

La movilidad en transporte público con Madrid y Valencia ha ido de mal en peor durante este siglo
El anteproyecto de prestación del servicio de autobús mantiene los dos desplazamientos diarios que hay, pero elimina las paradas en los pueblosEl PP pide en el Congreso retirar el mapa concesional de transporte estatal
Un nuevo servicio de autobús unirá Madrid y Valencia en menos tiempo pasando por Teruel
La movilidad en transporte público entre Teruel y otras comunidades autónomas, y en concreto con Madrid y Valencia como puntos de referencia para poder desplazarse a otros territorios, ha ido de mal en peor durante este siglo. Los servicios de autobús se han reducido a la mitad en las últimas dos décadas, y con el ferrocarril sigue pendiente la prometida conexión directa con Madrid, además de perderse y no haberse podido recuperar el tren que comunicaba Teruel con Valencia a primera y última hora del día. El anteproyecto de prestación del servicio público de transporte regular de viajeros por autobús con Madrid y Valencia, que se encuentra en información pública, mantiene los dos servicios diarios en cada sentido que se prestan ahora, pero elimina las paradas en los pueblos. Hasta 2028 no entrarían en funcionamiento estos servicios sustitutorios de los que hay ahora, con lo cual hasta entonces los pueblos conservarían las paradas en el caso de estas rutas.
Este es el último golpe asestado al derecho de los turolenses a tener servicios en igualdad de condiciones con el resto de los españoles. Mientras a la Administración central se le llena la boca cuando habla de su compromiso con la lucha contra la despoblación, y asegura que ese criterio lo tiene en cuenta al tomar medidas, la realidad parece ser otra como ocurre con el polémico proyecto del nuevo mapa concesional de transporte público estatal del Ministerio de Transportes, que lleva atascado desde el año 2022 sin tener visos de salir adelante.
El anteproyecto para la prestación de este servicio se encuentra ahora en exposición pública. Se trata del Corredor 12 del nuevo mapa concesional estatal entre Madrid y Valencia, que contempla todas las conexiones por autobús dentro del mismo, incluidas las de Teruel con ambas capitales.
El plazo para alegar está abierto todavía, puesto que la fecha de cierre para hacer aportaciones finaliza el próximo 29 de mayo. Se trata de las líneas estatales, puesto que los servicios dentro de la comunidad los gestiona el Gobierno de Aragón a través del nuevo mapa concesional autonómico que se puso en marcha hace unos meses.
En este anteproyecto sometido a información pública se mantienen los dos servicios diarios en cada sentido que hay desde Teruel con Madrid y con Valencia, además de contemplar unos refuerzos durante los dos meses del verano.
Mantiene por tanto los dos servicios diarios de que se dispone ahora, pero en cambio elimina las paradas en los pueblos, de forma que el autobús pasará de largo y será la Comunidad Autónoma de Aragón la que tenga que asumir ese tráfico interno para llevar a los viajeros a las estaciones desde las que podrán coger los servicios de las líneas estatales.
El nuevo mapa concesional no hace nada por recuperar servicios perdidos. En la relación con Madrid, por ejemplo, se mantienen los dos servicios que hay hoy día, y que impiden poder ir y volver en la misma jornada, con lo cual es imposible desplazarse a la capital española para hacer gestiones sin pernoctar allí.
Actualmente, en ambos sentidos hay un autobús que sale en torno a las 8 de la mañana y otro a las 14 horas, salvo los domingos, que lo hace a las 11 y a las 17 horas. Pero es que a principios de siglo llegó a haber cuatro servicios diarios, e incluso se puso en marcha un autobús directo subvencionado por el Gobierno de Aragón.
Lo que recoge el anteproyecto para la prestación futura del servicio son dos autobuses diarios a Madrid de ida y vuelta, con un refuerzo durante los meses de julio y agosto.
En cambio, lo que reduce drásticamente son las paradas, puesto que elimina las de los pueblos para que el autobús llegue antes a Madrid. El documento en información pública detalla que solo se parará en Monreal del Campo, Molina de Aragón, Guadalajara y Alcalá de Henares (a demanda), y en otra de las rutas lo hará también en El Pedregal, Alcolea del Pinar y Maranchón (a demanda).
