Los caballeros de Teruel recuperan el pulso en un combate medieval con tintes románticos

Teruel es la Ciudad del Amor. El lugar donde muchos jóvenes y no tan jóvenes sacan su lado más pasional. Y este sábado Javier Sánchez se lo demostró a Noelia Martín. En medio de un espectáculo de doncellas y caballeros le pidió que se pusiera en el centro del albero, bajó de su caballo, clavó la rodilla en el suelo y sacó un anillo. Así, al más puro estilo de Hollywood pero en pleno Teruel del siglo XIII.

“Es muy romántico”, reconocía la novia sonrojada y con los ojos llorosos de la emoción. Comentó que pese a que su novio tiene muchos detalles amorosos, jamás se hubiera esperado que fuera a llegar hasta el punto de ofrecerle un anillo de compromiso ante casi 5.000 personas.

La pedida llegó en un momento especial para ambos porque él es el presidente de la Asociación Caballeros del Rey, creada para organizar desde Teruel de nuevo el Torneo Medieval, en el que tanto Javier como Noelia  –que es la secretaria de esa misma agrupación– han trabajado intensamente en los últimos meses. Ha sido el colofón a una ardua labor que concluyó con un “sí, quiero”. La pareja tenía fecha de boda, será el 23 de septiembre, pero “no había anillo y tampoco lo esperaba”, reconoce Noelia Martín, que desde ayer luce la sortija de un compromiso que su novio se encargó de pregonar a todo Teruel.

La pedida de mano, que no es la primera en el marco del Torneo Medieval puesto que ya hubo una en el año 2019, puso la nota romántica en un torneo intenso donde varios caballeros mostraron su destreza en el manejo de la lanza, la espada y, sobre todo, del caballo.

La plaza, llena

La plaza estaba llena ya que se distribuyeron casi todas las 5.000 entradas que había disponibles. Este año además volvían a ser jinetes de Teruel los que lo organizaban y, como apunta Mapi Hernando, que es la responsable de este espectáculo celebrado en el marco de Las Bodas de Isabel de Segura, “eso se nota porque la gente de Teruel se vuelca mucho más”.

El Torneo Medieval del Rey Jaime I es uno de los eventos preferidos para  muchos turolenses y decenas de forasteros y prueba de ello es que prácticamente la mitad de los asistentes visten a la moda del XXI y no a la del medievo, lo que suele indicar que no son de la ciudad. “Siempre hay sorpresas y riesgo y eso emociona mucho al público”, relata Hernando.

Pero detrás de un espectáculo de apenas tres horas sobre la arena hay días y días de entrenamiento para que todo salga a la perfección, algo siempre difícil cuando se trabaja con animales. Los jinetes entrenan en las frías noches de invierno y luego tienen que volver a llevar a los caballos a las cuadras. Una intensa labor que hacen por afición y que merece la pena por ver cómo les jalean desde las gradas en las justas. El público se vuelca tanto que parece que de verdad se estén jugando entrar a formar parte de las huestes del Rey Don Jaime.

Los torneos medievales servían a los donceles para adquirir destreza de cara a la batalla y, además, ayer en Teruel hubo una justa entre dos caballeros que concluyó con la victoria del de Aragón sobre el de Valencia. Antes del enfrentamiento, un experimentado jinete hizo una demostración de monta sobre dos caballos, de pie y descalzo.

Eva lleva desde el año 1995 viviendo en Teruel y ayer descubrió el Torneo Medieval, un espectáculo que hasta ahora no conocía porque lo vinculaba a los toros, a los que no es muy aficionada. “Me está gustando mucho, es muy divertido”, aseguró. Tanto que repetirá en próximos años.

Cerca de ella estaba su hermano, José Luis, que acudió desde Estepona con su pareja, Lucía, para conocer la fiesta. Estaban maravillados tanto por la ambientación y la implicación de la gente como, sobre todo, por su amabilidad. Ambos acudieron con trajes inspirados en la Edad Media, hechos para la ocasión, y aseguraron que volverán a una fiesta que, aseguran, “es una maravilla”.