

Sanidad y Educación recuperaron el pulso normal con algunas afecciones sin peso
El recurso del bocadillo estuvo presente en algunos centros que perdieron los menúsEl centro de salud de Utrillas se queda sin internet durante todo un día
Aragón retoma la normalidad, aunque se mantiene la emergencia en el nivel 2
Los hospitales de la provincia de Teruel recuperaron la actividad normal tras un lunes de incertidumbres y con algunas afecciones poco importantes. La puesta en servicio de los grupos electrógenos y el resto de sistemas hicieron que el funcionamiento no tuviera problemas significativos, ya que las instalaciones de los hospitales están diseñadas con sistemas de suministro de emergencia y de socorro, ya sean líneas adicionales de entrada de suministro de las comercializadoras, grupos electrógenos o sistemas de alimentación ininterrumpida. No sucedió lo mismo en algunos colegios, ya que las afecciones a sus instalaciones provocó daños en las existencias alimenticias del martes y del lunes, por lo que tuvieron que comer de bocadillo.
En el sector sanitario de Teruel, la situación de los Hospitales Obispo Polanco, San José y San Juan de Dios es ya de normalidad, funcionando toda la actividad habitual. Los depósitos de gasoil se han repuesto de nuevo y están llenos. En la tarde del lunes también funcionaron igualmente todos los servicios. Para ello, desde el Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, se contactó con los profesionales que estaban de guardia localizada para que se presentaran en el hospital y se quedaran como guardia de presencia física.
De los 16 centros de salud de este área, Mora, Mosqueruela, Teruel Ensanche, Calamocha y Utrillas tienen grupo electrógeno propio y “no tuvieron problemas en sus tareas (según informa el Gobierno de Aragón”. En los demás no hubo ningún problema. El martes, todos los centros recuperaron el suministro eléctrico, aunque Utrillas fue el último en recuperar la normalidad, pues persistían los fallos en la telefonía.
Respecto de la actividad hospitalaria, el Hospital Obispo Polanco de Teruel cumplió su cometido en la sesión matinal y suspendió las siete operaciones previstas para la tarde del lunes. En Teruel se utilizaron unos 600 litros de gasoil.
En general, al tratarse de un apagón de gran envergadura, a pesar del buen funcionamiento de los sistemas responsables de garantizar la disponibilidad eléctrica de los centros, los picos de tensión sobrevenidos tienen afectación en servidores y dispositivos relacionados con la atención sanitaria. Esta atención se basa, además, en la interconexión de diferentes sistemas como Historia Clínica Electrónica, Laboratorios o Imagen Médica por lo que la restauración completa de la prestación sanitaria al 100% ha requerió la revisión de todos ellos.

Sector Alcañiz
El hospital de Alcañiz ya tuvo este martes una actividad completa y también quedaron llenos los depósitos de gasoil.
De los 12 Centros de salud, funcionaron los grupos electrógenos de Calanda, Cantavieja, Alcañiz y Andorra con equipos propios, teniendo gasto en combustible de unos 400 litros de gasoil y pese a la situación el funcionamiento fue bueno. El Gobierno de Aragón agradeció la colaboración tanto de los trabajadores como de la Policía Local, Protección Civil y de las instituciones provinciales que se pusieron a disposición por si hacía falta alguna intervención.
Por lo que hace referencia a la actividad hospitalaria, el hospital del Bajo Aragón tuvo que aplazar dos intervenciones quirúrgicas el pasado lunes, que en días posteriores serán de nuevo agendadas.
A última hora de la tarde aún continuaba el nivel 2 del Platear (Plan territorial de emergencia) y ante posibles afecciones importantes.
En el apartado educativo, en Teruel la tónica general fue de normalidad en casi todos los colegios. En muchos centros acudieron el 100% del alumnado (según fuentes del Gobierno de Aragón) y en la inmensa mayoría, los porcentajes estuvieron por encima del 90%. Aunque en ESO o Bachillerato, en algunos centros, la cifra fue ligeramente inferior.
En cuanto a incidencias importantes, no fueron abundantes, aunque persisten problemas en varios centros con las líneas telefónicas e internet, fundamentalmente en las telecomunicaciones. Estas se fueron recuperando a lo largo de la mañana, pero los problemas tenían que ver con las propias compañías telefónicas
En cuanto al comedor, el Departamento de Educación realizó algunas gestiones con las contratas del catering, para intentar recuperar la normalidad. En algunos casos se cambiaron los menús y se pudo ofrecer el servicio. Así el Pierres Vedel de la capital reanudó su actividad tanto en las clases como en el comedor, utilizando la línea fría.
Pero uno de los casos significativos en este aspecto estuvo en las instalaciones del CEIP Miguel Vallés. Las afecciones del apagón llegaron a dañar buena parte de las provisiones. “Hemos tenido que tirar toda la comida del lunes, la del martes y la del miércoles”, señaló la directora del centro.
La circunstancia de utilizar la línea fría también provocó que, de los más de 50 comensales que usan el servicio de comedor cada día, el martes no llegaran a la tercera parte y, ante los contratiempos, el menú fueran los bocadillos. La empresa concesionaria ofreció la posibilidad de que “las familias fueran al colegio de la Fuenfresca a recoger la comida”, indicaron las mismas fuentes, a lo que la mayoría de los progenitores se negaron. “Los bocadillos los hemos hecho nosotros. De queso y jamón serrano, principalmente”, apunto la directora del CEIP. Este cambio de menú propició también que algunos de los comensales becados tampoco acudieran al comedor a degustar los apetitosos bocadillos.
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