En el tramo turolense de esta línea se pierden siete paradas: Cella, Villarquemado, Santa Eulalia, Torremocha del Jiloca, Torrelacárcel, Villafranca del Campo y Pozuel del Campo. Los habitantes de estos municipios deberán desplazarse para poder coger este autobús bien a Monreal del Campo o a Teruel.
Obligación
El Estado obliga a la Comunidad Autónoma a facilitar la movilidad de los habitantes de estos pueblos para poder llegar a las dos localidades con parada desde donde poder coger el bus. Reduce así los tiempos de viaje entre grandes núcleos de población, mientras que los incrementa y dificulta en el caso de los pequeños. La consecuencia directa es la desincentivación para vivir en los pequeños municipios favoreciendo las grandes concentraciones de población. Es todo lo contrario de lo que dice la Estrategia Nacional Frente al Reto Demográfico.
En el caso de la conexión con Valencia, en el anteproyecto en exposición pública se mantienen también dos servicios diarios como ahora. Hay igualmente un refuerzo en los meses de julio y agosto. Lo que no se detalla todavía son los horarios, y lo que desaparecen son las paradas. En una de las rutas el bus sólo parará en Sagunto, mientras que en la otra lo hará en Venta del Aire, Segorbe, Sagunto y Puçol. Los municipios turolenses de La Puebla de Valverde y Sarrión se quedan sin parada.
El corredor 12 del nuevo mapa concesional estatal incorpora como novedad la relación entre Castellón, Teruel y Cuenca con un servicio diario de ida y vuelta.
Este corredor contempla un total de 22 rutas, de las cuales a Teruel le afectan 5 con los servicios detallados anteriormente. Serán precisamente los servicios de Teruel con Madrid y Valencia los que más tardarán en entrar en funcionamiento, puesto que la fecha de incorporación no está prevista hasta el 20 de enero de 2028.
Eso se debe a que los actuales servicios se prestan a través de la VAC-255, cuyo contrato de gestión suscribió el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana con la empresa Samar en diciembre de 2022 con un plazo de duración de cinco años. Hasta esa fecha, por tanto, seguirá habiendo paradas en los pueblos.
Si los criterios del mapa concesional estatal que quiere implantar el Ministerio no atienden la peculiaridad de los territorios despoblados, lo mismo sucede con la Ley de Movilidad Sostenible, de la que depende el mapa concesional, y cuya tramitación no avanza en el Congreso al sentirse incapaz el Ejecutivo de sacarla adelante por la falta de apoyos incluso dentro de la coalición de gobierno. El diputado de CHA, dentro de Sumar, lo ha puesto de manifiesto en numerosas ocasiones, al igual que ha hecho con las ayudas al funcionamiento.
Pérdida de servicios
Dentro de esa deriva de pérdida de servicios públicos que sufren los territorios despoblados, la movilidad es un factor importante puesto que condiciona el asentamiento de la población en los territorios. En cualquier lugar muy poblado la movilidad en transporte público no es un problema porque hay numerosos servicios para desplazarse, pero en cambio en Teruel eso se ha convertido en un hándicap.
Se viene denunciando desde hace años y la respuesta política son siempre compromisos que nunca se cumplen, con lo cual los servicios se pierden al pasar el tiempo y caer en el olvido, por más que movimientos ciudadanos como Teruel Existe o la Federación Vecinal lo recuerden de forma sistemática.
El último debate abierto ha sido con el transporte público en autobús entre comunidades autónomas, y en concreto con Madrid y Valencia, pero no es el único porque lo mismo sucede con el ferrocarril. Ambas ciudades son de referencia para Teruel al ser Madrid la capital del Estado y existir por otra parte lazos comerciales y sociales muy fuertes con Valencia.
En cambio, desplazarse a ambas ciudades sin tener que utilizar el vehículo propio se ha hecho complicado, ya que los servicios existentes son poco eficaces por las escasas relaciones que se ofertan. Al ser poca la población hay una menor demanda, y esa falta de rentabilidad al no compensarse con una política pública que garantice la igualdad de derechos con otros territorios, juega en detrimento de los habitantes de las zonas despobladas.
