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La gran movilización del 5 de octubre va más allá de la despoblación para frenar la destrucción del mundo rural La gran movilización del 5 de octubre va más allá de la despoblación para frenar la destrucción del mundo rural
Manifestación celebrada en junio pasado en Teruel por la sanidad

La gran movilización del 5 de octubre va más allá de la despoblación para frenar la destrucción del mundo rural

La proliferación de macroproyectos une a plataformas de todo el país para abrir los ojos a la sociedad frente a un proceso que no tiene precedentes
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La nueva movilización que se ha convocado para el 5 de octubre en Madrid va más allá de denunciar el problema de la despoblación y alerta de la grave destrucción que está sufriendo el mundo rural por la proliferación de macroproyectos de diversa índole y la pérdida de servicios. Es lo que está uniendo de nuevo a plataformas de todo el país aunque con un planteamiento diferente de lo que fue la manifestación de la Revuelta de la España Vaciada del 31 de marzo de 2019. Llevan tiempo trabajando para organizarse y esta semana han pedido ya el permiso de ocupación de calle, previo al de la solicitud para hacer la manifestación. Las plataformas advierten de que nunca se había vivido un proceso de ataques como el actual en lo que califican de “depredación” del medio natural y de aniquilación del mundo rural.

“Nos hemos hecho ecologistas a la fuerza”, cuenta Jesús Cutillas, de Abrazo al Agua, un movimiento ciudadano que surgió a principios de esta década en defensa del Mar Menor ante la contaminación que estaba sufriendo, y que hoy se ha convertido en un referente. El próximo 9 de agosto celebrarán un nuevo abrazo, un gesto simbólico en el que los participantes rodean con las manos enlazadas espacios naturales para denunciar la contaminación que sufren los ecosistemas acuáticos y su sobrexplotación. No funcionan como asociación sino como grupo asambleario y han crecido de tal forma que su proyección es ya global y está llegando a otros países.

Junto a ellos hay infinidad de plataformas y colectivos, más de 400, que se están movilizando cada uno en su territorio, a los que la manifestación de Madrid va a permitirles visibilizar sus problemas junto con los que sufren otras zonas del país con situaciones similares. De ahí que el lema con el que se ha lanzado esta nueva protesta es “Salvemos al mundo rural agredido”, y que el planteamiento sea colaborativo, de forma que nadie adquiere un protagonismo sobre los demás y lo que se hará en Madrid es una protesta en la que la suma de las partes conformará un todo, que según los impulsores de la movilización dibuja un país en el que las zonas rurales se han convertido en territorios de sacrificio.
 

La movilización celebrada hace seis años en Madrid el 31 de marzo de 2019

Cutillas tiene claro que la situación de agresión al medio natural y las zonas rurales es una realidad que ha ido creciendo tal como confirman los datos, por más que detrás haya discursos políticos que busquen desvirtuar esa realidad. De igual forma, Pepe Polo, presidente de la Federación Provincial de Asociaciones Vecinales y Culturales de Teruel, sostiene que la clave de esta protesta frente al cansancio y apatía global que reconoce que existe entre la ciudadanía, es visibilizar los riesgos, ya convertidos en agresiones, que están sufriendo las zonas rurales, para lo cual es preciso ir aglutinando a todas las organizaciones que existen repartidas por el país y que están denunciando esta situación en sus territorios, para visibilizarlo de forma colectiva sin protagonismos.

“Es necesario volverse a movilizar con dignidad y decir que no todo vale, que no todo se nos debe poner, y que hay que legislar y planificar pensando en la gente que vive en el territorio”, afirma Polo. El hecho de ser pocos y vivir apartados de los grandes núcleos de población oculta sus problemas y la protesta del 5 de octubre, con la puesta en común de todos los colectivos, supondrá dar un puñetazo en la mesa para que se pare esta agresión a las zonas rurales, se planifique pensando en el territorio y se le dote de los servicios públicos que necesita en igualdad de condiciones con las zonas urbanas.

El ambiente está más encendido que en 2019. En aquella ocasión fueron las coordinadoras ciudadanas Teruel Existe y Soria Ya! las que convocaron, a partir de lo cual se unieron más de un centenar de plataformas de la España despoblada en lo que acabó conformándose como la Revuelta de la España Vaciada. Pero la situación actual no es igual. No hay protagonismos y la movilización ha surgido de la puesta en común de diferentes movimientos que protestan contra macroproyectos que ponen en peligro sus territorios, o la falta de servicios en los pueblos por la necesidad de profesionales como los médicos.

