Las visitas a los cementerios vuelven a la normalidad de antes de la pandemia

El sol permitió que los turolenses visitaran a  sus seres queridos en los cementerios de la provincia con motivo de la celebración de Todos los Santos. Era una visita muy esperada por muchos, ya que el año pasado, debido a la situación de pandemia, no se pudo realizar en muchos casos. Por ejemplo, los turolenses que viven en la capital y que tienen enterrados a sus familiares en los pueblos de la provincia o en otros municipios no pudieron desplazarse debido al confinamiento perimetral.

Poco a poco se va volviendo a la normalidad, y ayer el cementerio de la capital turolense ofrecía una imagen similar a la de antes de la irrupción de la covid, aunque los carteles pedían mantener las distancias y había gel hidroalcohólico. A partir de las doce del mediodía la afluencia fue importante aunque sin aglomeraciones. Como todos los años el Ayuntamiento habilitó una explanada para aparcar y dentro del cementerio no se podía entrar a no ser que fuera a dejar o recoger alguna persona que por sus condiciones físicas no pudiera caminar bien. También se estableció un servicio de autobús directo, que estuvo funcionando durante toda la jornada.

En los cementerios de la provincia, la afluencia fue mayor sobre todo por la mañana incluso había empezado durante el fin de semana porque ayer era fin de puente y muchos volvieron a sus localidades de residencia por la tarde.

“Yo vengo todos los años con mis padres y mi abuela y venimos ahora porque esta tarde me marcho a Zaragoza”, aseguraba ayer María Esteban, que llevaba un pequeño centro de flores en la mano.

Flores

Aunque ayer muchos de los que se acercaron a los cementerios turolenses portaban flores, sobre todo los que no habían podido acudir antes, lápidas y tumbas estaban ya adornadas desde primera hora de la mañana, porque muchos turolenses prefieren ir unos días antes a colocar los ramos o a limpiar las de flor seca. Así, dejaron la jornada de ayer solo para la visita.

Este año se ha tenido que ser más previsores que nunca si se quería conseguir flor natural, porque la producción cayó en picado el año pasado tanto en España como en los principales países productores y también por los problemas de suministro, todo ello debido a la pandemia en un momento en el que la ciudadanía se acordaba más que nunca de sus familiares y amigos ausentes. “Me hubiera gustado traer unos claveles pero no he encontrado los que  me gustan”, aseguró ayer Fermín Sánchez.

La jornada de Todos los Santos es un momento para hacer la visita a los cementerios acompañados de otros familiares. Es un día en el que las distintas generaciones se reúnen para hacer juntos el recorrido por el campo santo y no solo acuden a visitar tumbas y lápidas de  los familiares más directos sino a otros parientes de los que en esta jornada se acuerdan especialmente.

Y aunque la vacuna ha hecho descender el número de fallecidos por la covid, ha seguido siendo un año marcado por la enfermedad. La jornada de ayer fue también para el recuerdo de aquellos allegados que la pandemia ha podido con ellos directa o indirectamente.