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Las Fiestas del Ángel arrancan con un reconocimiento  al comportamiento ejemplar de los turolenses Las Fiestas del Ángel arrancan con un reconocimiento  al comportamiento ejemplar de los turolenses
La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, entrega la placa que se colocará este domingo en el Ayuntamiento a los miembros del Consejo Municipal de Infancia y Adolescencia

Las Fiestas del Ángel arrancan con un reconocimiento al comportamiento ejemplar de los turolenses

El mantenedor, Vidal Muñoz, repasa los vínculos de Teruel con el toro como seña de identidad
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Las Fiestas del Ángel arrancaron este viernes, tras dos años sin celebrarse por la covid, con un reconocimiento al comportamiento ejemplar que han tenido los turolenses durante la pandemia, que se materializará mañana en el Ayuntamiento con la colocación de una placa. A ello se refirió la alcaldesa de Teruel, Emma Buj, durante el acto de entrega de los premios del LXI Certamen Internacional de Poesía Amantes de Teruel celebrado en la iglesia de San Pedro, en el que el mantenedor, Vidal Muñoz, repasó los vínculos históricos de la ciudad con el toro como una seña de identidad de sus habitantes.

Buj aseguró durante su intervención en la entrega de premios del Certamen Poético, previo a la traca que da inicio a las fiestas, que “hay ganas de la Vaquilla” y de las fiestas, como pone de manifiesto que las peñas hayan batido récord de peñistas. Destacó que las fiestas en todas las culturas y épocas “son una catarsis colectiva” que “nos conecta como sociedad”.

Las palabras de la alcaldesa encontraron su reflejo en la calle con el gran ambiente festivo que se vivía ya a esa hora, no solo por la traca infantil que tuvo lugar en la plaza de la Catedral y las actuaciones del IV Festival de Títeres, sino por la multitud de gente que había en el Centro Histórico.

El inicio oficial tuvo lugar a las diez y media de la noche con la traca que anunció a los turolenses que las Fiestas del Ángel volvían a la ciudad tras dos años sin poder celebrarse. Fue la alcaldesa la que prendió la mecha de una traca de 500 metros que llenó de ruido y olor a pólvora el trayecto que va de la plaza San Juan hasta la plaza Domingo Gascón y que estuvo más concurrida que nunca con las calles llenas de gente.

 
La plaza del Torico anoche llena de gente con la traca


Las fiestas de este año son históricas por lo que se deja atrás tras dos años de pandemia, y por el accidente que al final del Congreso del Toro de Cuerda provocó la caída de la columna y del Torico. A ambas cuestiones se refirieron tanto la alcaldesa como el mantenedor, y los dos también se mostraron convencidos de que el Ángel Custodio había evitado que ocurriese una desgracia.

Buj tuvo en primer lugar palabras de recuerdo para las víctimas de la covid y de reconocimiento a la población en general por su comportamiento cívico durante la pandemia, además de a los representantes institucionales y a los trabajadores municipales. Ese reconocimiento se materializará mañana domingo con la colocación de una placa a la entrada del Ayuntamiento, que recogieron los miembros del Consejo Municipal de Infancia y Adolescencia.

La alcaldesa confesó que tenía “lágrimas guardadas en el corazón” que no dejó salir durante estos dos años y aseguró que había podido “comprobar la generosidad de todos los turolenses” en este tiempo.

En la segunda parte de su intervención destacó el éxito del Congreso del Toro de Cuerda y consideró que el “desgraciado accidente” que hubo con el Torico “no puede empañar el gran éxito que fue el congreso”. Indicó que no podía permitir que algunos lo utilizasen para atacar a quienes no piensan igual y reconoció que ella había sido la primera en sentir “tristeza” por lo ocurrido.

Manifestó que desde un principio recibió el compromiso de la gente para ayudar en lo que fuese necesario, y que también pudo escuchar la opinión de muchas personas que le dijeron que “menos mal que no ha pasado nada”, porque en cuarenta años que se llevan colocando el pañuelo en Vaquilla nadie había podido imaginar que pudise ocurrir algo y “al final se nos rompió el Torico”.

La alcaldesa recordó que mucha gente le instó a trabajar sin descanso para recuperar cuanto antes el “símbolo de la ciudad”, y que si algo sabía hacer era eso, trabajar, por lo que el viernes la columna de la fuente volvía a estar en pie y “dentro de pocos días” estará el Torico “acompañándonos”.

Pidió por ello que tras lo vivido en estos dos años se deje “atrás lo malo” durante estos días para renacer “con lo bueno”, convirtiendo las fiestas en un lugar de convivencia y encuentro con familiares y amigos.

Tras su intervención, los miembros del Consejo Municipal de Infancia y Adolescencia recibieron de manos de la alcaldesa la placa de cerámica que se colocará mañana a la entrada del edificio consistorial con el siguiente texto: “El Ayuntamiento de Teruel a todos los turolenses en reconocimiento a su comportamiento ejemplar ante la situación de crisis provocada por la pandemia Covid-19”.

Con anterioridad intervino el mantenedor de las fiestas, que este año ha sido el Cronista Oficial de la ciudad, Vidal Muñoz, que ofreció un recorrido histórico por lo que han sido los vínculos de Teruel con el Toro y los orígenes de la fiesta.
“Los turolenses no disponemos de mucho oro, pero nuestra ciudad es un potentado tesoro, caracterizada por su gran riqueza, patrimonial y cultural”, dijo el mantenedor, quien aseguró que “el toro es el ingrediente y asistente esencial en todas las vibraciones y gozos de nuestra ciudad”, simbolizado en el Torico “que se nos fue al suelo, emblema y máximo signo representativo turolense, cuyo valor material importa poco, pues lo supera y sobrepasa lo afectivo”.

 
El mantenedor, Vidal Muñoz, durante su intervención en la iglesia de San Pedro


Al toro y la estrella dedicó sus siguientes palabras para ir desgranando como historiador la presencia que estos dos símbolos han tenido en el patrimonio de la ciudad a lo largo de los siglos. “Esta realidad histórica fundamenta que la fiesta de los toros va a ser el espectáculo de mayor disfrute de Teruel para las tres culturas convivientes, cada una a su estilo”, aseguró el mantenedor.

Y es que no solo los cristianos corrían toros, en este caso sin enmaromar, sino también los judíos y los musulmanes. Los primeros corrían toros en fiestas oficiales y las que celebraban los gremios, hasta diez al año, con lo cual todos los meses “tenían espectáculo taurino asegurado”, dijo el mantenedor, para quien la celebración de 1443 para conmemorar la victoria real de Alfonso V en Nápoles, en la que hubo bailes y se corrieron toros, “se podría aventurar como el origen histórico de las fiestas de las actuales Vaquillas del Ángel”.

Muñoz reveló que no solo los cristianos disfrutaban de los toros sino también los judíos, que los corrían ensogados por las estrechas calles de la Judería para que no sufrieran daño ni derramaran sangre por su religión, y obsequiaban a los vecinos con “priscos”, unos dulces realizados con esa fruta. “Los musulmanes no celebran la fiesta de los toros, pero sí participan en la fiesta, aportando la delicia de la almojabana, ya que muchos viven en la Plaza y Tozal, dedicados a la mercadería, comercio y artesanía”, precisó.
El cronista repasó los avatares de la Vaquilla en la época moderna para culminar con los años de la pandemia y el reciente accidente. “El monumento ha caído, pero su esencia histórica no ha muerto, más bien se ha revitalizado su figura”, concluyó.

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