Proceso colaborativo

Es un proceso colaborativo que pretende llevar a Madrid el malestar existente en numerosos lugares por la implantación sin control de grandes parques energéticos en medio de paisajes naturales, la instalación de macrogranjas y otro tipo de proyectos como los mineros que aparentemente llegan con el marchamo de una transición justa, pero que solo buscan aprovecharse de zonas indefensas porque se encuentran despobladas.

Cuando hace seis años Madrid acogió la gran manifestación contra la despoblación del 31 de marzo de 2019, nadie imaginaba que la situación de las zonas rurales en lugar de mejorar podía ir a peor. Todos los análisis críticos coinciden en que es así, aunque desde las instituciones se lanzan mensajes contradictorios que recalcan en cambio la calidad de vida que se tiene en los pueblos.

La nueva protesta que se ha convocado para el 5 de octubre en la capital española va más allá de este problema y busca abrir los ojos a la sociedad frente a un proceso que no tiene precedentes y que tampoco dudan en calificar de “depredación” del mundo rural.

Jesús Cutillas, de Abrazo al Agua en Murcia, comenta que las protestas como las que consisten en abrazar ecosistemas acuáticos en peligro se hacen porque cada vez están más contaminados estos lugares, al haberlos convertido en “zonas de sacrificio” por la sobrexplotación de los recursos naturales que llevan a cabo “los fondos de inversión, a los que da igual lo que es la naturaleza, porque lo único que buscan es hacer dinero, ya que no es cierto que el que contamina paga, sino que contaminan y se van”.

Consideró que al ser capitales que llegan de las grandes ciudades, “no les importa nada lo que ocurra en el campo porque son incapaces de empatizar con ellos”. A ello se suman las políticas “cortoplacistas” que en su opinión arrancan de las propias dinámicas electorales, porque lo que buscan son votos de manera inmediata sin pensar en el futuro.

“Son dinámicas muy viciosas”, alerta el miembro de Abrazo al Agua, que considera que la forma de romper esas dinámicas es impulsar movimientos sociales “creando agitación y haciendo una reflexión sobre hacia dónde vamos, porque es lo que vamos a dejar de herencia a nuestros hijos”.

Movilización en Isla Plana en Cartagena de Abrazo al Agua

Pone el ejemplo de las renovables, a las que nadie se opone, aclara. La paradoja es que para solucionar un problema se está creando otro porque no se está haciendo de forma sensata, sino arrasando, causando daños en los ecosistemas puesto que las empresas buscan una “rentabilidad máxima, el mayor beneficio”. De ahí la necesidad de concienciar para parar los pies a estos grupos, y para ello considera que tiene que haber “ejemplos constructivos”.

En el caso del Mar Menor, Cutillas cuenta que la alarma importante se desató hacia el año 2018 cuando la contaminación del agua llegó a tales niveles que generó una gran preocupación y la sociedad de forma espontánea se movilizó, se consiguieron 600.000 firmas y los abrazos al agua que empezaron a hacer permitieron que el problema saliese en la prensa y se conociese. Ese momento simbólico les animó a seguir porque vieron que parados no se conseguía nada y a raíz de eso algunos políticos se movieron y hoy la situación está “mejor de lo que estaba”, pese a que no se ha corregido por completo.

Sí que permitió parar los riegos ilegales en el Campo de Cartagena, a raíz de lo cual ha mejorado la situación porque ha descendido la contaminación. Eso lleva a considerar a Cutillas que hay que estar en la calle y movilizarse para visibilizar estas situaciones y frenar las agresiones al medio natural y el mundo rural.

Su intención es estar presentes en Madrid el 5 de octubre, lo que les permitirá además conocer a otros colectivos de Abrazo al Agua, puesto que son un movimiento asambleario que se comunica a través de Internet y aunque se conocen virtualmente nunca han estado cara a cara de forma presencial.

Cutillas considera que ese día debe movilizarse la sociedad para denunciar esa coyuntura global que a nivel local están denunciando ya diferentes colectivos, para visibilizar que es un problema gravísimo al ser una agresión como nunca se había producido con anterioridad.

“Esta movilización debe servir para que la gente vea que hay mucha gente preocupada y que no son los cuatro gatos ecologistas, porque el medio ambiente nos atañe a todos”, afirma el miembro de Abrazo al Agua, para quien el objetivo es “visualizar la gravedad y la cantidad de problemas que da esto”.