El proyecto de Ley de Movilidad Sostenible plantea en su ideario ese compromiso con los territorios despoblados, pero luego el mapa concesional estatal establece criterios que no atienden el reto demográfico.
En torno a este polémico mapa concesional se ha abierto desde el año 2022, cuando se planteó, un fuerte debate político que no desatasca el problema, porque en el Parlamento se aprueban iniciativas y después el Ejecutivo actúa sin tenerlas en cuenta en un juego de distracción amparado en que el mapa concesional es bueno para el territorio y la movilidad sostenible, a la vez que los socialistas acusan a la oposición de hacer ruido, no plantear propuestas alternativas y no querer negociar.
Iniciativas parlamentarias
El mes pasado el Congreso aprobó una PNL del PP, con la abstención del PSOE y Sumar, para que se retirara el nuevo mapa concesional, se convocara la conferencia sectorial con las Comunidades Autónomas y se negociase una propuesta alternativa teniendo en cuenta al territorio. Una propuesta similar está pendiente de debatirse en el Senado, ya que iba a ser tratada en la Comisión de Despoblación y Reto Demográfico la semana pasada pero se desconvocó por el apagón.
En esta moción de la Cámara Alta registrada por el Partido Popular desde septiembre del año pasado, y que deberá incluirse de nuevo en el orden del día de esta comisión, se insta al Gobierno a que reelabore el nuevo mapa concesional del transporte regular de viajeros en autobús de las líneas estatales y se deje sin efecto el que hay presentado, y que “asuma su responsabilidad de cara a garantizar la cohesión territorial y la igualdad de todos los españoles” a la hora de elaborarlo.
Plantea igualmente que se tengan en cuenta “las circunstancias, intereses y necesidades específicas” de los territorios rurales y afectados por la despoblación, y que el Estado asuma los costes que conlleve esa nueva regulación para los servicios autonómicos.
Los ‘olvidos’ con los trenes
Lo que está pasando ahora con el autobús, al estar prevista la pérdida de las paradas en los pueblos, no es nuevo y se ha producido ya en anteriores ocasiones en otros servicios públicos de transporte como el ferrocarril. A principios de siglo hubo un compromiso de enlazar Teruel con Zaragoza mediante la alta velocidad para que estuviese conectado con Madrid con el AVE, pero se paralizó al no electrificarse la línea. En la pasada legislatura también se asumió un compromiso de establecer una conexión directa por tren con Madrid a través de un Talgo híbrido, pero no se ha hecho. En la primavera del año pasado se anunció que sería en otoño, y cuando llegaron las fechas se pospuso con el argumento de que no podía hacerse debido al corte total de la línea que hay ahora para poder ejecutar las obras de ampliación de los gálibos de los túneles y pasos superiores para poder electrificar la infraestructura.
Tampoco se ha conseguido revertir la pérdida que sufrió Teruel al quedarse sin servicio ferroviaria con Valencia a primera y última hora del día hace una década. Este tren permitían desplazarse a Valencia a primera hora, pasar allí todo el día para hacer gestiones, y regresar a última hora. El Gobierno de Aragón no asumió su coste en el convenio con Renfe y la operadora ferroviaria dejó de prestarlo. El Ministerio se comprometió a buscar una alternativa, pero esta nunca llegó, desapareció el servicio y cayó en el olvido.
Incoherencia
Una de las cosas que más llama la atención del anteproyecto de establecimiento del servicio público del transporte regular de viajeros por autobús en el corredor entre Valencia y Madrid, es que el Ministerio reconoce la peculiaridad de las zonas rurales y la obligación de no dejarlas aisladas, pero luego hace todo lo contrario en un gesto de incoherencia. El documento manifiesta en su parte expositiva que “al incremento de la actividad económica en los entornos urbanos y la mayor movilidad recurrente en ellos, se une la necesidad de reactivar y facilitar la movilidad en las zonas rurales, evitando las consecuencias negativas que puede producir el aislamiento de estos núcleos de población en los que resulta más acusado el descenso en el número de habitantes y su envejecimiento”.
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