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La Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel Dinópolis-Teruel ha formado a más de 40 universitarios en dos décadas La Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel Dinópolis-Teruel ha formado a más de 40 universitarios en dos décadas
Arantxa Aznar durante su periodo de prácticas restaurando fósiles en el laboratorio de la Fundación Dinópolis. FCPTD

La Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel Dinópolis-Teruel ha formado a más de 40 universitarios en dos décadas

La institución científica ha acogido este año a tres estudiantes en prácticas
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Más de cuarenta estudiantes universitarios se han formado ya en prácticas en la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, desde que esta institución científica comenzara a acoger a estos alumnos hace casi dos décadas. Este año han pasado por las instalaciones paleontológicas otros tres estudiantes universitarios, mientras que desde 2004 lo han hecho un total de 44 procedentes de diez titulaciones y universidades diferentes, tanto aragonesas como de Barcelona, Madrid, la Comunidad Valenciana e incluso de Galicia.

Arantxa Aznar Pardo es una de las últimas estudiantes universitarias que ha realizado estas prácticas de empresa, y que ahora ya es graduada en Geología por la Universidad de Zaragoza. Es además turolense, de Alcorisa, y asegura que desde niña se ha sentido atraída por la geología y la paleontología turolense por el impacto que Dinópolis tiene en los niños.

Aznar consideró que hacer las prácticas de empresa en la Fundación Dinópolis ha sido un “lujo”, y de igual forma opinó que disponer de una institución científica de esta magnitud es una de las cosas más importantes que tiene la provincia. Un centro de investigación, aseguró, que se vuelca con la divulgación para “llegar a todo el mundo adaptándose a todas las edades”, y que ha permitido convertir la paleontología turolense en un motor de desarrollo para el territorio.

Esta alcorisana de 26 años aseguró que desde niña le picó el “gusanillo” por esta ciencia y que inició sus estudios por ese motivo. “Todo aquel que de pequeño ha ido a ver Dinópolis tiene como una espina clavada”, comentó, porque estas instalaciones repartidas por toda la provincia tienen la virtud de que “te meten la curiosidad en el cuerpo”, no solo ya por los dinosaurios sino por lo fascinante que resulta la evolución de la historia de la vida.

Prácticas

Por ese motivo indicó que cuando tuvo la posibilidad de solicitar prácticas de empresa en la Fundación Dinópolis no lo dudó y presentó la solicitud, porque era la manera de adentrarse en la realidad de una profesión que en la universidad se conoce desde el ámbito teórico, pero no del práctico. “En clase te pueden explicar toda clase de temas, pero si no vas al campo y al laboratorio no alcanzas a comprender toda la dimensión que tiene esto”, indicó, para precisar que no solo se trata de conocer cómo trabaja un paleontólogo sino todo lo que lo rodea, como es la musealización y la divulgación para atraer turismo, formar a la gente que visita las instalaciones, y hacer de los dinosaurios y los fósiles un recurso que haga crecer a la provincia como lo está haciendo.

El paleontólogo de la Fundación Dinópolis, Eduardo Espílez, que es el encargado del programa de prácticas de empresa de esta institución científica, indicó que este programa permite a quienes participan en él “ampliar su formación, sobre todo lo que es en la parte práctica, porque aquí  hacen el trabajo diario que hacemos nosotros”. Una labor, además, que puede variar mucho de una semana para otra, puesto que se adapta a la planificación de la Fundación.

Espílez reconoció que este programa requiere una dedicación porque hay que estar supervisando el trabajo que hacen los estudiantes en prácticas de empresa, pero es gratificante porque   les ayudan a conocer cómo es la realidad laboral de una profesión como la de paleontólogo o restaurador. “Cuando ves que tienen interés te vuelcas con ellos”, dijo Espílez.

Este año, estas prácticas de empresa las han realizado tres personas. Además de Arantxa Aznar han contado con otro estudiante del Grado de Biología de la Universidad de Alicante, y con una estudiante del Grado de Bellas Artes del Campus de Teruel de la Universidad de Zaragoza, que ha trabajado directamente con el restaurador de la Fundación.

Formación

Desde 2004 se han formado en la Fundación Dinópolis 44 estudiantes en prácticas de diez titulaciones y universidades diferentes. El mayor número, un total de 18, procedían del Grado en Biología de la Universidad de Valencia, seguidos por los grados de Geología de la Universidad de Zaragoza (7), la Universidad Complutense de Madrid (6), y la Universidad Autónoma de Barcelona (4).

Arantxa Aznar comentó que durante su estancia de dos meses ha tenido la oportunidad de trabajar en el laboratorio de la Fundación con fósiles de Proa valdearinnoensis de Ariño, muy cerca de su pueblo, una oportunidad que reitera que ha sido un “lujo” por la importancia de este dinosaurio descrito por primera vez en el mundo en la provincia de Teruel.

Aznar ha trabajado también en los yacimientos de icnitas de Miravete de la Sierra y, en Galve, el de los Corrales del Pelejón, lo que le ha permitido conocer cómo son las labores de conservación de estos afloramientos para preservarlos. “Es una labor muy importante”, dijo, para preservar el “tesoro” que, según sus palabras, son las riquezas paleontológicas que tiene la provincia.

 

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