaldesa se reunió recientemente con los representantes vecinales y les comunicó que el Ayuntamiento se hará cargo de la retirada de los escombros. Se ha decidido así después de que se estimara una reclamación del propietario de la nave colindante y se ha llegado al acuerdo de que derribará la parte más próxima a la calle San Francisco, que es la parte afectada por el hundimiento del edificio del número 21, y acondicionará el muro que les separa del patio del Residencial Valparaíso y que se encuentra agrietado.

En este residencial hay 70 viviendas. Las diez l más próximas al número 21 no se pudo acceder hasta un año después del suceso, y cuando volvieron comprobaron que las vistas que había desde sus ventanas era a una montaña de escombros y a una nave medio enrunada, cuando el Ayuntamiento, de manera subsidiaria, ya había retirado los del solar del número 21.

Poco a poco los pisos se van ocupando y también se pueden utilizar las plazas de garaje que se precintaron como consecuencia del desplome del inmueble vecino.

Ahora solo esperan que cuanto antes retiren los últimos escombros que quedan del edificio Amantes, como se llamaba el inmueble que colapsó en junio de 2023, y que no causó víctimas pero cuyas consecuencias se dilatan en el tiempo.

Este viernes los turolenses están de nuevo llamados a participar en una concentración a las 19:30 horas, ante la puerta del Ayuntamiento para mostrar su solidaridad con los afectados por el suceso de hace dos años.