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Las variantes de Mora y Valderrobres irán en el Plan Extraordinario de Carreteras Las variantes de Mora y Valderrobres irán en el Plan Extraordinario de Carreteras
El director general de Carreteras, Bizén Fuster, en la Comisión de Vertebración. Cortes de Aragón

Las variantes de Mora y Valderrobres irán en el Plan Extraordinario de Carreteras

Fuster anuncia la incorporación de estas actuaciones durante su comparecencia en las Cortes
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Las variantes de Mora de Rubielos y de Valderrobres se harán con el Plan Extraordinario de Inversiones en Carreteras que el Gobierno de Aragón piensa licitar en los próximos meses, según anunció el director general de Carreteras, Bizén Fuster, durante una comparecencia en la Comisión de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda de las Cortes de Aragón. De cumplirse los plazos que barajó Fuster, estas infraestructuras serían una realidad hacia el año 2026 junto con la mejora de 10 itinerarios, más uno especial, en toda la Comunidad Autónoma, de los cuales tres de ellos discurren por la provincia de Teruel.

Fuster compareció en las Cortes a petición del propio consejero de Vertebración del Territorio, y a propuesta de los grupos parlamentarios Popular y de Ciudadanos, para informar sobre este Plan Extraordinario que supondrá en todo Aragón una inversión de más de 550 millones de euros y la mejora sustancial en dos años y medio de 1.740 kilómetros, una tercera parte de la red autonómica.

El director general informó sobre la situación actual de la tramitación del plan, que se encuentra prácticamente concluida para sacar a licitación estas obras mediante el modelo de concesión, de manera que las adjudicatarias asumirán el coste de la intervención y después se quedarán con el mantenimiento durante 25 años, en los que el Gobierno de Aragón pagará un canon.

Se trata de uno de los acuerdos recogidos en la Estrategia Aragonesa para la Recuperación Social y Económica, que apoyaron todas las fuerzas políticas, excepto Vox, así como las organizaciones empresariales y los sindicatos mayoritarios, además de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias.

En los últimos meses se han terminado de definir los diez itinerarios, aparte de otro especial consistente en la duplicación de la carretera A-127 entre Gallur, Tauste y Ejea. Se han tenido en cuenta para ello las alegaciones presentadas por los ayuntamientos, y en ese proceso se han incorporado las variantes de Mora de Rubielos, Valderrobres, Binéfar, Sástago y Sariñena.

De los diez itinerarios, tres afectan a la provincia de Teruel con la intención de mallar una red que mejore la conectividad de los territorios por los que discurren.

Uno de esos itinerarios, el 1, lo hace por el Bajo Aragón tanto de la provincia de Teruel como de Zaragoza. Está conformado por un total de 166,50 kilómetros y la inversión inicialmente prevista será de 46,7 millones de euros.

Este itinerario que discurre en parte por territorio turolense está formado por tramos de las carreteras A-1411 y A-221 vertebrando el sureste de la provincia de  Zaragoza. La A-221 conecta en Maella con la A-1411, que llega a Mequinenza en la N-211 y une este tramo del sector con el tramo que conforman la A-1409, la A-1410 y la A-231 dentro de la provincia de Teruel. Incluirá, según anunció el director general como una de las novedades respecto a la planificación inicial, las variantes de Valderrobres y de Sástago.

Los otros dos itinerarios que afectan a la provincia turolense y que discurren íntegramente por sus comarcas son el 9 y el 10. El 9 está definido como un eje este-oeste, con 182,80 kilómetros y una inversión prevista de 38,9 millones de euros. Está formado, según detalló Fuster, por tramos de las carreteras A-226, A-227, A-1512 y A-1703, y su función será vertebrar la zona central de la provincia desde la Comunidad de Albarracín hasta el Maestrazgo.

El tercer itinerario turolense, el 10, se constituye en un eje norte-sur de la provincia cuya inversión inicialmente prevista supera los 52 millones de euros para un total de 194,30 kilómetros. El director general de Carreteras indicó que este recorrido está formado por tramos de las carreteras A-228 y A-232, así como el tramo final de la A-222, la A-1401 y la A-1402. Ambos tramos están conectados por la carretera nacional N-420, y el objetivo es vertebrar las comarcas de Teruel y Gúdar-Javalambre con las Cuencas Mineras y Sierra de Arcos. Dentro de este itinerario se ha incluido también la variante de Mora de Rubielos, que fue otra de las novedades anunciadas por el director general durante su comparecencia.

Fuster estimó que a finales de marzo de este año estarán redactados los proyectos de trazado y se podrán fijar los importes de la inversión inicial. A partir de ese momento se podrán licitar los distintos itinerarios, que estimó que probablemente podrá hacerse  durante el próximo cuatrimestre.

En este escenario, las obras podrían empezar a hacerse a partir del próximo año, con una duración de la ejecución de los trabajos en todos los casos de dos años y medio. Eso supondría que para 2026 o 2027 podrían estar finalizados, momento a partir del cual el Gobierno de Aragón empezaría a pagar a las empresas adjudicatarias mediante el modelo de concesión, que ha sido la fórmula elegida para adelantar en el tiempo estas actuaciones sin que ello afecte a la deuda ni al déficit público.

De acuerdo con este modelo, el Gobierno de Aragón tendrá que pagar un canon a las empresas durante 25 años, que será el tiempo de explotación de las mismas y durante las que se acometerán más inversiones para su mantenimiento, recalcó Fuster.

El canon dependerá finalmente del precio al que se adjudiquen los distintos tramos en función de las ofertas que presenten las empresas. Fuster defendió este modelo y argumentó que la inversión final que tendrán que recoger los Presupuestos de Aragón cada año para hacer frente al pago del canon y al presupuesto ordinario de la Dirección General de Carreteras para el mantenimiento de otras vías, “estará muy por debajo” de lo que a fecha de hoy dice el Plan General de Carreteras 2013-2024 que debería invertirse al año, que son 175 millones.

Fuster incidió en que los programas ordinarios de inversión en carreteras de cada año se podrán destinar así a actuaciones en la red secundaria y terciaria. Además, recalcó que el déficit que presentan las carreteras autonómicas es histórico porque la Administración tiene una capacidad de gestión limitada, y también rechazó que esto suponga hipotecar el futuro. Puso como ejemplo que hay entre tres y cuatro comunidades autónomas interesadas en imitar este modelo, y que lo importante no deben ser las ideologías, sino “sacar adelante” las carreteras.

Frente a las objeciones que durante el debate en comisión se puso a que con este modelo no puedan optar empresas pequeñas vinculadas al territorio sino solo las grandes, indicó que “se están conformando UTEs (uniones temporales de empresas) aragonesas para que puedan participar”, y que le constaba que también se estaban preparando en ese sentido en la provincia de Teruel.

El portavoz del PP en la comisión, Joaquín Juste, argumentó que lo más lógico hubiera sido invertir en estos años ese dinero porque en los presupuestos ha habido “poca inversión ordinaria y nada extraordinaria”, mientras que el portavoz de Cs, Carlos Ortas, también incidió en la falta de inversión. Fernando Sabés (PSOE) destacó la buena planificación que suponía el plan; Marta Prades (Podemos) recalcó que la inversión en carreteras es una “palanca” para la cohesión y la vertebración; Joaquín Palacín (CHA) reclamó más financiación para Aragón; Santiago Morón (Vox) dijo que el plan era “pan para hoy y hambre para mañana”; y Esther Peirat (PAR) valoró la importancia de las infraestructuras y estimó que el plan cumple con la Estrategia aragonesa.

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