Ganar tamaño es el reto primordial para el sostenimiento de las cooperativas turolenses
CEPES Aragón abre el debate sobre las dificultades a las que se enfrenta este modelo empresarialCaja Rural reconoce la labor de Cooperativas Agroalimentarias
Los alumnos de ADE ven cómo se gestiona una cooperativa: Oviaragón
Las cooperativas turolenses necesitan aumentar su tamaño para incrementar su competitividad, lograr eficiencias de escala y fortalecer la posición negociadora de los productores, además de apoyo institucional para su fundación y el desarrollo de su actividad. Estas fueron algunas de las conclusiones de la jornada celebrada este jueves en Teruel para celebrar el Año Internacional de las Cooperativas y poner en valor el papel de este modelo empresarial, sobre todo en el medio rural, organizada por la asociación de economía social CEPES Aragón en colaboración con el Ayuntamiento y la Diputación. Durante la misma, se entregaron cinco premios para reconocer la trayectoria de la Cooperativa de Labradores de Alcorisa, Qilex Consultoría Forestal, Luco Energía y La Fuente de Cella, así como el trabajo de los profesores del Campus de Teruel Ana Gargallo y Javier Pérez.
La secretaria técnica de CEPES Aragón, Magdalena Sancho, aseguró que el cooperativismo es un movimiento “con raíces y con futuro” y dio paso a una mesa moderada por Bárbara Marqués, de la cooperativa Tararaina, en la que se reflexionó sobre este modelo económico “más humano, en el que las decisiones se toman de manera democrática, en el que los beneficios revierten en la sociedad y en el que se trabaja pensando en las generaciones futuras”.
En el debate estuvieron representadas algunas de las cooperativas más relevantes de distintos sectores: Cereales Teruel, cooperativa agraria fundada en 1989 que cuenta con 2.500 socios y comercializa el 60 % de la producción de cereal de la provincia; Caja Rural de Teruel, cooperativa de crédito con 125 años de historia; Qilex Consultoría Forestal, cooperativa de trabajo asociado; y Luco Energía, cooperativa de consumo y usuarios constituida en 2021 como la primera comunidad energética de Aragón; y representantes de una comunidad de Olba y Fuentes de Rubielos que pretende impulsar vivienda colaborativa en cesión de uso.
La vicepresidenta de Cereales Teruel, Araceli Sancho, aseguró que la cooperativa es un modelo de desarrollo pero también de empresa, que necesita generar beneficios para poder mantenerse. Por este motivo, advirtió a los cooperativistas y a las administraciones de la necesidad de ganar tamaño.
Carlos García aseguró que, en el caso de Caja Rural de Teruel, la búsqueda de la rentabilidad es una exigencia del regulador. “Nuestros rivales está en el Ibex 35 y tenemos que competir haciendo las cosas de manera diferente, con cercanía incluso en el ámbito digital”, comentó. Y añadió que el tamaño es importante y que, en su caso, se consigue a través de la pertenencia al Grupo Caja Rural formado por 30 entidades. De este hecho, destacó la existencia del Mecanismo Interno de Colaboración (MIC) que asegura la solvencia de todas y cada una de ellas.
Carlos Aríñez, promotor y presidente de Luco Energía, que cuenta con 30 socios, coincidió en señalar que, en su caso, ser más les permite economizar costes, comercializar la energía a precios justos y que el beneficio redunde en los territorios. En paralelo, han logrado a través de la cooperativa Optimener ofrecer servicios energéticos para replicar su modelo.
Ricardo Forcadell, socio fundador de Qilex, esgrimió que el trabajo asociado permite crear redes entre profesionales con problemas similares y que la estructura cooperativa mejora la defensa de los intereses del colectivo.
Desde La replazeta, Anabel García aseguró que buscan un modelo innovador de acceso a la vivienda y a los cuidados y que, con su crecimiento, se lograría bloquear la subida de precios y la ayuda mutua, además de atraer población a pueblos en los que los ayuntamientos no tienen recursos para construir vivienda pública.
Preguntados por los retos a los que se enfrentan las cooperativas turolenses, Araceli Sancho destacó que lo que más les preocupa es la gestión de las tierras y la incorporación de jóvenes al sector agrario, además del cambio climático. “Queremos mantener 100.000 hectáreas de cultivo y la media de edad de los titulares de las explotaciones supera los 65 años, pero no queremos que el lugar que dejan lo ocupen las grandes corporaciones”, dijo, antes de solicitar acompañamiento y formación. Y Aríñez habló de consolidar el modelo y generar un mayor número de comunidades energética.
Galardones
Durante la jornada, se entregaron diversos premios elaborados por el alumnado de la Escuela de Arte de Teruel, para destacados representantes del cooperativismo turolense.
La Cooperativa de Labradores de Alcorisa (Alcorcí) fundada en 1931, fue galardonada por su trayectoria casi centenaria y su papel en la dinamización económica y social de la localidad. Ahora prevé musealizar sus recursos con la colaboración del Centro de Estudios Locales de Alcorisa (CELA). El presidente, Miguel Ángel Espallargas, recogió el premio que le entregó la diputada Mari Carmen Maorad.
Quiles fue reconocida por considerar la consultoría forestal como un elemento de desarrollo rural y por garantizar que el conocimiento técnico llegue allí donde se necesite. La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, fue la encargada de entregar el premio al socio fundador Ricardo Focadell.
Luco Energía ha demostrado que en los pueblos pequeños nacen grandes ideas y ha cambiado la forma de concebir la energía al abrir un nuevo camino con la constitución de la primera comunidad energética de Aragón, que se ha convertido en un referente para todas las que han venido después. La vicepresidenta de la Diputación de Teruel, Beatriz Martín, le entregó el galardón al presidente, Carlos Aríñez.
La Fuente de Cella, cooperativa agraria fundada en Cella en 1942 fue la impulsora de la creación en 1989 de Cereales Teruel, que agrupó a 18 de ellas. También en su seno se constituyó la Asociación de Recolectores y Cultivadores de Patata de Cella. El presidente, Fernando Sanz, bisnieto de uno de los fundadores, fue el encargado de recoger el premio de manos de la directora del Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ) en Teruel, María Dolores Calomarde.
Por último, la organización destacó el trabajo realizado por dos profesores del Campus de Teruel de la Universidad de Zaragoza: Ana Gargallo y Javier Pérez. De ellos se dijo que son la prueba de que el cambio empieza en las aulas y se les agradeció el trabajo y la investigación llevado a cabo en diferentes ámbitos para difundir la economía social como una forma de actividad económica que fortalece el tejido social. El concejal de Empleo y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Teruel, Luis Girón, fue el encargado de darles el galardón.
Modelo de resiliencia
La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, destacó en la bienvenida a la jornada, que tuvo lugar en el salón de actos del centro sociocultural de San Julián, que las cooperativas son organizaciones que buscan el retorno económico pero en el que cobran especial importancia las personas y animó a difundir este modelo organizativo entre los jóvenes emprendedores.
La diputada de Bienestar Social, Beatriz Redón, aseguró que “el hecho de que las cooperativas construyen un mundo mejor es una realidad palpable en Teruel” y destacó su importancia para el desarrollo económico del medio rural y para garantizar el relevo generacional. “Es un modelo que ha demostrado su resiliencia y solidaridad en momentos de crisis”, concluyó, antes de recordar la puesta en marcha de un Plan de Impulso de la Economía Social.
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