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Las futuras madres: “No podemos decirle al niño los días y horas en que debe nacer” Las futuras madres: “No podemos decirle al niño los días y horas en que debe nacer”
Unas mujeres turolenses embarazadas, ayer en el parque de los Fueros

Las futuras madres: “No podemos decirle al niño los días y horas en que debe nacer”

Un total 170 mujeres recogen firmas en la ciudad y los pueblos
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Cruz Aguilar

Detrás de cada uno de sus vientres abultados hay una vida, una historia y, en los últimos días, mucha tensión acumulada por no saber si habrá un especialista a su servicio cuando se pongan de parto. Reclaman al Gobierno de Aragón una solución y pronto, porque sus avanzados embarazos no les permiten esperas más allá de la de la gestación. “No le puedo decir al niño que tiene que nacer de 7 a 3 o en viernes y domingo, pero en sábado no, que no hay personal de guardia”, plantea Belén.

En un grupo de WhatsApp de embarazadas turolenses en el que hay más de 170 mujeres los mensajes este miércoles eran continuos. Están muy preocupadas y ven la necesidad de movilizarse para solucionar un problema para el que algunas, que cumplen esta misma semana o la siguiente, apenas tienen tiempo.

Andrea, de Manzanera, no pegó ojo cuando se enteró que había carencias en el servicio. Tiene diabetes gestacional y, si su bebé no nace antes de la fecha en la que cumple, el 28 de junio, el día 30 le inducirán al parto. “Me dijeron que a las 8:00 de la mañana estuviera en Maternidad para ingresar, pero ahora no sé si eso ha cambiado y me mandarán a Zaragoza”, decía este miércoles tras una noche desvelada por los nervios. María tuvo a su primer hijo en pandemia y con este está más preocupada porque entonces sabía “que iba a estar atendida”, pero ahora tiene una gran incertidumbre en cuanto a los especialistas.

Además de la tensión que les genera pensar que puede no haber obstetras para atenderles, hay otro aspecto que pesa en algunas de ellas y es que quieren que sus hijos “nazcan en Teruel”. Y no es sólo una cuestión sentimental, es la problemática a nivel organizativo que supone desplazarse “dos horas con contracciones” hasta Zaragoza, algo que dificulta sustancialmente el cuidado de sus otros hijos en el caso de las madres para las que es su segundo y tercer parto. “Y luego el traslado de vuelta, que como sea una cesárea, imagínate”, añade Belén.

El problema no es sólo el momento del parto porque, como apunta Coral, embarazada de mellizos, su ginecólogo está desbordado y algunas de las consultas se están dilatando en el tiempo. También acudir a monitores está sobrecargado por la falta de especialistas y a alguna de ellas le han dado cita antes de tiempo porque después había problemas. Sin embargo, todas insisten en la profesionalidad de los obstetras que trabajan en Teruel y en que hacen “todo lo que pueden y más” por atender el servicio de la mejor manera posible. Las mujeres alertan de que esa sobrecarga de trabajo puede afectar a la propia salud de los facultativos y también al servicio que ofrecen.

Consideran que el servicio hospitalario está mermado también por el cierre de las camas, que ha derivado a los pacientes de traumatología hasta Maternidad y las madres con sus bebés están ahora en Pediatría. Una convivencia que, aseguran, no es la mejor para los recién nacidos.

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