La Vaquilla se vive con la misma intensidad llueva, truene o haga sol

Como ya sucediera el año pasado durante la puesta del pañuelo, la lluvia hizo presencia en alguno de los momentos clave de la jornada de este sábado aunque no perturbó los horarios previstos, ni ocasionó incidencias graves entre los turolenses y los visitantes que quisieron vivir el inicio de la Vaquilla pese al agua.

Las previsiones eran adversas desde hace días para el sábado, con el componente añadido de ser muy imprevisibles por su naturaleza, diferente a la de un frente de chubascos convencional. Por la mañana la previsión de Aemet para la capital de Teruel mejoró ligeramente, si bien seguía advirtiéndose de la inestabilidad y de lo imprevisible de las precipitaciones.

En torno a las 15.30 horas comenzó a jarrear, y en algunas de las calles del Centro Histórico de Teruel se vivieron escenas como las del pasado año, con muchos jóvenes divirtiéndose pese al agua, o gracias a ella, más bien, bailando, deslizándose o revolcándose literalmente sobre los charcos.

Poco antes de las 16.30 horas la lluvia se detuvo y permitió que la puesta del pañuelico se realizara con normalidad, aunque pequeños aguaceros cayeron de forma intermitente. En pleno fregao y con la plaza del Torico llena de gente disfrutando y lanzándose vino eso no importó a nadie, y ni siquiera las charangas detuvieron su música pese al agua.

Como sucedió el pasado año -aunque en esa ocasión el agua si que hizo aconsejable retrasar la puesta del pañuelo- los vaquilleros integraron la lluvia en su fiesta, pese a lo cual sus camisetas terminaron igual de moradas que otros años. Y antes de que cayera el sol, sobre las 19.30 horas, el Sol también quiso participar en la fiesta y volvió a lucir, para consuelo de muchos.