Sacar ideas prácticas

Considera que debe ser una manifestación “muy masiva” y a partir de ahí eso debería “animar a la gente que organiza y que coordina esto para seguir haciendo cosas así”. Opina que a partir eso “seguro que saldrán ideas buenas que serán muy prácticas, porque esta manifestación ya lo es, pero es simbólica”.

“La idea es que a medio y largo plazo se consigan cosas más prácticas apoyadas por esa gran masa de gente, pero si no hay esas personas que empujen, es muy difícil que nadie se anime a hacer cosas”, sostiene Cutillas, para que así haya sensibilización y puedan cambiar esas políticas cortoplacistas carentes de planificación y sin vistas de futuro que están condenando al medio natural con la agresión que sufren las zonas rurales, y que a largo plazo repercutirá en el conjunto de la sociedad.

“Sabemos que el largo plazo es complicadísimo, pero para que cambien esas actitudes cortoplacistas, lo primero que hay que hacer es que haya gente que luche por otro tipo de actitudes”, manifiesta, puesto que en caso contrario, “si no se hacen cosas concretas ni hay capacidad de organizarse con otro tipo de actitudes, esas cosas nunca van a cambiar porque todo se queda en una buena voluntad”.

A partir de ahí surgirán “alternativas, pero no en abstracto, sino con cosas concretas que se propongan, desde planes de ordenación firmados desde ya y con compromisos, y si no se cumplen, sanciones”. Eso, aclara, tiene que venir después, pero lo primero debe ser “que haya una coordinación fiable, estable y que sepa hacerlo en condiciones”.

Pepe Polo, de la Federación Vecinal de Teruel, que como movimiento ciudadano conoce y ha vivido numerosas movilizaciones, asegura que esa coordinación debe ser “colaborativa con todas las asociaciones y sin protagonismos”, por eso cada semana se reúnen de forma telemática para avanzar de forma conjunta en la sensibilización y en los pasos a dar de cara a la manifestación del 5 de octubre, en la que cada colectivo llevará su protesta a Madrid en una movilización conjunta que visibilizará lo que quiere transmitir el lema con el mensaje de salvar el mundo rural frente a las agresiones que está sufriendo.

Cada problema de cada territorio, ya sean macroparques de renovables, macrogranjas y biogás o la minería especulativa que destroza los campos, suma un todo que dibuja esa situación a la que ha sido condenado el medio rural como territorio de sacrificio. Y a lo que se suma el incumplimiento de las promesas que se hicieron hace seis años, puesto que lo único que se han recibido son agresiones, y ahí entra también todo el problema de la falta de comunicaciones de alta capacidad por carretera o ferrocarril, que limita el desarrollo, así como la ausencia de servicios que incentiva el éxodo de la gente e incrementa la despoblación.

Frente a la protesta multitudinaria que fue la Revuelta de la España Vaciada en 2019, la manifestación del 5 de octubre en Madrid pretende ser un grito para salvar el mundo rural ante quienes han dado la espalda al territorio y alimentan discursos engañosos, según Polo, que al final se está convirtiendo en “una estrategia que parece planificada para darle muerte”.

Diversos colectivos y sectores detrás de un mismo fin

Pepe Polo, presidente de la Federación Vecinal de Teruel, considera que “se ha estado engañado al medio rural” con los “fondos buitre” que están acabando con el territorio y lo hacen además con discursos sobre transición justa que omiten por completo cualquier justicia, y que está culminando en una explotación del medio rural como no se conocía. La Federación Vecinal turolense es una de las entidades que se está moviendo en la coordinación de la protesta del 5 de octubre en Madrid. Polo comenta que se acaba de pedir el permiso de ocupación de calle a la Junta de Distrito Centro y que cuando se obtenga se acudirá a la Delegación del Gobierno para solicitar el permiso para la manifestación. Cuentan para ello con la colaboración de la Federación Regional de las Asociaciones Vecinales de Madrid.

Hay nueve colectivos coordinándose en reuniones semanales que deberán fijar las estrategias de comunicación, aunque cada grupo se está moviendo ya dentro de sus territorios o de sus sectores con sus respectivos grupos. Está la Coordinadora Stop Ganadería Industrial, la coordinadora Aliente (Alianza Energía y Territorio), las plataformas anti minas, las Plataformas en defensa de la sanidad pública rural, las plataformas Stop Biogás, el grupo de comunicaciones por ferrocarril e infraestructuras de carreteras, la Revuelta de la España Vaciada, Abrazo al Agua y las Federaciones Vecinales.

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