Solidaridad motera para colaborar con las familias de María y Álvaro

La ruta solidaria de papanoeles que recorrió este sábado la capital turolense contó con un total de 270 motos y recogió 3.227 euros que se entregaron a dos familias en concreto, las de Álvaro y María. El día a día de estas dos personas con discapacidad es muy complicada y en estas fechas navideñas se ha querido contribuir con esta aportación económica a reducir sus gastos y mejorar su calidad de vida a la vez que se visibiliza su situación.

Los moteros turolenses, de todo tipo de vehículos a dos, tres e incluso cuatro ruedas con los quads, se unen cada año el primer sábado de las vacaciones navideñas para mostrar su solidaridad con diferentes fines. Si en años anteriores fueron los damnificados por el volcán de La Palma, los afectados por el derrumbe del edificio del número 21 de la calle San Francisco o las personas con enfermedades raras en esta ocasión se han querido centrar en dos casos en concreto.

Para ello contaron con la colaboración de la clínica Reeduca, que entre sus pacientes analizaron quienes podrían ser beneficiarios de esta ayuda solidaria y pensaron en Álvaro y María.

Isabel Meléndez, de la clínica Re-Educa, explicó que los organizadores hablaron con ellas para ver las necesidades que tenían las familias que atienden desde esta clínica de fisioterapia y logopedia para poder ser beneficiarios de la recordación que hacían.

Álvaro tiene 8 años, y padece una encefalopatía multiquística: va siempre en carro y además le van a poner un traje especial para corregirle una escoliosis que le está oprimiendo uno de los pulmones y le limita a la hora de respirar.

El otro caso es el de María, una joven que tiene una enfermedad rara que solamente la tiene ella en el mundo. Por eso, no saben la evolución que va a tener, porque, por ejemplo, prácticamente no puede dormir y lleva un aparato para respirar por la noche. Kevin Lucil es el hermano mayor de María y agradeció la ayuda que recibió para su hermana. “Teruel es muy acogedora”, dijo y se mostró muy contento por la iniciativa. En el caso de su hermana, el dinero de la recaudación podría ir a adquirir una bici adaptada o una silla especial.

Luisa Fortea es la madre de Álvaro, y agradeció que Teruel se vuelque para ayudar. Explicó que a su hijo le dieron un año de vida y tiene ocho, gracias a que se “muy fuerte”.

La ayuda, “hace mucha falta porque económicamente vamos muy justos, le hace falta muchas cosas, hemos tenido que comprar una furgoneta adaptada para poderlo llevarlo y necesita muchos aparatos, tenemos también un gasto continuo en medicinas y en terapias”, explicó Luisa.

Baile sobre el escenario

El dinero recaudado procedía de las inscripciones de los moteros participantes, que partieron desde la explanada de Los Planos, recorrieron diferentes barrios de la ciudad hasta llegar a la plaza del Torico. Allí, la espera de los moteros estuvo amenizada por los grupos de baile Urbandance y Marta Dance Factory que llevó hasta el escenario de la plaza a 15 grupos participantes. Además, hubo hinchables para los más pequeños.

Paralelamente, se instaló una hucha para la recogida de dinero que se aportó también a la cantidad que se entregó a las dos familias beneficiarias.

Las motos participantes llenaron no solo la plaza sino también la calle San Juan otorgando a la tarde una carácter festivo con la marea roja de los gorros y trajes de papanoeles y el adorno de las motos con luces de colores.

Ángel Loras, uno de los organizadores de la ruta motera solidaria, se mostró satisfecho con la respuesta de los turolenses y explicó que ayudando a estas dos familias no solo se les quería entregar una aportación económica sino también dar a conocer sus casos y contribuir a su integración social.