El traslado de los ensogados hace disfrutar a los aficionados en una mañana sin incidentes reseñables

La tradición del traslado de los ensogados entre la plaza de toros y los corrales de la Nevera se ha desarrollado la madrugada de este lunes sin incidentes de importancia y con carreras que han hecho disfrutar a los aficionados, especialmente en el cuarto toro, Lunero, de Aldeanueva.

Sobre las 17.30 horas comenzaba el acto con los animales de la ganadería del Teodoro Adell, de Castellote. El primer astado en ser ensogado por los miembros de la Soga y la Baga ha sido Pastelero, el colorado de procedencia Domecq.

Ha sido un toro trotón que ha hecho el recorrido bien.

Al segundo y al tercero les ha costado más completar el itinerario. El segundo, Gambusino, también de procedencia Domecq ha ido más lento. Al que más le ha costado ha sido el de Vega-Villar, un berrendo negro.

Los mejores momentos del traslado se han vivido en el último toro. El cuarto, de Aldeanueva, del propio Adell, se ha movido como un cohete y los aficionados han podido disfrutar. Y se han quedado con ganas de más para la tarde de este lunes.

Ha habido algún susto, pero sin importancia y los servicios sanitarios no han tenido que intervenir.

A las 11.00 horas de este lunes, continuarán este lunes los actos taurinos con las vaquillas ensogadas en la plaza del Torico y a partir de las 18.00 horas, los ensogados recorrerán las calles del Centro Histórico.