Los bancos de alimentos mejorarán su gestión con una plataforma informática

Los bancos de alimentos mejorarán su gestión a través de una plataforma informática para ser más eficaces a la hora de poder distribuir los excedentes alimentarios, en un momento que va a ser clave por la reciente entrada en vigor de la Ley 1/2025, de 1 de abril, de Prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario. Lo anunció este jueves en Teruel el presidente de la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), Pedro Llorca, cuyo comité ejecutivo se reunió en la capital turolense para abordar los nuevos retos a los que se enfrentan.

El año pasado los 54 bancos de alimentos que hay en todo el país distribuyeron 115.563 toneladas de alimentos a través de 6.000 entidades y se atendió a 1.036.000 personas que fueron beneficiarias de esos repartos, de los cuales 218.000 fueron menores y 33.570 lactantes. En la provincia de Teruel fueron 106.000 kilos repartidas entre 25 entidades que benefician a unas 4.200 personas.

Aunque este año han observado un descenso de las donaciones de alimentos, que lo asocian con el incremento de los precios, ante estas entidades sin ánimo de lucro se abren nuevos tiempos con la entrada en vigor de la ley de prevención alimentaria, que sancionará a quienes desperdicien productos, lo que debería favorecer que los supermercados y otras entidades donen a los bancos de alimentos los productos a punto de caducar y que saben que no venderán, tal como recoge el texto legislativo.

En este contexto, el presidente de la Fesbal, Pedro Llorca, dijo que la labor de los bancos de alimentos no se puede quedar solo en recoger y distribuir, por lo que están “trabajando en buscar otras vías de ayuda y de trabajo”.

Explicó que el reto es conseguir “la mejor gestión”, por lo que actualmente cuentan con una plataforma informática para ello, para que los excedentes alimentarios no se destruyan y vayan a la basura “porque la ley obliga a las empresa de producción, distribución y fabricación a que el desperdicio sea cero”.

Comentó que ese programa facilitará que los procesos sean “muy eficientes y muy rápidos”, porque los excedentes alimentarios “tienen un recorrido relativamente corto, y ahí tenemos que estar nosotros prestos y dispuestos”.

Explicó que a través de ese programa se les comunicará, vía telemática, los kilos de productos perecederos que tienen las empresas colaboradoras, con un recorrido de cinco días, para que ellos se encarguen de dar una respuesta “si somos capaces de recogerlo y distribuirlo a través de la entidad benéfica”.

Recordó en este sentido que los bancos de alimentos son una organización de distribución, mientras que las entidades benéficas lo son de reparto. “Nuestra labor es conseguir todos esos alimentos, hacérselos llegar a esas entidades benéficas, que son las que tienen el contacto más directo con los beneficiarios para que ellos después se los trasladen a esas familias”, apuntó.

Argumentó que a partir de ahora las empresas van a gestionar de otra manera sus excedentes que estén a punto de caducar para evitar sanciones por la destrucción de alimentos. Y además, al hacer entrega de ellos a los bancos de alimentos, se beneficiarán de la responsabilidad social corporativa.

Comentó que la aplicación de esta nueva normativa va a ser progresiva pero que en un año estará a pleno rendimiento. Indicó que están trabajando con las cadenas de supermercados, productores y distribuidores para mostrarles las “bondades y las ventajas” que va a suponer para ellos, “porque si destruyen, se les castiga”, y este instrumento que les están ofreciendo lo evitaría con lo cual se beneficiarían ambas partes.

Llorca comentó que la comunicación es en ambos sentidos y que ahora se trata de desarrollar la ley. Indicó que en Las Palmas ya están trabajando con cadenas de supermercados y casi a diario reciben excedentes alimentarios y lo gestionan mediante un programa informático. Añadió que los objetivos de desarrollo sostenible por parte de la Unión Europea es que en el año 2030 haya “desperdicio cero”.

Aunque no tienen estimaciones de cuántos alimentos se desperdician, georgian transfer señalaron que la mayor parte es en el propio ámbito del hogar al adquirir más productos de los que se consumen y que al final se tiran, lo que requiere también de una concienciación social.

El vicepresidente del Banco de Alimentos de Teruel, José Miguel Muñoz, indicó que si la media de recogida de alimentos en la provincia es de 70.000 kilos anuales, sinop otelleri los 106.000 del año pasado se debieron a que la gente se volcó con la dana, puesto que 25 toneladas fueron para Valencia. Este año han vuelto a observar, al igual que a nivel estatal, un descenso de la recogida.